La grasa de carne cultivada de la empresa holandesa Mosa Meat se presenta como una innovación alimentaria sostenible que podría revolucionar el mercado europeo. La empresa asegura que su producto podría transformar la industria alimentaria por su carácter sostenible, por su capacidad para mejorar el sabor, el aroma y la textura de los denominados productos cárnicos híbridos, es decir, aquellos elaborados con ingredientes vegetales y carne de cultivo celular.
Mosa Meat cree que la grasa de carne cultivada podría abrir también la puerta a nuevas posibilidades en el mercado alimentario global, y por ello ha iniciado los trámites para obtener la aprobación regulatoria de la Unión Europea a través de la reglamentación de Nuevos Alimentos de la Comisión Europea, siendo el primer ingrediente de esta naturaleza que realiza dicha solicitud.
La empresa que es pionera en el sector, tomó la decisión de centrarse primero en la grasa de cultivo celular en base al modo de trabajar de la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), que evalúa los ingredientes de forma individual antes de aprobar productos completos. Por tanto, se trata de un enfoque estratégico que en teoría permitirá que la empresa introduzca sus primeras hamburguesas de cultivo celular en el mercado de la Unión Europea, mientras avanza en el objetivo de desarrollar un sistema alimentario más sólido.
El dossier presentado a la EFSA para la aprobación del nuevo ingrediente incluye casi 1.000 páginas y más de 450 muestras, un trabajo que ha prolongado más de dos años y que ha sido desarrollo por un equipo de expertos e investigadores de la empresa. Según Maarten Bosch, CEO de Mosa Meat, “la grasa es el alma del sabor” siendo un ingrediente que juega un papel crucial a la hora de proporcionar una experiencia gastronómica capaz de superar a la carne tradicional.
La producción de grasa cultivada ofrece importantes ventajas ambientales y éticas, según algunos estudios independientes, este proceso podría reducir en un 93% las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir el uso de tierra en un 95%, y reducir en un 78% el uso de agua en comparación con la ganadería tradicional. A esto hay que añadir que al cultivar la grasa en un entorno estéril y automatizado, se elimina la necesidad de utilizar antibióticos y reduce significativamente los riesgos de enfermedades de transmisión alimentaria.
Este avance mejora las alternativas cárnicas híbridas al combinar grasa cultivada con proteínas vegetales, y además responde a la creciente demanda por parte de los consumidores de productos más sostenibles. La empresa espera que una vez sea aprobada la grasa de carne cultivada, se consolide como un componente clave para la elaboración de hamburguesas, albóndigas y otros productos cárnicos de nueva generación.
Mosa Meat no es la única empresa que investiga las posibilidades que ofrecen los alimentos de cultivo celular, cada vez son más y persiguen el desarrollo de todo tipo de productos. Se pueden citar como ejemplo la empresa francesa Gourmey que busca la aprobación de foie gras de cultivo celular, las salchichas híbridas que combinan grasas de cultivo celular y proteínas vegetales de Mission Barns, o la grasa de salmón de cultivo celular de Upstream Foods, desarrollada para mejorar las alternativas vegetales a los productos del mar. Como se puede comprobar, este segmento de alimentos híbridos que combinan proteínas animales cultivadas y vegetales, está ganando terreno como una solución para ofrecer a los consumidores productos con mejores sabores y texturas, además de ser más respetuosos con el medio ambiente.
Claro que la legislación comunitaria es muy particular y presenta desafíos únicos, recordemos que aunque el proceso regulatorio es reconocido por su solidez, es mucho más lento que el de otros mercados como el de Singapur o el de Estados Unidos, donde ya se han aprobado algunos alimentos obtenidos a partir del cultivo de células. La estrategia de Mosa Meat persigue obtener con más rapidez la aprobación, al centrarse sólo en la grasa como un primer paso para la introducción de la carne cultivada y liderar el cambio hacia un sistema alimentario más sostenible y ético.
Desde que presentó la primera hamburguesa cultivada en el año 2013, también conocida como hamburguesa in vitro que fue desarrollada por investigadores de la Universidad de Maastricht (Países Bajos), muchas empresas han trabajado y han realizado grandes avances en todos los sentidos, hasta el punto de asegurar que ofrecen productos que son más sostenibles, y tan ricos y auténticos como los tradicionales, pero obvian decir que muy pocas han logrado alcanzar la paridad en los precios, algo en lo que siguen trabajando.
Para la empresa, la aprobación de la grasa de carne cultivada sería todo un hito que podría beneficiar al medio ambiente y el bienestar animal, además de posicionar a Europa como líder en innovación alimentaria, algo que se puede cuestionar porque muy por delante están Singapur y Estados Unidos al haber aprobado ya alimentos de cultivo celular. Los responsables de Mosa Meat esperan los resultados del proceso regulatorio de la EFSA, y casi se puede decir que pueden esperar sentados, porque la EFSA es realmente lenta a la hora de regular ciertos productos, recordemos que otras empresas han optado por presentar sus productos en otros mercados sabiendo que los sistemas regulatorios son más rápidos, véase lo ocurrido en Reino Unido.
Podéis conocer más detalles de la grasa animal de cultivo celular de Mosa Meat y la solicitud de aprobación por la EFSA a través esta nota de la empresa.