‘Todos los niños y niñas tendrán cinco comidas saludables a la semana en los centros escolares’. Así titula su última nota de prensa el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Una promesa ambiciosa, esperanzadora… y, en realidad, engañosa. ¿Comida saludable para todos los niños? No, si no puedes pagarla.
Porque no, no todos los niños y niñas realizan una comida al día en el centro escolar. Y muchos de los que no lo hacen, no es por falta de voluntad, sino de recursos. Sus familias no pueden pagar el comedor escolar. Por tanto, ese “todos” con el que el Gobierno abre su comunicado tiene poco de real y mucho de marketing político.
El nuevo Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, aprobado este martes en Consejo de Ministros, establece estándares muy positivos en términos nutricionales y sostenibles: más frutas y verduras frescas, más legumbres, menos fritos y precocinados, y la eliminación de bebidas azucaradas y bollería industrial en máquinas expendedoras. Hasta aquí, todo avanza en la buena dirección.
Pero la medida no garantiza lo más básico: que todos los menores puedan acceder realmente a esos menús saludables, ya no en todas sus comidas, sólo cinco de las que realizan durante la semana. Porque aunque el decreto regula cómo deben ser las comidas escolares, no asegura que todos los alumnos puedan acceder a ellas, y mucho menos de forma gratuita.
¿Qué pasa con los que se quedan fuera del comedor?
Según los datos del propio Gobierno, el 46,7% de los niños de entre 6 y 9 años de familias con menos de 18.000 euros anuales presentan exceso de peso, en buena parte por una alimentación desequilibrada, escasa en productos frescos y saludables. A la vez, el Gobierno presenta los comedores escolares como una “herramienta para reducir la desigualdad”.
Sin embargo, no todos los niños acceden a esa herramienta. Para muchos niños sigue siendo inaccesible. A pesar de que el Ministerio ha anunciado una partida de 200 millones de euros para combatir la pobreza infantil (de los cuales 65 millones irán a becas de comedor y otras ayudas sociales), esta medida no universaliza el acceso al comedor, ni asegura que todos los menores en situación de vulnerabilidad reciban esa comida saludable prometida.
Y aquí está la clave: No hay una garantía legal de acceso gratuito y universal al comedor escolar. No todos los niños tienen plaza, ni todos reciben beca. No todos los colegios tienen comedor. Y muchas familias que rozan el umbral de renta no califican para ayudas, pero tampoco pueden pagar el coste.
¿Cinco comidas a la semana solucionan el problema?
Además, incluso si todos los niños comieran en el colegio cinco días a la semana, estaríamos hablando de sólo cinco comidas frente a las 21 o incluso 30 ingestas semanales necesarias para garantizar una buena nutrición durante el crecimiento.
¿Es suficiente? Claramente, no. La alimentación saludable no puede depender de un sólo plato al día durante los días lectivos. La pobreza alimentaria no se soluciona únicamente desde el comedor escolar, por muy saludable que sea el menú.
Tampoco se trata de despreciar lo bueno del decreto: las mejoras nutricionales que introduce son necesarias y bien fundamentadas, aunque vayan tarde. De hecho, no deberían ser una novedad con el conocimiento que se tiene hoy en día sobre alimentación y nutrición. La apuesta por productos locales, ecológicos y de temporada es positiva tanto para la salud como para la economía rural. Pero la forma en que se presenta a la ciudadanía (como una solución universal) no se corresponde con la realidad.
Porque mientras no se garantice el acceso universal al comedor escolar, mientras haya familias que no pueden pagar la comida del colegio, mientras siga habiendo miles de menores excluidos del sistema, ese “todos los niños y niñas” será poco más que una frase de campaña. Y eso, en un contexto en el que se lucha contra la obesidad infantil y la malnutrición, y lo que representa el bienestar y salud en edad adulta, es una tomadura de pelo.
Si queréis conocer más detalles sobre la supuesta mejora de la alimentación infantil, podéis acceder a la nota de prensa del Ministerio pulsando aquí. Lo que más nos importa es que quienes no reciben ningún tipo de ayuda para poder llevar una alimentación saludable, nutritiva y equilibrada, puedan ponerle voz, se necesitan soluciones globales, en los hogares.
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