Dieta blanda o de fácil digestión: qué es, qué comer y cuándo se recomienda

Dieta blanda o de fácil digestión es un plan nutricional temporal diseñado para reducir el esfuerzo del aparato digestivo, especialmente en situaciones de enfermedad, recuperación postquirúrgica o trastornos gastrointestinales. Te explicamos qué es, qué comer y cuándo se recomienda, básicamente consiste en el consumo de alimentos de textura suave, bajos en fibra de difícil digestión y en grasas saturadas, que deben ser cocinados con métodos sencillos (hervidos, al vapor, a la plancha) para minimizar la actividad intestinal, reducir la irritación, favorecer la absorción de nutrientes y la recuperación del sistema digestivo.

Dieta de los alimentos blandos o dieta de fácil digestión

Es posible que alguna vez os hayan recomendado (a vosotros o a algún familiar) seguir una dieta blanda, también llamada dieta de fácil digestión. Se trata de un enfoque nutricional pensado para reducir el esfuerzo del aparato digestivo cuando está comprometido por enfermedad, una intervención quirúrgica o trastornos gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea, gastritis, reflujo, etc.). Su objetivo es aliviar síntomas y favorecer la recuperación con alimentos de textura suave, bajo residuo y fácil tolerancia.

Pero, ¿qué es exactamente la dieta blanda? Este plan dietético consiste en comer alimentos que sean suaves tanto en textura como en sus efectos digestivos, donde hay poca fibra difícil de digerir, tiene un bajo contenido en grasas saturadas y lo alimentos son cocinados de modo que se minimiza el esfuerzo que debe hacer el sistema digestivo para procesarlos.

Según esta guía (Pdf) de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), la dieta de alimentos blandos se define como “una dieta completa compuesta por alimentos de textura variada que no irritan el tracto digestivo y de técnicas culinarias que facilitan la digestión”. En general, se concibe como una pauta temporal para dar descanso al sistema digestivo, favorecer su recuperación y normalizar las funciones gastrointestinales. Suele indicarse tras intervenciones quirúrgicas y en casos de gastroenteritis, reflujo intenso o alteraciones de la absorción, entre otros.

La filosofía de esta dieta gira en torno a dos ejes principales, reducir la carga digestiva proporcionando al organismo alimentos que requieren una menor masticación, una menor actividad intestinal (menos fermentación, menos gases), y una menor secreción ácida. Y esto se consigue, por ejemplo, con las verduras cocidas en vez de crudas o con carnes magras en vez de carnes muy grasas.

Promover la recuperación y el buen funcionamiento del aparato digestivo

La idea es que al simplificar la digestión y absorber mejor los nutrientes, se logra favorecer la reparación, la absorción, la restauración de la flora intestinal o la disminución de la irritación digestiva. Hay que aclarar que esta dieta se ideó como herramienta terapéutica y no se concibió para adelgazar o aumentar masa muscular, aunque es cierto que puede producir pérdida de peso si se reduce carga calórica.

A pesar de que la descriptiva “dieta blanda” se utiliza de un modo genérico, conviene diferenciar algunas variantes que los profesionales de la salud nombran. Dieta blanda de fácil digestión es la más común en este contexto y su objetivo es que los alimentos fluyan bien y no causen irritación ni excesiva actividad intestinal.

Dieta de los alimentos blandos

La dieta blanda de fácil masticación se centra más en la textura del alimento (sobre todo cuando hay problemas dentales, de masticación limitada, la existencia de una prótesis, etc.) y está formada por alimentos muy blandos e incluso triturados. La dieta blanda mecánica es una variante también vinculada a la textura, y se adapta a personas con alteraciones de la mandíbula, la lengua u otra parte que intervenga en la masticación.

¿Cuándo se popularizó la dieta blanda o dieta de fácil digestión?

No existe una fecha concreta en la que apareciera esta dieta. La idea de adaptar la alimentación cuando el sistema digestivo está debilitado se practica desde hace mucho tiempo en el ámbito hospitalario. Desde hace décadas, en los hospitales se habla de fases dietéticas como dieta líquida, semilíquida, semisólida o dieta blanda después de cirugías digestivas o episodios agudos.

Lo que sí ha cambiado en los últimos 20 o 25 años es la formalización de estas pautas. La nutrición clínica moderna y las guías de dietistas-nutricionistas han estandarizado este tipo de dieta y la han incluido en protocolos asistenciales oficiales.

El interés por la dieta de fácil digestión también ha crecido a medida que se ha reconocido mejor la existencia de trastornos digestivos funcionales como el síndrome del intestino irritable, el reflujo o ciertas intolerancias alimentarias. Podríamos decir que se trata de una estrategia tradicional en nutrición clínica, que hoy cuenta con más evidencia, más regulación y mucha más difusión.

