A principios de año, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), puso en marcha una consulta pública sobre el etiquetado obligatorio del país de origen de la leche y los productos lácteos en España, en esta consulta se preguntaba a las partes interesadas si creían que esta era una medida acertada, si preferían que la norma fuera obligatoria o voluntaria, si los consumidores consideraban la información importante y si estarían dispuestos a pagar más por conocer la procedencia de la leche y los productos lácteos.
Tras la consulta, se preparó el borrador definitivo del Real Decreto que introduce la normativa del etiquetado obligatorio del país de origen. Pues bien, España ha comunicado a la CE su intención de poner en marcha el etiquetado obligatorio del país de origen de la leche y los productos lácteos, convirtiéndose en el último país de la Unión Europea, por el momento, en llevar a cabo esta medida que persigue proporcionar a los consumidores información clara y transparente sobre la procedencia de los productos que adquieren, así como evitar la pérdida de competitividad frente a otros países que ya han aplicado esta medida.
Como ha ocurrido con el resto de países que ya la han adoptado, por ejemplo Francia, Italia, Portugal, Grecia, Lituania o Finlandia, el Ministerio de Agricultura ha comunicado que en principio el etiquetado se introducirá de forma experimental durante dos años, de conformidad a las normas de la Unión Europea, afectando a la leche y productos lácteos que se comercializan en nuestro país, aquí podéis leer la notificación presentada a la Comisión Europea.
Los productos afectados por la norma son: leche y nata sin concentrar, azucarar ni edulcorar de otro modo, leche y nata concentrada, azucarada o edulcorada de otro modo, suero de mantequilla, leche y nata cuajada, yogur, kefir y demás leches y natas fermentadas o acidificadas, incluyendo concentrados, azucarados, edulcorados de otro modo o aromatizados con fruta o cacao, lactosuero incluido el concentrado, azucarado o edulcorado de otro modo, productos constituidos por los componentes naturales de la leche, también los azucarados o edulcorados de otro modo que no expresados ni comprendidos en otras partidas. Mantequilla y demás materias grasas de la leche, quesos y requesón.
En las disposiciones recogidas en el Proyecto de Ley se especifica que los productos lácteos que contengan como mínimo un 50% de leche en peso, deberán indicar de forma obligatoria el origen de la leche, utilizando el mismo tamaño y color de la fuente de la letra que se utiliza para informar sobre la lista de ingredientes. Se deberá indicar el nombre del país en el que la leche ha sido ordeñada mediante la indicación «País de ordeño», en el caso de leche transformada se deberá utilizar la expresión «País de transformación».
Las empresas de alimentación deberán contar con documentos, sistemas o procedimientos que permitan demostrar la procedencia de la leche. Además, se podrá añadir información de carácter voluntario acerca del origen regional de la leche, en este sentido se han establecido una serie de requisitos específicos con el propósito de evitar que dicha información pueda resultar confusa para los consumidores. A través de este enlace (Pdf) podréis conocer todos los puntos del Real Decreto de la normativa para el etiquetado de la leche y los productos lácteos.
Como ya explicamos en su momento, la European Dairy Association (EDA) o Asociación Láctea Europea, se ha opuesto al etiquetado de origen desde el principio, sus principales argumentos contra esta norma que han adoptado varios países son que afecta de forma negativa a los productores que se encuentran cerca de las regiones fronterizas y que pueden obtener la leche de lecherías de distintos países, y que lamentablemente arremete contra uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea, el mercado único.
Esta asociación opina lo mismo que la FoodandDrinkEurope, recordemos que ayer podíamos conocer a través de uno de sus comunicados, que instaba a la Unión Europea a que se oponga a la renacionalización de las políticas alimentarias, incidiendo en que debe oponerse al etiquetado del país de origen de los alimentos por todos los (supuestos) daños que causarán a la industria alimentaria y a los consumidores. Volvemos a incidir en que la fragmentación del mercado único no está demostrada y que el etiquetado lo que aporta es mayor transparencia y solidez al mercado.
Fotos | Yaniv Ben-Arie