Con un sabor intenso, un característico color oscuro y una notable presencia en diferentes culturas del mundo, el té negro se ha ganado un lugar privilegiado entre las infusiones más consumidas. Por ello, hoy vamos a hablar del té negro y de todo lo que debéis saber sobre esta variedad de té, su historia, su cultivo, sus diferencias respeto a otros tipos de té, los beneficios que ofrece a la salud, así como los diferentes usos que tiene en la vida diaria y en la gastronomía.
Como ya hemos comentado anteriormente en otros artículos, el té como bebida tiene su origen hace más de 4.000 años en China, pero el té negro apareció mucho después. Se cree que fue durante la dinastía Ming (1368–1644), cuando los productores empezaron a fermentar completamente las hojas de la planta Camellia sinensis, para obtener un té con un sabor más fuerte y una mayor durabilidad.
Con la expansión del comercio entre Asia y Europa en los siglos XVII y XVIII, el té negro se introdujo en Occidente y ganó popularidad. Su capacidad para conservarse durante largos viajes en barco lo hacía ideal para la exportación, por lo que los británicos, que eran grandes consumidores de esta infusión, lo introdujeron como parte esencial de su cultura y especialmente con la tradición del afternoon tea o té de la tarde, tradición originada en el siglo XIX y atribuida a la séptima duquesa de Bedford. Consiste en una merienda ligera que se sirve entre las 15:30 y las 17:00 horas, con el fin de calmar el hambre antes de la cena.
¿Cómo se produce el té negro?
La producción de té negro se realiza con Camellia sinensis, fuente de todas las variedades de té, blanco, verde, amarillo, negro, rojo, etc. Lo que diferencia al té negro de otras variedades es el tratamiento que reciben las hojas tras la cosecha, y en el caso del té negro, una vez recolectada la cosecha, las hojas de la planta se marchitan y se enrollan para liberar sus aceites esenciales, para poco a poco oxidarse completamente y finalmente secarse. Este proceso es el que da lugar a ese característico color oscuro de las hojas y del sabor intenso que ofrece esta variedad de té.
El proceso de oxidación es uno de los factores claves de esta variedad, con este proceso las enzimas de las hojas reaccionan ante el oxígeno alterando su composición y generando los taninos responsables de su sabor intenso y algo astringente. El resultado es un té con cuerpo, un aroma complejo y notas que pueden ir desde lo maltoso (recuerda a la malta) hasta lo floral o afrutado, algo que condiciona su origen, la altitud del cultivo, el clima, el tipo de suelo y el método de producción.
Diferencias entre el té negro y otras variedades de té
Aunque todas las variedades de té tienen como origen la misma planta, las diferencias en su elaboración hacen que el resultado en cada caso sea único y sorprendentemente distinto. El té verde no se oxida, por lo que conserva su color verde y ofrece un sabor más vegetal y más fresco, siendo también más delicado y con menos cafeína. El té blanco es el menos procesado y se elabora con brotes jóvenes de las hojas de la Camellia sinensis, algo que permite obtener una variedad con un sabor suave y dulce.
El té oolong, es una variedad que se encuentra entre el té verde y el té negro en lo referente a oxidación, por lo que se presenta como una variedad de combina lo mejor de ambas variedades. El té rojo es una variedad que se fermenta durante bastante tiempo, incluso años, lo que facilita que adquiera un sabor terroso muy característico. El té negro pasa por una completa oxidación que provoca el oscurecimiento de las hojas y transforma sus compuestos químicos, por lo que destaca por su intensidad y resistencia al paso del tiempo, haciendo que sea ideal para consumir solo o combinado con leche, especias o frutas.
El té negro es una de las variedades más consumidas en el mundo occidental, representa aproximadamente un 78% de la producción mundial de té, siendo la India uno de los mayores productores y consumidores, famosa por mezclas como el “chai masala”. En Reino Unido se calcula que se consumen más de 100 millones de tazas de té al día, y en su mayoría de té negro. Es buen momento para recordar que existen 24 millones de formas para preparar una taza de té, así se concluía en una investigación realizada por el matemático James Hind y el experto catador Sebastian Michaelis, uno de los 10 mezcladores de té más importantes y reconocidos del Reino Unido.
En países como China, que como decíamos es donde se originó el té negro, su consumo ha ido creciendo en los últimos años, aunque tradicionalmente los habitantes del país han preferido el té verde y otras variedades menos oxidadas.
Beneficios para la salud del té negro
Más allá del placer que proporciona el sabor del té negro, esta variedad tiene múltiples propiedades beneficiosas para la salud que han sido respaldadas por estudios científicos. Contiene antioxidantes naturales como los polifenoles, destacando las teaflavinas y las tearubiginas que combaten el daño celular y el envejecimiento, si se realiza un consumo moderado puede reducir la presión arterial y mejorar la circulación, gracias a su contenido de cafeína y L-teanina, se mantiene la alerta mental sin causar el nerviosismo del café. Los taninos pueden ayudar en la digestión y reducir la inflamación intestinal, algunos estudios apuntan que puede contribuir a regular la glucosa, por lo que resulta beneficioso para las personas con riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Además de ser una bebida, el té negro tambien tiene su espacio en la cocina, y es que su sabor versátil lo convierte en un excelente ingrediente para elaborar infusiones con las que cocinar carnes o pescados, proporcionando a estos alimentos un toque ahumado y profundo. También se pueden elaborar postres como bizcochos, helados o mousses, elaboraciones donde resalta por sus notas a malta o caramelo. Se utiliza en la coctelería en infusiones frías o como base para cócteles con o sin alcohol, y es ideal para maridajes con quesos o chocolate negro. Por cierto, una receta clásica que combina lo mejor del té negro y la repostería es el pastel aromatizado con té “Earl Grey cake”, donde se infusiona la leche con el té negro antes de añadirla a la masa.
Estad atentos porque próximamente compartiremos con vosotros algunas recetas de cocina con té negro que os encantarán.
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