Hoy conocemos un informe titulado “Perspectivas de sabor y color para 2025” (Flavor and Color Outlook 2025) elaborado por ADM (Archer Daniels Midland), empresa internacional especializada en ingredientes y soluciones para la industria alimentaria, que cuenta con una abultada experiencia en el desarrollo de sabores, colores y formulaciones alimentarias innovadoras.
Uno de los objetivos de ADM es determinar las principales tendencias de consumo para ayudar a transformar ideas en productos que determinan el futuro de los mercados. Como sabemos, el mundo de la alimentación y las bebidas se mantiene en constante evolución, y según ADM, para el presente año los consumidores buscarán experiencias sensoriales que equilibren lo tradicional con lo futurista, lo personal con lo universal.
En el documento la empresa explica que en un contexto donde la tecnología avanza a gran velocidad, las personas tienen la necesidad de conectar con su esencia y sus emociones a través de lo que consumen, la comida y la bebida no son sólo necesidades básicas, también son vehículos de identidad, recuerdos y bienestar. En este contexto, los sabores y los colores desempeñarán un papel clave a la hora en que los consumidores experimentamos y disfrutamos de los alimentos y las bebidas.
Los expertos de ADM han identificado cuatro grandes tendencias que definirán las elecciones alimentarias en el presente año, abarcando desde la reinvención de lo clásico hasta las nuevas combinaciones personalizadas. A algunos de vosotros os parecerán clásicos, pero es que vamos cumpliendo años. En cuanto a las tendencias, son las siguientes:
1. Revivir y Reinventar
Los sabores y colores que evocan recuerdos y tradiciones adquieren protagonismo, la nostalgia se convertirá en un factor clave, donde las jóvenes generaciones experimentarán por primera vez aquellos sabores clásicos que para otros son recuerdos de la infancia. ADM comenta que esta tendencia busca recuperar lo familiar, pero con un enfoque moderno y actualizado que lo haga relevante y capaz de captar la atención de los consumidores. En este sentido, la simplicidad y la autenticidad serán valores fundamentales, los consumidores valorarán los productos que tengan ingredientes reconocibles y perfiles de sabor accesibles, sin añadidos innecesarios.
La sostenibilidad también jugará un papel importante, ya que como sabemos, existe una creciente demanda de opciones alimentarias responsables y respetuosas con el medioambiente. Como ejemplo se destacan como sabores en tendencia la naranja, la manzana, la lima, la miel y las notas cremosas. Como ejemplo de colores, se señalan los tonos cálidos y terrosos, la terracota y el albaricoque maduro.
2. Alimentación Adaptativa
Con la tecnología mejorando la nutrición y la economía influyendo en las decisiones de compra, los consumidores buscarán opciones más saludables y accesibles pero sin renunciar al placer. Esta perspectiva responde a la necesidad de adaptar la alimentación a los nuevos estilos de vida, donde el equilibrio entre el precio, la salud y la satisfacción es un objetivo clave.
El informe destaca que los sabores que aportan una sensación de saciedad o los que ofrecen una experiencia placentera sin caer en excesos, ganarán popularidad. ADM apunta que la industria alimentaria recurrirá a innovaciones tecnológicas que preserven el sabor en aquellos productos que tienen menos azúcar, grasas o sal, garantizando que las opciones saludables puedan seguir siendo agradables. En este punto, se proporcionan como ejemplos de sabores en tendencia, el sabor pomelo, bergamota, ingredientes botánicos y lúpulo, que aportan notas frescas y complejas. De colores en tendencia se destacan los verdes y los tonos marrones.
3. Bienestar Eufórico
Los alimentos y las bebidas cumplen una función nutricional, pero también influyen en el estado de ánimo, por lo que este año los consumidores buscarán alimentos y bebidas que estimulen las emociones positivas, sea a través de sabores refrescantes y energizantes, o por diferentes combinaciones que inspiren la relajación y el confort. ADM comenta que el concepto «Mood Food» será clave, se trata de alimentos que se han diseñado para generar un impacto emocional, desde una bebida energizante y refrescante, hasta un postre que tenga una capacidad reconfortante.
La interacción entre sabores y sensaciones jugará un papel fundamental, destacando las combinaciones que incluyan notas refrescantes, cálidas o con efectos en boca como, por ejemplo, la efervescencia o la cremosidad. Como ejemplo de sabores se destacan los conceptos lúdicos con efectos sensoriales (fríos, cálidos, chispeantes), y como ejemplo de colores, los azules vibrantes y los tonos que evocan tranquilidad como el azul verano o el verde abeto.
4. Hecho para Ti
La personalización será una de las mayores tendencias del futuro, aunque la realidad es que la personalización lleva varios años siendo tendencia. Los consumidores quieren disfrutar de experiencias únicas que se adapten a sus gustos y preferencias, y es que no se trata de elegir entre las opciones predefinidas, también desean encontrar productos que reflejen su personalidad y estilo de vida.
Esto da como resultado sabores inesperados, combinaciones innovadoras y formulaciones que se ajustan a esos gustos y preferencias, desde bebidas que cambian de color según su temperatura, hasta alimentos que se han diseñado para potenciar determinadas emociones, por lo que la creatividad será motor de esta cuarta tendencia. Sobre los ejemplos de sabores y colores, el informe destaca las combinaciones experimentales, con contrastes entre el dulce y el salado o el frío y el picante. En colores se destacan los tonos brillantes y expresivos que reflejen la originalidad y el carácter único de cada alimento y bebida.
El documento que podéis leer en este Pdf apunta que a medida que los consumidores redescubran su relación con la comida y la bebida, los sabores y los colores jugarán un papel clave y fundamental en la conexión entre la tradición y la innovación. En definitiva, la conclusión es que la personalización, el bienestar y la nostalgia, marcarán la agenda del sector alimentario en el año 2025, algo que podremos comprobar a lo largo del año.