Los supermercados realizan promociones que perjudican nuestra salud, esa es la conclusión a la que han llegado numerosas investigaciones realizadas en diferentes países y momentos, coinciden a la hora de señalar que las grandes cadenas de distribución están impulsando, desde hace años, un modelo de consumo que va en contra de las recomendaciones de salud pública en materia de alimentación.
Cada vez se habla más de la alimentación saludable o el consumo consciente, pero la realidad que se puede apreciar en los pasillos y estanterías de los supermercados es muy diferente. Recordemos que en el año 2016, una investigación llevada a cabo por la organización de consumidores Which? (Reino Unido), evidenciaba este problema apuntando que más de la mitad de los productos en promoción de los supermercados británicos eran alimentos poco saludables.
En esa investigación de Which? Se analizaron más de 77.000 productos de diferentes cadenas minoristas, concluyendo que los alimentos con más promociones eran las patatas fritas congeladas, las pizzas, los refrescos azucarados y las golosinas. Por el contrario frutas, verduras y hortalizas se quedaban relegadas a un segundo lugar con apenas promociones, siendo una situación contradictoria a la estrategia nacional contra la obesidad infantil de Reino Unido, que teóricamente apuntaba la restricción de promociones en los productos alimenticios poco saludables.
Se reforzaba el debate público sobre hasta qué punto los supermercados que se presentan como aliados del bienestar, en realidad están empujando a los consumidores a realizar malas elecciones alimentarias?, y lo más grave, ¿por qué los alimentos más recomendables desde un punto de vista nutricional, siguen siendo los más caros o los que tienen menos visibilidad?
Esta situación no se ha frenado con el paso del tiempo, podemos señalar otra investigación del año 2022 que apuntaba otro frente de batalla, hablamos de las redes sociales. Un estudio de un grupo de investigadores de la Universidad Médica de Viena concluyó que un 75% de los alimentos y bebidas promocionados por los influencers en plataformas como Instagram, TikTok o YouTube, eran productos alimenticios con altos niveles de grasas, azúcar y sal. A esto hay que añadir que la gran mayoría de estas publicaciones ni siquiera dejaban claro que se trataba de publicidad.
El estudio ponía el foco en los adolescentes, un grupo especialmente vulnerable, ya que muchos de ellos consideran a estos influencers como modelos a seguir, lo que influye directamente en sus decisiones de consumo. El caso es que lo que antes ocurría en los pasillos del supermercado, ahora también ocurre en las pantallas de los dispositivos móviles, se cambia el canal pero no el problema, y lo que se promociona con mayor frecuencia siguen siendo los productos alimenticios menos saludables.
Actualmente la organización de consumidores Foodwatch y otras seis organizaciones francesas han dado cifras sobre esta tendencia en Francia, pero perfectamente se podrían trasladar a nuestro país. En una encuesta analizaron unas 5.000 promociones de los cinco principales supermercados del país, incluyendo Carrefour, Lidl e Intermarché, y según los resultados, sólo el 12% de las promociones hacían referencia a productos alimenticios saludables como las frutas, las verduras o los cereales integrales, mientras que el 66% de las promociones se aplicaban a los alimentos ultraprocesados, productos con niveles elevados de grasas, azúcares y sal, como por ejemplo los snacks industriales, las bebidas azucaradas, los embutidos, etc.
La organización de consumidores apunta, además, que la mayoría de estas promociones no están concebidas para ahorrar dinero, en realidad el objetivo es incrementar el volumen de compras. El clásico «2×1» o «la segunda unidad al 50%» no reducen el gasto real, en realidad impulsa a consumir más cantidad de un producto que deberíamos limitar por el bien de la salud. Sólo el 1% de las ofertas que se analizaron pertenecían a productos ecológicos, a pesar de que son los únicos que garantizan la ausencia de pesticidas y otros aditivos alimentarios que son cuestionables.
Foodwatch advierte que este tipo de práctica va en contra de la salud pública y de los intereses reales de los consumidores, según los datos de esta organización, casi el 90% de los franceses quieren que los supermercados promocionen, sobre todo, los alimentos saludables, entonces, ¿por qué no lo hacen?
La organización de consumidores explica que las cadenas de distribución tienen el poder de decidir qué productos se comercializan, a qué precio y con qué incentivos. Pero también tiene que ver con un modelo económico donde se priorizan las ventas por encima del bienestar, por lo que se promocionan los alimentos ultraprocesados, porque se pueden producir a costes más reducidos y con elevado margen de beneficios. Es por ello que siguen ocupando la mayor parte de las campañas promocionales, mientras que los productos de una alimentación que es verdaderamente saludable, quedan fuera del alcance de muchas personas por los precios elevados o por falta de visibilidad.
En las tres investigaciones citadas (2016, 2022 y la actual de 2025) se pone de manifiesto que el marketing alimentario, tanto en las tiendas físicas como en las plataformas digitales, condiciona de forma profunda lo que comemos. Cuando ese marketing prioriza los productos menos saludables, se está contribuyendo directamente a que los consumidores sufran problemas graves de salud como el sobrepeso, la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, que según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) suponen el 80% de las muertes prematuras no transmisibles.
Foodwatch y otras oragnizaciones exigen cambios, que al menos la mitad de las promociones estén centradas en los productos recomendados en las guías nutricionales nacionales, que al menos el 10% de las promociones incluyan alimentos ecológicos, y que la transparencia sobre los márgenes y los precios en toda la cadena alimentaria sea una prioridad política (solicitud que lleva muchos años reivindicándose).
Como dicen las organizaciones que denuncian este problema, no se trata sólo de ofrecer descuentos, sino de garantizar el acceso real y justo a una alimentación saludable. El problema es lo que comemos, y cómo la maquinaria de la industria alimentara empuja a los consumidores a adquirir y comprar esos productos poco saludables. El consumidor puede tener responsabilidad individual, pero no puede luchar solo contra un entorno que lamentablemente promociona lo peor de la alimentación, y es por ello que se pide reformar las políticas de las promociones comerciales y el marketing, tanto en las cadenas minoristas como en redes sociales.
Podéis conocer más detalles de la denuncia a través de este artículo publicado en la página de Foodwatch.
Foto 1 | Depositphotos
1 comentarios
me parece que son excelentes.
su calidad en todo