La revolución de la patata en el Reino Unido está en marcha gracias a un innovador proyecto de mejora genética llamado TuberGene, que se ha puesto en marcha por la empresa B-hive Innovations y que está financiado por el National Engineering Biology Programme. Se trata de un proyecto que persigue transformar la producción de patatas a través de las técnicas de edición genética más vanguardistas, a fin de hacer frente a la crisis que sufre el sector.
La industria británica de la patata produce anualmente alrededor de cinco millones de toneladas de patatas, pero se enfrenta a numerosos desafíos, destacando de ellos el gran porcentaje de la producción que no cumple con los estándares comerciales, algo que se traduce en grandes pérdidas económicas. Otro tema destacado a solucionar es el hecho de que los hábitos de consumo de los británicos han cambiado, ya que cada vez más consumidores optan por agilizar la preparación de la comida con alternativas de cocción rápida, como son el arroz o la pasta, lo que ha reducido la demanda de patatas frescas.
En Reino Unido la legislación permite el desarrollo comercial de cultivos editados genéticamente, y en este sentido, TuberGene se presenta como una gran oportunidad para modernizar la industria y adaptarla a las nuevas necesidades del mercado. Por ello, los principales objetivos del proyecto son la reducción de las pérdidas y crear patatas que sean más funcionales, es decir, que no se oxiden (pardeamiento enzimático) cuando se pelan, se cortan o se golpean, algo similar a la patata mejorada con CRISPR por investigadores del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina).
Según los investigadores, estos avances mejorarán la calidad del producto, reducirán el desperdicio alimentario y podrán satisfacer las necesidades y preferencias de la actual sociedad de consumo. El equipo de investigación está formado por expertos en biotecnología y agronomía de las empresas B-hive Innovations y Branston Ltd, el centro de investigación James Hutton Institute y el James Hutton Ltd., división del mencionado instituto encargado de aplicar la investigación científica en soluciones prácticas para la industria agrícola.
Uno de los aspectos clave del proyecto es la secuenciación del genoma de la variedad Maris Piper, una de las más populares en el Reino Unido que es ampliamente utilizada tanto en el ámbito doméstico como en la industria alimentaria, siendo especialmente apreciada por su versatilidad, ya que su textura harinosa la hace ideal para freír, asar y hacer puré. A partir de la secuenciación del mapa genético se realizarán las modificaciones genéticas oportunas para mejorar las características de esta variedad en un futuro a medio plazo.
Desde B-hive Innovations se destaca la importancia de la investigación, ya que la industria de la patata en el Reino Unido se enfrenta a grandes desafíos, siendo crucial encontrar soluciones innovadoras que permitan garantizar su viabilidad a largo plazo. En este sentido, TuberGene supone un gran avance para abordar problemas como las pérdidas de cosecha por los golpes y la adaptación a las nuevas preferencias antes citadas de los consumidores.
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, la edición genética es una tecnología que permite a los investigadores realizar modificaciones precisas en el ADN de los cultivos, y para ello se emplean herramientas moleculares como el CRISPR (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats), que se utilizan para editar o corregir el genoma, modificando genes específicos para mejorar características como la resistencia a enfermedades, la calidad nutricional o la durabilidad de las patatas. A diferencia de los transgénicos, que integran genes de otras especies, la edición genética trabaja sólo con el propio ADN de la planta, haciendo cambios que podrían producirse naturalmente con el tiempo, pero de una forma mucho más rápida y precisa.
Pero el futuro es la creación de la «Súper Patata», de hecho, TuberGene forma parte de un movimiento mayor para desarrollar la mencionada «Súper Patata», una variedad con mejoras nutricionales, resistencia a las enfermedades y una mayor tolerancia a las condiciones climáticas extremas. Recordemos que investigadores de la Universidad McGill de Canadá, están trabajando en la creación de un «súper pangenoma» que recopila la información genética de cientos de variedades de patata y sus parientes silvestres, de ello hablábamos en el post Súper patata para mejorar la seguridad alimentaria del mundo.
Sin duda, este tipo de proyectos ayudarán a determinar los genes más beneficiosos para el desarrollo de nuevas variedades de patata capaces de resistir plagas, sequías, heladas y otros factores adversos, sin olvidar la mejora de la calidad nutricional, algo que podría contribuir a reducir los problemas de seguridad alimentaria en muchas regiones del mundo. Hay que destacar que el trabajo de B-hive Innovations no sólo se centra en la mejora genética, también en la aplicación de inteligencia artificial y sensores para optimizar la producción de cultivos, dando lugar a una agricultura más sostenible y eficiente.
Según comentan aquí, los expertos creen que con este trabajo de investigación, la patata británica podría recuperar su popularidad y convertirse en un estandarte de innovación y sostenibilidad en la agricultura moderna. Pero hay que destacar el trabajo que se está realizando en otros países del mundo donde gracias a la edición genética, se están aplicando todo tipo de mejoras en diferentes alimentos que benefician a productores, consumidores y al medio ambiente.
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