
Hay utensilios que te invitan a cocinar, y otros que te obligan a negociar con ellos. El acero inoxidable, cuando está bien hecho, pertenece al primer grupo: es directo, honesto y agradecido. No pretende resolverte la vida con una promesa de ‘no se pega jamás’, pero te devuelve algo más importante: control, resultados consistentes y una sensación clara de herramienta que no está de paso en tu cocina.
Con los años he cocinado con muchas sartenes, incluidas antiadherentes de todo tipo. Algunas cumplen su función y pueden tener su lugar, pero si hablamos de una cocina cotidiana con ambición, esa que quiere un dorado bonito, una carne bien marcada, unas verduras con carácter, una salsa que se construye a partir de jugos reales, el acero inoxidable tiene una ventaja difícil de igualar. Permite que el alimento reaccione, caramelice, deje fondo y que ese fondo se convierta en sabor cuando desglasas. Esa es la diferencia entre cocinar y pasar cosas por una sartén.
El debate sobre salud suele contaminarse de absolutismos. A nosotros nos interesa desde otro ángulo: la tranquilidad. Un antiadherente es, por definición, una solución basada en una capa que envejece, puede estar bien formulada, puede usarse correctamente, pero su rendimiento depende de que esa película siga intacta. En acero inoxidable no hay dependencia: lo que usas es metal, y el metal no está pensado para caducar. Ahí hay una forma de cocina más sensata: menos reemplazos, menos dudas y menos cuidado en un utensilio delicado que debería ser de trabajo.
En esta búsqueda de piezas fiables hemos ido probando distintas marcas que ofrezcan acero inoxidable de calidad, con conducción térmica adecuada, de duración infinita con mínimos cuidados y una gama que permita formar una batería coherente. Una de las que estamos probando es Fackelmann, con su línea Vita3. Nos interesa porque el planteamiento no se queda en una sartén aislada: hay varios diámetros y piezas complementarias para cocinar con el mismo criterio de material.
Vita3 se presenta como una gama de acero inoxidable ‘triply’ con fondo difusor, pensada para repartir el calor con más homogeneidad y para sacar partido a lo que el acero inoxidable hace mejor: sellar, dorar y desglasar. Además, se comercializa sin recubrimiento antiadherente y como libre de PFAs, algo relevante para quien quiere una cocina más limpia en términos de materiales. A nivel práctico suma que sea apta para inducción y también para horno, dentro de las condiciones indicadas por el fabricante.

Quienes están verdaderamente interesados en cocinar todo con utensilios de acero inoxidable, valorarán la variedad de esta línea que incluye sartenes de diferentes diámetros (clave para no amontonar y conservar textura y dorado) y piezas como cazo, guisera, wok y grill. Esto permite decidir qué tamaño conviene de verdad, qué pieza completa el tipo de cocina que se practica en el día a día, cuáles son realmente de uso frecuente…
Si estáis pensando en renovar menaje o en construir una batería que dure siempre, nuestra recomendación es simple: apostad por el acero inoxidable, requiere cuidados mínimos y regala resultados extraordinarios. Y si, además, queréis evitar recubrimientos y cocinar con tranquilidad, una gama como esta tiene sentido por coherencia, por amplitud de piezas y por la manera en que permite cocinar sin renunciar a lo importante: control y resultado.
Lo más sensato, en cualquier caso, es empezar por dos piezas que se usen a menudo. Os dejamos aquí los enlaces a nuestra sartén Fackelmann Vita3 y al cazo Fackelmann Vita3: dos básicos que encajan en casi cualquier cocina y que, por lo que estamos viendo en uso real, dan mucho juego.
En casa llevamos toda la vida cocinando en acero inoxidable. Somos de esa época en la que se preparaba ajuar a las jóvenes, y el mío incluía la batería de cocina que tantas veces veis en mis vídeos: piezas que han pasado por miles de comidas, han conocido todos los ritmos de una casa y siguen ahí, trabajando como el primer día con un mínimo de cuidado. Por eso hablamos del inox con convicción, no por tendencia. Y si os apetece que preparemos una guía práctica para cocinar en acero inoxidable (cómo precalentar, cómo evitar que se pegue, cómo limpiar sin obsesiones y cómo aprovechar el fondo para hacer salsas) decidnoslo en comentarios o por mensaje y la hacemos.







