Puesta en marcha de un plan de inspecciones para evitar el uso de aceiteras rellenables en los restaurantes

Se anuncia la puesta en marcha en Andalucía de un plan de inspecciones para evitar el uso de aceiteras rellenables en los restaurantes y demás establecimientos de hostelería. Resulta curioso comprobar que han pasado cinco años desde la puesta en marcha de la normativa de las aceiteras irrellenables, y ahora se hable de un plan de inspecciones que creemos servirá de poco.

Aceiteras rellenables

Carmen Crespo, consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, anuncia que el Gobierno de Andalucía va a trabajar para la puesta en marcha de un plan de inspecciones para evitar el uso de aceiteras rellenables en los restaurantes y demás servicios de hostelería. La consejera comenta que en Andalucía se acabaron los envases rellenables para el aceite por el daño que hacen al sector, lo dice cinco años después de la puesta en marcha de una norma que se puede esquivar fácilmente, ya que basta con añadir hierbas aromáticas, guindillas, ajos u otros condimentos al aceite, para que se convierta en un aderezo y no se incumpla la normativa.

En el año 2014 entró en vigor la normativa de las aceiteras irrellenables aprobada a finales del año 2013, reglamentación que prohíbe el uso de las aceiteras rellenables en los restaurantes y en otros servicios de hostelería, y cuyo incumplimiento se traduce en una multa de entre 600 y 600.000 euros, cantidad límite que, como ya apuntamos en su momento,es desorbitada. Dos años después de su entrada en vigor se hizo balance sobre la efectividad de la norma, y el presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español reconoció que la medida no produjo los resultados esperados.

Desde la Interprofesional del Aceite de Oliva Español se apuntaba que el control y persecución de las irregularidades que se estaban cometiendo estaba en manos de las autoridades de consumo de las Comunidades Autónomas (que poco o nada habían hecho al respecto), que no existía un registro de infracciones y lugares donde se producían, y no se había puesto en marcha un plan de inspecciones que se encargara del cumplimiento de la norma, total, la legislación era un auténtico fiasco en su aplicación.

Ahora se promete en Andalucía poner en marcha los mecanismos que garanticen el cumplimiento de la norma, pero hay que recordar que a principios de 2014 la Federación Andaluza de Hostelería comentaba que algunos hosteleros se podrían saltar la norma con la práctica antes comentada, convertir el aceite de oliva en un aderezo, por lo que podrían seguir utilizando tranquilamente las aceiteras rellenables. En este caso, son los comensales los que tienen la capacidad de solicitar una aceitera irrellenable o un botellín mono dosis si no quieren un aceite preparado.

Norma del aceite en los restaurantes

Probablemente los restaurantes tendrán un pequeño stock de aceiteras irrellenables y botellines monodosis para servir a quien lo solicite y así no incumplir la norma, ya que en ella se específica que “En los establecimientos del sector de la hostelería y la restauración y en los servicios de catering, los aceites se pondrán a disposición del consumidor final en envases etiquetados y provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización”. Por tanto, contestar a un cliente ‘sólo tenemos este aderezo’ no tiene validez, de ahí la necesidad de tener un stock de aceiteras irrellenables o monodosis.

Según leemos aquí, Carmen Crespo comenta que los envases rellenables hacen mucho daño al sector del aceite, por ello es necesario mimar el “oro líquido” con todo tipo de iniciativas, incluida la normativa de 2014. Se pretende tratar el problema como si fuera un tema de Estado, por la importancia del papel del olivar en todos los ámbitos. Pero, la verdad es que de poco van a servir las inspecciones y, además, no ayudará a aliviar la preocupación por la crisis de precios del aceite de oliva. Lo que hace falta es que los consumidores sean conscientes de los beneficios del aceite de oliva virgen extra y que sean ellos quienes pidan en los restaurantes y establecimientos de hostelería en general, las monodosis o aceiteras irrellenables, ya que existe obligación de proporcionarlas, con ello prácticamente no harían falta inspecciones.

Veremos cómo se ejecuta el plan de trabajo, si este termina extendiéndose a nivel nacional y qué resultados se obtienen.

Foto 1 | Yuichiro Haga
Foto 2 | StateofIsrael

1 comentarios

  • santaklaus - julio 14, 2019 - 19:15
    #1

    En vez de pensar en el bien de todos piensan en el bien de las aceiteras. ¿Dónde va el plástico de todas esas botellitas? La relación plástico/aceite en una botella pequeña es mucho mayor que en una grande.
    No seré yo el que contribuya a aumentar la contaminación por plásticos para que las aceiteras tengan más beneficios.

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