
El salmón vegetal elaborado con spirulina promete revolucionar la industria alimentaria siendo la propuesta más sorprendente que presenta la startup israelí AlgaeCore Technologies, ya que ha logrado transformar la espirulina, un alga microscópica a la que le atribuyen extraordinarias propiedades nutricionales, en un producto que imita en apariencia al salmón, además, se cocina igual, tiene un sabor muy similar al salmón ahumado y cuenta con un alto estándar de sostenibilidad, seguridad alimentaria y simplicidad en cuanto a listado de ingredientes se refiere.
SimpliiGood es la marca comercial de la startup AlgaeCore, que no es únicamente una empresa de alimentos veganos, es una plataforma de tecnología alimentaria que se basa en la espirulina fresca cultivada en condiciones controladas, por lo que no hay pesticidas ni otros contaminantes no deseados. Otra característica que destaca la empresa, es que tras la recolección, se procesa de forma inmediata a fin de mantener su calidad nutricional.
El CEO Lior Shalev explica que la empresa está verticalmente integrada, es decir, controla todas las etapas de su cadena de producción, desde el cultivo de la espirulina hasta la producción de ingredientes y productos finales, algo que facilita una mayor eficiencia, trazabilidad y cumplimiento de las regulaciones y normativas.
A diferencia de otras propuestas de salmón vegetal como las de Plantish, que se elabora con legumbres y aceites, o Revo Foods, que ofrece “filetes de salmón” impresos en 3D elaborados con micoproteínas y algas, la propuesta de SimpliiGood parte de un solo ingrediente base que es la espirulina, una microalga que contiene hasta un 74% de proteínas y es rica en hierro, betacarotenos, antioxidantes, vitaminas y minerales.
Pero, ¿cómo convierte la empresa la espirulina que es de color verde en un filete de “salmón” vegetal? AlgaeCore utiliza dos procesos patentados para ello. Por un lado está la decoloración, proceso por el que elimina la clorofila de la espirulina para obtener una base cremosa blanca, azulada o rosada, imitando el color del pescado y los subproductos de este proceso son utilizados como colorantes naturales o suplementos.
Por otro lado está el proceso de texturización natural, en vez de utilizar la extrusión o la impresión 3D como hacen las otras empresas citadas, se aprovechan las fibras naturales de la espirulina para obtener una estructura que se comporta de forma muy similar a las hebras musculares del salmón, consiguiendo una experiencia masticable y jugosa que es muy parecida a la del consumo de salmón tradicional.

SimpliiGood ha inaugurado recientemente una nueva planta de producción en Israel con capacidad para producir decenas de toneladas mensuales de textura vegetal. Según explican en la página web de la marca, por cada kilo de su base «Simplii Texture», se pueden generar entre 3 y 4 kilos de este “salmón” vegetal que tiene unas claras ventajas nutricionales y ecológicas. Este nuevo alimento tiene una alta densidad nutricional, como hemos comentado, hasta un 74% de proteínas, aminoácidos esenciales, betacarotenos y minerales.
Está libre de contaminantes marinos como los microplásticos, el metilmercurio y los metales pesados, no contiene alérgenos comunes como la soja, el gluten o los frutos secos, tampoco contiene aditivos o productos químicos porque, según la información disponible, la base del producto es la espirulina fresca, cultivada de forma controlada y procesada mediante técnicas de decoloración y texturización. A todo esto hay que añadir su carácter sostenible, ya que el cultivo de espirulina consume tan sólo una décima parte del agua y la tierra que necesitan otras fuentes de proteínas vegetales o animales.
AlgaeCore se fundó en el año 2015 y desde entonces ha logrado obtener ¡ una financiación privada de 19 millones de dólares, a lo que hay que sumar otros 4 millones proporcionados por Israel Innovation Authority, agencia gubernamental israelí que se encarga de apoyar e impulsar la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica en el país. Todo ello refuerza la capacidad de la empresa para escalar las operaciones, consolidar su presencia en Europa y completar el expediente regulatorio de la FDA para abordar el mercado estadounidense.
Para algunos expertos esta empresa ha logrado desarrollar un producto viable, escalable, reproducible y atractivo para la industria alimentaria global, sobreviviendo al denominado “hype cycle” de la tecnología alimentaria o ciclo de sobreexpectación, es decir, que a diferencia de otras startups de food tech que se quedaron en promesas o que terminaron fracasando, AlgaeCore ha logrado desarrollar, escalar y validar comercialmente su tecnología, por lo que ha salido fortalecida tras esa etapa de “hype cycle”.
A diferencia de Plantish y Revo Foods, SimpliiGood presenta, según los expertos en tecnología alimentaria, un producto realista y listo para producir a gran escala y con una aprobación regulatoria bastante avanzada, destacando su enfoque de mínimo procesamiento y simplicidad. De momento, la empresa ya ha asegurado colaboraciones piloto con fabricantes en países como Alemania, Italia, Suiza, Países Bajos e Israel, esperando poder lanzar su producto al por menor en el marco de las marcas blancas este presente año.
Podéis conocer más información sobre el trabajo de la empresa a través de este artículo y con más detalle a través de su página oficial de la marca comercial.







