La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) ha publicado un vídeo en el que explica qué es la nanotecnología aplicada a la alimentación de un modo sencillo y fácil de entender. La nanotecnología es la ciencia que manipula moléculas y átomos para fabricar productos a microescala, de ahí que también se denomine nanotecnología molecular. La EFSA comenta que la nanotecnología es una de las áreas científicas más emocionantes y de mayor movimiento en la actualidad, en el campo de la alimentación se trabaja con esta ciencia para la creación de nuevos productos que pueden ser muy beneficiosos para la salud y la alimentación.
Nano hace referencia a algo muy pequeño, un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro o la millonésima parte de un milímetro, el término se utiliza para expresar la dimensión a una escala atómica, como ejemplo, la experta de la EFSA comenta que un nanómetro es aproximadamente 100.000 veces más pequeño que la anchura de un cabello humano. Trabajar desarrollando nuevas aplicaciones y productos a esta escala tan pequeña es lo que se denomina nanotecnología y en el campo de la alimentación ofrece un gran abanico de oportunidades para mejorar los alimentos.
Encontramos nanomateriales en todas partes, en la arena, en el polvo, en las cenizas volcánicas, en las plantas, en los animales, etc. La experta cita ejemplos como las nanoestructuras de los ojos de los insectos, que aseguran un efecto anti-reflectante y un efecto repelente al agua para que puedan volar con seguridad. En la actualidad los investigadores crean nanoestructuras mediante la reorganización de los átomos de un objeto, con ello logran crear un nanomaterial con nuevas propiedades y aplicaciones, que permiten fabricar materiales más ligeros, más resistentes, de distinto color, etc.
La magia de la nanotecnología es la capacidad de poder cambiar las propiedades de los materiales de acuerdo a su tamaño, como ya hemos comentado, en el campo de la alimentación los expertos trabajan con la nanotecnología para crear nuevos productos que sean beneficiosos para la alimentación y la salud, un ejemplo es la nanoplata, un elemento con propiedades antibacterianas que se pueden utilizar en aquellos materiales que entran en contacto con los alimentos, por ejemplo, los envases alimentarios, las tablas de corte, etc.
Los nanomateriales se pueden utilizar en suplementos alimenticios facilitando la absorción de los nutrientes, se pueden desarrollar nanosensores que se integran en el embalaje alimentario para llevar a cabo controles de calidad, ampliar la vida útil de los alimentos o mejorar los ingredientes para que resulten más sabrosos y saludables. Otro ejemplo que cita la experta de la EFSA en el vídeo es convertir un grano de sal en pequeños granos a escala nanométrica, lo que aumenta de forma significativa la superficie donde se aplica, logrando que la comida necesite menos sal y que se pueda apreciar su sabor sin cambios, lo que resulta ideal para quienes se preocupan por limitar la ingesta de este mineral a fin de reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
La investigadora de la agencia explica que es necesario asegurar que las nanotecnologías alimentarias no provocan daños a los consumidores o tienen efectos secundarios no deseados, de ahí que la Unión Europea requiera evaluaciones de seguridad sobre las características físico-químicas, la identificación y caracterización de amenazas, o la caracterización de posibles riesgos. Comenta que algunas propiedades específicas deben tenerse en cuenta a la hora de evaluar el impacto que tienen los nanomateriales en la salud humana y en el medio ambiente.
Aquí es donde entra en juego la EFSA, a medida que avanza esta ciencia, aparece mucha incertidumbre, así como algunos riesgos potenciales. Investigadores, empresas y gobiernos son los responsables de que esta tecnología funcione y ofrezca todos los beneficios de un modo totalmente seguro. Merece la pena recordar que a principios de este año entró en vigor el reglamento europeo sobre nuevos alimentos, legislación que tiene el objetivo de facilitar la introducción en el mercado comunitario de diferentes productos que son acordes a la innovación y a los avances tecnológicos que experimenta el sector alimentario.
Antes de que se autorice un nuevo alimento se debe demostrar científicamente que es seguro para la salud, tarea que lleva a cabo la EFSA. Como en el resto de autorizaciones, los fabricantes deben aportar la documentación científica para que sea evaluada por la agencia que, además, llevará a cabo las pruebas adicionales oportunas para verificar y certificar que se trata de productos seguros. Parece que la EFSA pretende proporcionar mayor transparencia sobre los nanomateriales, años atrás no era así, existían demasiados secretos con los alimentos desarrollados con nanotecnología.
Para conocer más detalles sobre esta tecnología, las regulaciones, los estudios que se han realizado hasta el momento, las evaluaciones que se llevan a cabo sobre los riesgos de la aplicación de la nanociencia y las nanotecnologías en la cadena de alimentos y piensos, etc., os recomendamos acceder a la página oficial de la EFSA.
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