¿Quiénes han impulsado la dieta de los alimentos blandos o la dieta de fácil digestión?

Los principales promotores de este tipo de dieta no son los denominados dietistas estrella, han sido las instituciones médicas y nutricionales, los hospitales y los profesionales de la salud que trabajan en gastroenterología y nutrición clínica. Se pueden citar hospitales universitarios y servicios de dietética que elaboran guías para pacientes post-quirúrgicos o con enfermedades digestivas, véase como ejemplo este folleto (Pdf) de la Northwestern Medicine, que lo define claramente. También se puede encontrar información en medios divulgativos de dietistas nutricionistas que explican la diferencia entre “dieta blanda de fácil digestión” y otras variantes.

Dieta alimentos cocinados

La dieta de alimentos blandos o dieta de fácil digestión no se ha concebido como dieta para personas sanas y sin problemas digestivos, no es adecuada como un estilo de vida habitual a largo plazo, a no ser que exista una recomendación específica. De hecho, y según los expertos en salud, prolongarla sin supervisión médica puede llevar a deficiencias en fibra, vitaminas o minerales.

¿En qué consiste la dieta de fácil digestión?

Las características principales de este tipo de dietas son la inclusión de alimentos blandos, fáciles de masticar y de tragar. La cantidad de fibra insoluble debe ser reducida porque puede aumentar la carga intestinal, debe ser moderada o baja en grasas, especialmente en grasas saturadas, a fin de evitar la excesiva estimulación digestiva. Los alimentos deben ser cocinados con métodos suaves, hervidos, al vapor, a la plancha, al horno y sin grasa en exceso, evitando los fritos, las salsas pesadas y los condimentos potentes. Se deben evitar los alimentos crudos, muy condimentados o de textura muy dura, ya que pueden incrementar los gases, la irritación o la motilidad intestinal.

Los alimentos típicamente permitidos son las verduras cocidas, alimentos sin piel, los no flatulentos (zanahoria, calabacín, calabaza), las frutas cocidas o en compota (sea manzana, o pera) y sin piel, las carnes magras como el pollo o el pavo pero sin piel, los pescados blancos al horno o con una plancha ligera, los productos lácteos bajos en grasa como el yogur natural o el queso fresco, cereales refinados como la pasta simple, el arroz blanco o el pan blanco, en vez de sus variantes integrales, y los caldos suaves, sopas, purés, gelatinas y alimentos de textura suave.

Los alimentos que se deben evitar al seguir esta dieta son: las verduras crudas, las frutas con piel, las legumbres enteras, los cereales integrales, las carnes rojas muy fibrosas, los embutidos, las comidas muy grasas o muy condimentadas, los fritos, las salsas pesadas, el alcohol, la cafeína y cualquier alimento que pueda irritar la mucosa digestiva.

Cocinar las verduras

Efectividad y carácter saludable de la dieta bland o dieta de fácil digestión

Hay que decir que la dieta es eficaz para facilitar la digestión, minimizar síntomas de la irritación, permitir que el sistema digestivo pueda descansar y recuperarse. En cuanto a salubridad hay que destacar que, en general, es segura cuando está bien pautada, supervisada y se utiliza durante el periodo de tiempo adecuado, pero hay que tener algunas consideraciones:

La dieta blanda tiene un contenido bajo en fibra y, si se prolonga, puede no cubrir las recomendaciones diarias. Además, al reducir la variedad de alimentos, aumenta el riesgo de carencias de vitaminas y minerales si no se planifica bien (y, en su caso, no se sustituyen adecuadamente algunos micronutrientes). No está pensada para personas sanas que sólo buscan “comer mejor” sin indicación médica: en esos casos corresponde una dieta equilibrada con suficiente fibra y presencia de vegetales crudos bien tolerados.

En la práctica, debe usarse sólo de forma temporal y cuando la situación lo permita, reintroducir alimentos de manera gradual hasta volver a una pauta variada y completa. Esta transición escalonada ayuda a recuperar la tolerancia digestiva y a cumplir los requisitos de fibra y micronutrientes.

Crédito imágenes | Depositphotos.com

Gastronomía y Cia - Mar Gavilán y Javier Muniesa

Mar Gavilán y Javier Muniesa

En 2005, fundamos el primer blog gastronómico colaborativo en España, que rápidamente se convirtió en un referente en el ámbito gastronómico. En 2008, dimos un paso adelante y creamos Gastronomía & Cía de manera independiente. Para nosotros, ha sido un sueño hecho realidad combinar nuestras pasiones por la gastronomía, la creatividad y la divulgación. Ahora nuestro objetivo es inspirar, informar, deleitar y conectar con todos los entusiastas de la cocina.

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