
Las semillas de hinojo son muy conocidas por sus propiedades digestivas y por su uso tradicional en infusiones, especialmente para aliviar problemas como los cólicos en los bebés o los gases en las personas adultas. Hay que destacar que su sabor dulce y su aroma tan
característico y peculiar, convierten a estas semillas en un apreciado ingrediente en las mezclas de especias y los suplementos naturales. Sin embargo, son pocas las personas que saben que no son tan inocuas como asegura la sabiduría popular.
Las semillas de hinojo contienen una sustancia denominada estragol que está presente de forma natural tanto en el hinojo dulce (Foeniculum vulgare var. dulce), como el hinojo amargo (Foeniculum vulgare var. vulgare) y es la responsable de su aroma dulce y anisado. El caso es que este compuesto ha sido identificado como genotóxico y carcinogénico, es decir, que puede dañar el ADN y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, así se ha concluido en diferentes investigaciones y evaluaciones científicas.
La Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea (EFSA), a petición de la Comisión Europea y después de una advertencia realizada por las autoridades alemanas, ha analizado la seguridad de los productos elaborados con semillas de hinojo, centrándose sobre todo en los productos destinados a los bebés, niños pequeños y mujeres embarazadas o que estaban en período de lactancia, por tratarse de grupos vulnerables.
Tras una revisión de los estudios disponibles, los expertos de la EFSA no pudieron establecer un nivel seguro de exposición al estragol, por lo que han concluido que un consumo regular de infusiones u otros productos que lo contengan, puede suponer un riesgo para la salud y sobre todo en los grupos de riesgo mencionados.
Entonces, ¿significa esto que hay que dejar de usar hinojo? No necesariamente, ya que el riesgo depende de la cantidad de estragol que esté presente en el producto final. Existen preparaciones en las que este compuesto ha sido eliminado o reducido a niveles que son prácticamente indetectables, por lo que no supondrían ningún riesgo. La EFSA comenta que el problema radica en aquellos productos donde no se ha realizado una purificación, algo que no siempre está claramente indicado en el etiquetado del producto.

En cuanto a los bulbos de hinojo o parte blanca y carnosa de la planta que se suele consumir en una ensaladas, como guarnición gratinada, como verdura, etc., no se consideran un riesgo para la salud, no al menos en relación con el estragol. Tampoco hay evidencia que concluya que comer bulbo de hinojo represente un riesgo para embarazadas o niños, pero siempre que se consuma como parte de una dieta equilibrada.
De momento, se siguen evaluando los riesgos y hasta que se publique el informe con las conclusiones definitivas (que actualmente se encuentra abierto a consulta pública hasta el próximo mes de septiembre), lo más prudente es evitar el uso de infusiones de hinojo en los bebés y especialmente recién nacidos y lactantes. Las mujeres embarazadas o lactantes deberían evitar consumir productos que contengan hinojo no procesado, si no hay garantías de que el estragol ha sido eliminado, y leer bien las etiquetas de los productos eligiendo aquellos que se certifican libres de estragol.
Aunque las semillas de hinojo tienen una larga historia de uso tradicional, no todo lo natural es seguro y de eso hemos hablado en otras ocasiones, por lo que es necesario informarse bien y tomar decisiones conscientes. Y ante la duda, lo mejor es consultar con un profesional de la salud.
Podéis conocer más detalles sobre la evaluación de la EFSA sobre las semillas de hinojo a través de su página oficial.
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