La sensibilidad al sabor amargo se asocia a enfermedades renales y al trastorno bipolar

Un reciente estudio genético concluye que la sensibilidad al sabor amargo, que está determinada por ciertas variantes del gen TAS2R38, podría estar relacionada con una mayor probabilidad de desarrollar problemas renales crónicos y condiciones como el trastorno bipolar, por lo que el gusto amargo tiene implicaciones que van mucho más allá del paladar.

Sabor amargo y salud

La sensibilidad al sabor amargo se asocia a enfermedades renales y al trastorno bipolar, así se concluye en un estudio genético desarrollada por científicos de la Universidad de Queensland (Australia), en el que se analizaron los datos de más de 445.000 personas. Este descubrimiento revela que nuestras preferencias por algunos alimentos como el brócoli, el pomelo o el vino tinto tienen que ver con gustos personales, pero también con la salud física y mental.

El estudio se centró en el gen TAS2R38, que es responsable de detectar determinados compuestos amargos como la feniltiocarbamida (PTC) y el propiltiouracilo (PROP), sustancias que a muchas personas les resultan intensamente desagradables, y que han servido para clasificar a los participantes del estudio en tres grupos principales, los que detectan con gran sensibilidad el sabor amargo, los que lo perciben de forma moderada y aquellas personas que prácticamente no lo perciben.

Los investigadores explican que aproximadamente una de cada cuatro personas posee dos copias funcionales del gen TAS2R38, siendo cada copia herencia de uno de los progenitores. Esta combinación convierte a estas personas especialmente sensibles al sabor amargo, pero lo que resulta más interesante es que más allá de sus efectos en la dieta, este rasgo genético se ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar diferentes enfermedades.

El equipo de investigación del Instituto de Biociencia Molecular de la Universidad de Queensland encontró una asociación directa entre estas variantes genéticas y dos problemas de salud considerados relevantes, el trastorno bipolar, enfermedad mental crónica que provoca cambios extremos en el estado de ánimo, la energía y el comportamiento, y la enfermedad renal crónica, problema en el que los riñones pierden gradualmente su capacidad para filtrar correctamente los desechos y el exceso de líquidos de la sangre.

Según el análisis genómico, las personas que portan las versiones del gen asociadas a una mayor sensibilidad al sabor amargo, tienen un 10% más riesgo de sufrir trastorno bipolar y niveles elevados de creatinina en sangre, un biomarcador que resulta clave de la función renal. Pero también se detectaron otros indicadores, como una menor filtración glomerular o cambios en los metabolitos urinarios, que muestran un funcionamiento menos eficiente de los riñones.

Aversión por el sabor amargo

La genética tambien determina lo que se come

Los investigadores también comprobaron que las personas del estudio que tenían una alta sensibilidad al sabor amargo, tendían a rechazar alimentos como el pomelo, la comida muy salada, las bebidas alcohólicas de elevada graduación, así como algunos alimentos vegetales como el rábano picante. A su vez, este grupo de personas tenían una mayor preferencia por los alimentos con sabores más suaves, como por ejemplo el melón, el pepino o bebidas como el té.

Los expertos apuntan que curiosamente, aunque las personas con gran sensibilidad al sabor amargo encuentran la comida salada más intensa, terminan consumiendo más sal en total, quizá porque les resulta más sabrosa o atractiva, algo que podría influir negativamente en la salud renal a largo plazo. En relación a las bebidas alcohólicas, el rechazo fue especialmente fuerte hacia las bebidas más amargas, como el whisky y el vino tinto, pero no se observó una relación clara con el consumo de cerveza, lo que sugiere que otros factores sensoriales o culturales también tienen su peso.

El gen TAS2R38 se asocia comúnmente con la lengua y el gusto, ya que codifica un tipo de receptor del gusto amargo que se encuentra principalmente en las papilas gustativas. Pero los expertos explican que los receptores del gen se expresan también en otros órganos como el riñón, el estómago, el corazón, las vías respiratorias e incluso el cerebro, una amplia distribución que podría explicar por qué una simple variante genética que modula el gusto, puede tener efectos en áreas como la salud mental o la función renal.

Una de las asociaciones más sorprendentes constatadas en la investigación fue con la flora intestinal, las personas con el gen “amargo” tenían más bacterias del género Parabacteroides, relacionadas a una menor inflamación intestinal y una mejor salud digestiva, lo que sugiere que nuestras elecciones alimentarias (guiadas en parte por nuestros genes), podrían modificar el equilibrio de la flora intestinal y con ello, la salud en general.

Aceptación del sabor amargo

Este rasgo genético no es nuevo, recordemos que en estudios previos, como el realizado por el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en el año 2009, concluía que los hombres de Neandertal también portaban variantes del gen TAS2R38. Algunas de estas versiones les permitían detectar el amargo, otras no tanto y en algunos casos, la percepción era prácticamente nula. Esta diversidad es para los expertos un misterio evolutivo, ya que el amargor se ha relacionado a la detección de compuestos tóxicos. La hipótesis que se baraja es que quizá los neandertales que no sentían el amargo, podían obtener beneficios de los alimentos que otros individuos evitaban, aunque esto podía aumentar el riesgo de intoxicación.

Actualmente sabemos que este mismo gen miles de años después sigue moldeando nuestra dieta, nuestro sistema inmunológico e incluso nuestra salud mental. El descubrimiento realizado no hace más que ensalzar la importancia de avanzar hacia una nutrición personalizada, ya que comprender cómo nuestros genes influyen en nuestros gustos y salud puede permitir el diseño de dietas adaptadas a nuestro perfil genético. Los resultados abren, además, nuevas líneas de investigación sobre cómo los receptores del gusto, podrían intervenir en enfermedades complejas como el trastorno bipolar.

El estudio no demuestra que el gen en cuestión cause las enfermedades citadas directamente, pero si aporta evidencias sólidas de una relación genética significativa, que a juicio de los expertos debe seguir siendo investigada. Se cree que esta información será útil para diseñar planes nutricionales más personalizados, así como una mejor comprensión de cómo un receptor del gusto puede tener un papel importante en la salud humana más allá del paladar.

Podéis conocer todos los detalles de este trabajo a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Queensland, y con más detalle en este artículo de la revista científica European Journal of Nutrition.

Fotos | Depositphotos

Gastronomía y Cia - Mar Gavilán y Javier Muniesa

Mar Gavilán y Javier Muniesa

En 2005, fundamos el primer blog gastronómico colaborativo en España, que rápidamente se convirtió en un referente en el ámbito gastronómico. En 2008, dimos un paso adelante y creamos Gastronomía & Cía de manera independiente. Para nosotros, ha sido un sueño hecho realidad combinar nuestras pasiones por la gastronomía, la creatividad y la divulgación. Ahora nuestro objetivo es inspirar, informar, deleitar y conectar con todos los entusiastas de la cocina.

Deja una respuesta

Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comentes de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS:

Responsable: Gastronomía & Cía
Finalidad: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios
Legitimación: Consentimiento del interesado
Destinatarios: No se comunicarán los datos a terceros, salvo por una obligación legal.
Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional.
Información adicional: Puede consultar la información detallada sobre la protección de datos aquí.