El mapa vitivinícola español suma un nuevo hito con la reciente Denominación de Origen Protegida (DOP) Río Negro, un reconocimiento que destaca la singularidad de los vinos elaborados en el corazón de Guadalajara, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea el 20 de marzo de 2025, este distintivo avala la calidad de unos vinos nacidos en un entorno único, donde la altitud, el clima y el saber hacer han dado lugar a expresiones vinícolas de gran carácter.
Ubicada en los términos municipales de Cogolludo, San Andrés del Congosto y Membrillera, la zona amparada por la nueva DOP abarca 472’80 hectáreas, de las cuales 42 están destinadas a la viticultura. Su proximidad al Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara y su altitud entre 940 y 1.000 metros sobre el nivel del mar, confieren a estos vinos unas condiciones excepcionales.
La combinación de suelos pobres, una pluviometría moderada y la amplitud térmica entre el día y la noche permite obtener vinos con gran frescura, estructura y capacidad de envejecimiento. Estas características se ven reforzadas por la singular composición mineral del suelo, con un bajo contenido en calcio y magnesio y un alto nivel de arcillas, que aportan personalidad a los vinos.
Finca Río Negro y su apuesta por la excelencia
Si hay una bodega que ha sido clave en el reconocimiento de la DOP Río Negro, esa es Finca Río Negro, situada en un enclave privilegiado rodeado de bosques. Este viñedo es uno de los más septentrionales de Castilla-La Mancha y se encuentra alejado de otras zonas vitivinícolas de la comunidad, lo que refuerza su carácter distintivo.
Entre las variedades de uva autorizadas para la DOP, encontramos:
Tintas: Tempranillo, Tinto Fragoso (variedad ancestral exclusiva de la zona), Syrah, Cabernet Sauvignon y Merlot.
Blanca: Gewürztraminer, una variedad que se ha adaptado a la altitud y las condiciones climáticas de la región.
Los vinos amparados por la DOP Río Negro destacan por tener una elevada acidez natural y un ligero amargor final, que les aporta frescura y equilibrio. Su color en el vino blanco es amarillo pajizo, adquiere tonos dorados con el paso del tiempo, es limpio y brillante. Y el vino tinto ofrece un color rojo picota intenso, incluso tras el envejecimiento, gracias a su alto contenido en antocianos.
Un perfil aromático único, con notas florales y tropicales derivadas de la influencia de la vegetación que rodea los viñedos. Gran aptitud para la crianza, con un alto contenido en metoxifenoles, responsables de los matices especiados y ahumados.
Como podréis leer en el Pliego de Condiciones (Pdf), la DOP establece unas prácticas enológicas específicas que garantizan la calidad y autenticidad de los vinos:
✔Vinificación con maceración pre-fermentativa en frío, lo que preserva al máximo los aromas varietales.
✔Fermentaciones lentas y controladas, tanto en vinos blancos como tintos.
✔Crianza mínima de 11 meses para los vinos tintos, con al menos 5 meses en depósitos de roble y 6 meses en botella.
✔Envejecimiento sobre lías para los blancos Gewürztraminer, con un mínimo de 3 meses en acero inoxidable o roble y 1 mes en botella.
Un paso más en la consolidación de Castilla-La Mancha como tierra de grandes vinos
Con esta nueva DOP, Castilla-La Mancha se consolida como la comunidad autónoma con más Denominaciones de Origen vínicas reconocidas por la Unión Europea, sumando un total de 24, además de la IGP Vinos de la Tierra de Castilla.
El reconocimiento de los vinos de Río Negro impulsa la proyección internacional de la zona, además de poner en valor el esfuerzo por recuperar variedades autóctonas, implementar prácticas de viticultura sostenible y producir vinos con una identidad propia. Su carácter de viñedo de altura y su exclusividad lo convierten en un territorio vitivinícola único, con un enorme potencial para seguir creciendo y sorprendiendo a los amantes del buen vino.