
Si lleváis tiempo con nosotros —años, incluso décadas— ya lo sabéis: en Gastronomía y Cía siempre hemos defendido que cocinar es mucho más que alimentarse. Que la cocina es salud, placer, memoria, cultura… y también un pequeño acto de revolución cotidiana.
Pero la vida cambia. Cambiamos. Y después de casi veinte años compartiendo cada día recetas, técnica, experiencias, reflexión y pasión culinaria, sentimos que también es momento de abrir una puerta más.
No hablamos de seguir modas. No va de eso. Hablamos de algo mucho más profundo: de tener criterio, de mirar el presente con ojos críticos y decidir qué merece la pena incorporar a nuestra vida diaria. Porque la cocina importa, sí, pero no vive aislada. Está en el centro de muchas cosas que nos hacen bien: el descanso, el movimiento, el conocimiento… el bienestar.
Por eso, desde hace tiempo, nos ronda la idea de ampliar el foco. De añadir, como diría un afamado cocinero, nuevos ingredientes a nuestra receta maestra. Y con ello, empieza una nueva etapa en Gastronomía y Cía: Gastronomía y Vida.
Siempre hemos creído en aquella frase que dice que “tu alimento sea tu medicina”. Pero con los años (y ya vamos acumulando bastantes, más del doble que el blog…), hemos aprendido que el alimento no lo puede todo. Que hay que moverse. Cuidarse. Conocerse. Escucharse.
Yo empecé a entrenar con pesas cuando eso no era tendencia ni mucho menos común. Año 1999. Lo que hoy llamamos entrenamiento de fuerza, entonces era sólo “hacer pesas”. Y qué alegría fue, años después, escuchar a los primeros divulgadores en salud nombrar estudios científicos que concluían que ese tipo de ejercicio era clave —especialmente para nosotras, las mujeres, y aún más al llegar cierta edad.

Así que desde 2016 entreno de forma constante. Forma parte de mi vida. Gimnasio por la mañana, buen desayuno después… y a la cocina o al teclado (o ambos). Y confieso que echaba de menos poder compartir también esta parte. No por exhibicionismo que, quienes nos conocéis, ya sabéis que no va con nosotros, sino por coherencia. Porque si hablar de cocina es hablar de vida, hablar de cómo cuidamos esa vida también es parte del menú.
Así que no, no vamos a dejar de compartir recetas, ingredientes, restaurantes, congresos, vinos, cultura, historia culinaria ni placer gastronómico. Eso no se toca. Pero sí vamos a ampliar la mesa. Porque hay muchas más cosas que nos importan. Y porque sabemos que a vosotros también.
Esta nueva etapa se refleja también aquí, en Substack, en Gastronomía y Cía A Bocados. Un espacio más íntimo, más directo, donde compartimos contenidos personales, detallados, con más calma y con más intención. Algunos de ellos son de pago. Sabemos que eso puede no gustar a todo el mundo (aunque hasta ahora sólo una persona nos lo ha dicho directamente). Pero también sabemos que es justo explicar por qué. Lo haremos pronto si os interesa, no dudéis en decírnoslo, con la misma transparencia de siempre.
Gracias por estar, por leer, por acompañarnos, ya sea desde los primeros días o desde ayer. Ojalá lo que viene os inspire, os nutra y os acompañe. Porque eso sigue siendo lo que nos mueve. Seguimos. Y lo hacemos con vosotros.
💬 ¿Os resuena esta nueva etapa?
Podéis dejarnos un comentario aquí abajo: nos encantará saber qué pensáis, qué os gustaría leer, o qué forma toma el bienestar en vuestro día a día.
Gracias por estar. Nos leemos pronto.








2 comentarios
Me parece genial. Yo sigo desde hace 18 años escribiendo y hablando de lo mismo: de salud y buena cocina y, sobre todo, de constancia en esa práctica. No hay otra.
Enhorabuena!
Me encanta la idea, y no creo que sea moda, cuando todos los médicos recomiendan el cuidado integral.
Gracias por vuestro trabajo