La dieta con plantas difíciles de masticar cambió el organismo humano

Un estudio reciente realizado por expertos dela Universidad de Dartmouth College y publicado en la revista Science, aporta nuevas perspectivas sobre la evolución humana. Según los resultados, la dieta con plantas difíciles de masticar cambió el organismo humano, es decir, el consumo habitual de gramíneas duras como el trigo y el sorgo, impulsaron modificaciones en la dentición y la estructura física de nuestros antecesores.

La alimentación provocó la evolución del ser humano

La dieta con plantas difíciles de masticar cambió el organismo humano, esta es la conclusión a la que se ha llegado en una reciente investigación realizada por expertos de la Universidad Dartmouth College de Estados Unidos y publicada en la revista científica Science. Los investigadores comentan que los resultados de este trabajo, contribuyen a cambiar el modo en el que se entiende la evolución.

Contrariamente a lo que siempre se ha creído, el organismo humano no se adaptó primero y luego se cambió la alimentación, en realidad fue al contrario, ya que fueron nuestras decisiones dietéticas y concretamente empezar a consumir plantas difíciles de masticar o duras, como los pastos, lo que con el tiempo moldeó la dentición, la mandíbula y otras características físicas. Los expertos comentan que se trata de un cambio de menú que lo cambio todo.

El equipo de investigación liderado por el paleoantropólogo Luke Fannin descubrió que algunos primates incluidos algunos antecesores del ser humano, empezaron a consumir gramíneas (unas plantas similares al trigo, el sorgo o el mijo en su versión salvaje) mucho antes de que nuestros antecesores tuvieran los dientes adaptados a este tipo de alimentos. Esto es algo que se pudo constatar a través del análisis de isótopos de carbono y oxígeno en los dientes fosilizados, permitiendo reconstruir las dietas de especies extintas de hace más de 4 millones de años.

Los investigadores explican que los cambios en la alimentación llegaron cientos de miles de años antes que los cambios físicos que eran necesarios para procesar correctamente esos alimentos. Hoy en día, la mayoría de las calorías que consume el ser humano proceden de ese grupo de plantas que nuestros antepasados empezaron a consumir hace millones de años, el trigo, el maíz, el arroz, la cebada, el mijo… lo que muestra que la relación entre la especie humana y las gramíneas es tan antigua como decisiva. Es más, los investigadores apuntan que la dieta no es sólo reflejo de nuestra biología, también es en buena medida su causa.

Los alimentos vegetales fibrosos causaron la evolución y adaptación de los dientes humanos

Aquí surgiría una pregunta similar a “qué fue primero, el huevo o la gallina”, “qué fue primero, el diente o el alimento”. Durante décadas la teoría ampliamente aceptada decía que primero aparecía una adaptación corporal, como dientes más fuertes, y posteriormente los individuos podían acceder a nuevas fuentes alimenticias, pero la presente investigación cambia el orden de los factores, primero se cambiaron los hábitos alimentarios y posteriormente y de forma lenta, la biología cambió y se adaptó.

Los expertos explican que este mecanismo se conoce como impulso conductual (behavioral drive), una teoría evolutiva que propone que ciertos cambios del comportamiento en una especie, pueden preceder y provocar cambios físicos o biológicos. Esta es una idea propuesta en la década de los años 60, pero que hasta ahora no se había comprobado con determinación en los seres humanos. En el caso del estudio, el cambio de dieta impuso una presión evolutiva sobre el organismo que forzosamente debió adaptarse para procesar mejor lo que ya se había empezado a consumir de forma regular.

El equipo de investigación explica que el caso es muy llamativo porque implica que durante cientos de miles de años, nuestros antecesores consumieron plantas duras y fibrosas sin tener los dientes adecuados para ello, siendo un comportamiento que se mantuvo generación tras generación hasta que por selección natural, aparecieron individuos con rasgos morfológicos adaptados y más eficientes para esa dieta a base de vegetales duros y difíciles de masticar.

No es algo que nos sorprenda, recordemos que según un estudio de hace algunos años, gracias a los alimentos cocinados nuestra evolución varió con respecto a los primates, la cocina permitió que las propiedades bioquímicas de las moléculas que consumimos cambiaran y, por tanto, cambiara el modo de absorber y procesar todos los nutrientes que entraban en el organismo humano. Según los genetistas, en nuestra evolución los alimentos cocinados jugaron un papel fundamental, por lo que se podría decir que en la evolución, tanto el tipo de alimento como la cocción, tuvieron un impacto notable.

Los alimentos vegetales duros forzaron la evolución de la dentadura

Según el equipo de investigadores, lo más fascinante es que esto no es sólo prehistoria, es la transformación que se inició con la inclusión de pastos en la dieta habitual y que en la actualidad suponen más del 50% de las calorías de la dieta humana actual. Desde las primeras recolecciones hasta la agricultura y las cocinas modernas, nuestra evolución biológica y cultural ha girado en torno a esta relación. No hay duda de que de algún modo, lo que empezó como una adaptación alimentaria improvisada, se ha convertido en la base de nuestra cultura gastronómica.

La conclusión del estudio es que los alimentos son un motor de cambio, que la alimentación puede dirigir el curso de la evolución y no es sólo que comemos lo que podemos digerir, sino que hemos aprendido a digerir lo que decidimos comer a pesar de que el organismo no estuviera listo. Y claro, a raíz de estos resultados, se puede plantear la pregunta, ¿qué cambios estamos provocando hoy con nuestras decisiones alimentarias?

Os recomendamos leer este interesante estudio realizado por expertos de la Universidad Dartmouth College, a través de este artículo publicado en la revista científica Science.

Fotos | Depositphotos

Gastronomía y Cia - Mar Gavilán y Javier Muniesa

Mar Gavilán y Javier Muniesa

En 2005, fundamos el primer blog gastronómico colaborativo en España, que rápidamente se convirtió en un referente en el ámbito gastronómico. En 2008, dimos un paso adelante y creamos Gastronomía & Cía de manera independiente. Para nosotros, ha sido un sueño hecho realidad combinar nuestras pasiones por la gastronomía, la creatividad y la divulgación. Ahora nuestro objetivo es inspirar, informar, deleitar y conectar con todos los entusiastas de la cocina.

Deja una respuesta

Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comentes de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS:

Responsable: Gastronomía & Cía
Finalidad: Gestión de suscripciones al blog y moderación de comentarios
Legitimación: Consentimiento del interesado
Destinatarios: No se comunicarán los datos a terceros, salvo por una obligación legal.
Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos, así como otros derechos, como se explica en la información adicional.
Información adicional: Puede consultar la información detallada sobre la protección de datos aquí.