A finales de febrero conocíamos este informe de Oceana titulado ‘No More Hiding at Sea: Transshipping Exposed’, en el que se concluía que para evitar las capturas marinas ilegales, las prácticas del trabajo esclavo y mejorar la seguridad alimentaria mundial, era necesario regular el trasbordo de productos pesqueros a nivel mundial. La organización consideraba que mientras se siguieran realizando los trasbordos ilegales, el peligro de las prácticas ilegales no desaparecería.
Hace unos días conocíamos la puesta en marcha de unas nuevas directrices que tenían el cometido de frenar las capturas ilegales de pescado, se trata de un conjunto de reglas que tiene como cometido poder rastrear las capturas a lo largo de toda la cadena de suministro, por lo que en teoría se evitaría que el pescado capturado ilegalmente entrara en el mercado. Lamentablemente, las directrices presentadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que durante cinco años se han estado negociando, son de carácter voluntario, por lo que se puede deducir que el problema no desaparecerá.
Pues bien, hoy conocemos un estudio desarrollado por el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), Greenpeace, Oceana y la Universidad de Victoria (Canadá), en el que se concluye que para frenar la pesca ilegal es necesario prohibir el transbordo de capturas en el mar. Los expertos han realizado un análisis de los reglamentos marítimos existentes y han llegado a la conclusión de que los transbordos en alta mar se realizan fuera del alcance de la jurisdicción de cualquier país, por lo que los pesqueros pueden eludir las medidas de vigilancia, descargar su carga y retomar su actividad pesquera.
Recordemos que los buques frigoríficos se encargan de recoger las capturas y de suministrar a los pesqueros el combustible y otros productos que necesiten para poder seguir con su actividad en alta mar. De este modo pueden pasar mucho tiempo sin tocar tierra y mantener su actividad ilegal, sea en alta mar, en las aguas de países en vías de desarrollo o pequeñas naciones insulares sin recursos para controlar las actividades que se desarrollan en sus mares, etc. Los expertos consideran que lo más efectivo es llevar a cabo una prohibición del transbordo de las capturas, y además, evitar la transferencia de suministro de un barco a otro, con ello se obliga a que los pesqueros deban visitar puerto, y por tanto, abandonar las actuales prácticas.
La investigación se centró en la regulación de los transbordos que, según define la FAO, es el acto de transferir las capturas de un buque de pesca a otro barco, sea un pesquero o un barco para transportar carga. Se analizaron las regulaciones del transbordo a través de 17 organizaciones regionales de ordenación pesquera que se encargan de regular la pesca en alta mar, como la Comisión Internacional de fletán del Pacífico, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, la Comisión de Pesquerías del Atlántico Nordeste o la Comisión del Salmón del Pacífico entre otras.
Si bien es cierto que las regulaciones se han vuelto cada vez más estrictas durante las tres últimas décadas en la mayoría de estas organizaciones para la ordenación pesquera, se constata que en el año 2015 (fecha en la que se inició el estudio), sólo cinco de las 17 organizaciones aplicaron una prohibición parcial del transbordo, y sólo una, la Organización de Pesquerías del Atlántico Sudoriental (SEAFO) ordenó la prohibición total.
Las regulaciones y directrices como las presentadas por la FAO no son totalmente efectivas (sobre todo si tienen carácter voluntario) y es posible que se sigan realizando capturas ilegales, en cambio, con una prohibición total del transbordo en alta mar, se podría apoyar la capacidad de los organismos de supervisión para detectar y prevenir la pesca ilegal, reduciendo el trabajo esclavo en este sector que a día de hoy, sigue prácticamente sin cambios, recordemos este informe presentado por la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas.
Los investigadores concluyen que después de analizar toda la información, consideran que lo más lógico es aplicar el principio de precaución instaurando una moratoria en los transbordos en alta mar a través de las organizaciones de ordenación pesquera, con ello se cree que se acabaría rápidamente con los problemas antes destacados. Podéis conocer más detalles de este extenso estudio a través de este artículo publicado en la revista científica Marine Policy.
Foto 1 | Jill Clardy
Foto 2 | russellstreet