La mayoría de los europeos cree que los alimentos ultraprocesados no son saludables y son perjudiciales para el medio ambiente

Según un estudio realizado por expertos del Observatorio del Consumidor de Alimentos del EIT Food, la mayoría de los europeos cree que los alimentos ultraprocesados no son saludables y son perjudiciales para el medio ambiente. El estudio se ha realizado en base al hecho de que los alimentos ultraprocesados, constituyen una buena parte de la dieta de los consumidores europeos, además, existe confusión y desconocimiento sobre lo que significa ‘ultraprocesado’ y qué alimentos se clasifican así.

El estudio que se titula «Percepciones del consumidor reveladas: alimentos ultraprocesados«, plantea algunas preguntas como, por ejemplo, si es justa la percepción que se tiene de los alimentos ultraprocesados o qué puede hacer la industria alimentaria para cambiar una percepción que considera negativa. El caso es que son muchos los consumidores que no confían en los alimentos ultraprocesados, así se desprende de la encuesta realizada a 9.787 personas adultas de 17 países europeos.

Según los resultados, un 65% de los encuestados cree que los alimentos ultraprocesados no son saludables y que posiblemente pasarán factura a la salud en un futuro, un 67% considera que estos alimentos contribuyen en la incidencia de la diabetes y la obesidad, pero a pesar de estos resultados, sólo el 56% de los encuestados asegura evitar adquirir productos alimenticios ultraprocesados, algo que, según los expertos, demuestra que la conveniencia es un factor importante en la elección de compra de los consumidores. Recordemos que en periodos de inflación, los alimentos poco saludables son los más económicos y, por tanto, aumenta la posibilidad de que formen parte de la cesta de la compra, de ello hablábamos en este post.

Muchos consumidores adquieren alimentos ultraprocesados y siguen una estrategia de “equilibrio”, es decir, procuran comer alimentos caseros y más naturales creyendo que así siguen una dieta más o menos saludable. Volviendo a la encuesta, un 67% de los encuestados aseguran que no quieren consumir alimentos que contengan ingredientes que no conocen y un 40% no confía en las agencias reguladoras, consideran que los alimentos ultraprocesados no están suficientemente regulados como para garantizar su carácter saludable y seguridad a largo plazo.

Lo cierto es que los alimentos ultraprocesados formar parte de la dieta de la mayoría de los consumidores europeos, sean comidas preparadas, salsas, conservas y un amplio abanico de productos que se pueden encontrar en las despensas de los consumidores, pero algo innegable es el hecho de que los resultados de la encuesta muestran que existe una gran preocupación por la salud y el carácter sostenible de estos alimentos. Si hablamos de las alternativas vegetales a la carne, como ya hemos comentado en otras ocasiones, se trata de alimentos ultraprocesados y esto disuade de adquirirlos a una parte de los consumidores. Hace poco hablábamos de un estudio sobre los productos veganos alternativos a la carne, cuya conclusión era que no son necesariamente saludables ni honestos.

¿Son los alimentos ultraprocesados perjudiciales para la salud? Basta con saber que generalmente contienen más grasas, azúcares y sal, ingredientes asociados a enfermedades como la diabetes, la presión arterial alta, la obesidad o el cáncer, e incluso a tener peor salud mental. A esto hay que añadir que este tipo de alimentos suelen contener diferentes aditivos, como los conservantes que permiten que tengan una mayor vida útil, pero ya sabemos que a medida que avanza la ciencia, la inocuidad de algunos conservantes se pone en tela de juicio. Podemos citar como ejemplo la nisina (E-234), uno de los conservantes habitualmente utilizados por la industria alimentaria en quesos, productos cárnicos, productos horneados, cremas de untar, etc., y que según un estudio, podría ser perjudicial para las bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal, pero hay muchos más ejemplos.

Sobre la relación alimentos ultraprocesados y medio ambiente, un 60% de los encuestados considera que estos alimentos resultan perjudiciales para el medio ambiente. En este sentido hay que recordar que hay ingredientes que forman parte de los alimentos ultraprocesados como, por ejemplo, el aceite de palma, que ha contribuido significativamente a la deforestación, y lo mismo ocurre con otros productos como la soja. Algunas investigaciones como la que podéis leer aquí, han asociado el consumo de alimentos ultraprocesados con la mayor emisión de gases de efecto invernadero, mayor uso de recursos como la tierra y el agua, etc. Por otro lado, este tipo de alimentos suelen ser productos envasados, lo que conlleva un mayor gasto energético y mayor volumen de residuos de envases que irremediablemente provocan un mayor impacto medioambiental.

¿Qué podrían hacer las empresas que elaboran alimentos ultraprocesados para mejorar la percepción de sus productos? La realidad es que los consumidores siguen adquiriendo alimentos ultraprocesados, y no hace mucho que empezaron a suscitar interés y preocupación, lo que indica que a medida que la comprensión y la concienciación avancen, el desafío para los fabricantes será mayor, por lo que deberán trabajar para que sean más saludables. Claro que, curiosamente aparecen nuevos estudios que parecen intentar que se vea un lado positivo de estos productos, por ejemplo, el estudio del Centro de Investigación de Nutrición Humana Grand Forks, en el que se concluía que era posible construir un patrón dietético saludable utilizando alimentos ultraprocesados.

El estudio de EIT Food nos proporciona una visión sobre los alimentos ultraprocesados y la necesidad de impulsar un sistema alimentario más saludable y sostenible para todos, pero no se tratan cuestiones en profundidad como que los alimentos saludables son mucho menos accesibles, que una gran parte de la población mundial vive con una economía limitada que les obliga a adquirir este tipo de productos, etc. Por ello, los alimentos ultraprocesados tendrán garantizada una buena cuota de mercado, al menos a corto y medio plazo.

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