La polémica prohibición del Parlamento Europeo sobre el uso de términos cárnicos en productos 100% vegetales ha abierto un intenso debate en toda la Unión Europea. Se trata de una medida que busca restringir términos propios de la carne, como hamburguesa, salchicha o filete, entre otras, únicamente a los alimentos de origen animal. La propuesta enfrenta a instituciones, asociaciones de consumidores, agricultores, empresas de productos alimenticios de origen vegetal que imitan a los cárnicos y millones de ciudadanos europeos, que no ven ninguna justificación para esta regulación.
Esta polémica se produce en un momento en el que la Unión Europea promueve dietas más sostenibles, lo que hace que la controversia sea mucho mayor. Hay que decir que desde hace algunos años se ha intentado adoptar esta prohibición en varias ocasiones, recordemos, por ejemplo, que en 2019 la Comisión de Agricultura del Parlamento de la Unión Europea propuso prohibir el uso de términos cárnicos en los alimentos vegetales de la UE. También merece la pena destacar que el año pasado, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea aclaró que la UE no puede impedir que los productos veganos, usen nombres asociados a la carne como ‘hamburguesa’ o ‘salchicha’, a no ser que un país tenga una normativa específica que lo prohíba.
El caso es que se vuelve a la carga con este tema, la propuesta aprobada por el Parlamento Europeo forma parte de la reforma de la Organización Común de Mercados Agrícolas (OCM), que incluye una enmienda que prohíbe a los productos 100% vegetales utilizar términos que tradicionalmente se asocian a la carne, independientemente de que en el etiquetado de los productos se muestre claramente que se trata de un producto vegano o vegetal.
La votación fue impulsada principalmente por los sectores conservadores y por los grupos que están vinculados a la ganadería tradicional, que argumentan que la protección de la terminológica propia de los productos cárnicos es necesaria para evitar confusión en los consumidores, así como para preservar la integridad cultural de los productos cárnicos europeos. También se argumenta que se está aprovechando la fama de ciertos alimentos de origen animal para vender otros que no tiene nada que ver.
¿De verdad existe confusión entre consumidores al comprar productos veganos con términos cárnicos?
Los datos indican lo contrario, si consultamos el documento Fleischalternativen – Tabellenband elaborado para la organización de consumidores Foodwatch por Forsa (instituto alemán de investigación social y de mercado) que se dedica a encuestas de opinión pública y encuestas de mercado, podremos comprobar que sólo un 15% de los consumidores alemanes encuestados, afirma haber comprado por error un producto vegetal creyendo que era carne. Un 84% de los consumidores considera que no hace falta ninguna regulación más estricta, ya que no ven denominaciones como hamburguesa vegetariana o filetes de soja como engañosas. A esto se suma el dato de que un 62% de los encuestados afirma que su opinión sobre la UE empeoraría si finalmente se impone la prohibición del uso de términos cárnicos en el segmento de los alimentos alternativos vegetales.
Los datos obtenidos demuestran que la inmensa mayoría de los consumidores no se siente confundido por los términos que utilizan las empresas de alimentos vegetales, es más, muchos analistas de consumo apuntan que términos como ‘hamburguesa’ o ‘salchicha’ no engañan, en realidad ayudan a comprender cómo se usa el producto en la cocina, cuál es su textura o su función culinaria.
Un aspecto central de esta controversia es el hecho de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ya había dictaminado en 2024 que los estados miembros no pueden prohibir estos términos si el etiquetado vegetal está claro y no induce al engaño, es decir, la jurisprudencia europea avalaba expresiones como ‘hamburguesa vegetariana’ o ‘salchicha vegana’. Por tanto, la nueva propuesta parlamentaria podría entrar en contradicción con ese criterio generando incertidumbre legal y regulatoria.
¿A quién beneficia la prohibición del uso de términos cárnicos?
Los defensores de la medida aseguran que se trata de proteger al consumidor y a los agricultores europeos, sin embargo, varias organizaciones de consumidores y productores de alimentos alternativos vegetales, creen que se trata de un intento de frenar a un sector que crece con fuerza y que representa una competencia directa para la industria cárnica tradicional.
Esta prohibición supondría un enorme impacto económico, ya que obligaría a las empresas del sector a cambiar nombres, envases y campañas de marketing, lo que pueden suponer costes elevados y especialmente para las pequeñas y medianas empresas. Provocaría un freno a la innovación porque limitaría el desarrollo de nuevas opciones vegetales que faciliten seguir dietas más respetuosas con el medio ambiente. Sería una contradicción con la estrategia europea de sostenibilidad, no tiene sentido que la UE promueva reducir el consumo de carne y al mismo tiempo dificulte el posicionamiento de las alternativas vegetales.
Los datos del estudio de Forsa (Pdf) evidencian que la gran mayoría de los consumidores rechaza esta prohibición, y el concepto de que el consumidor medio ‘se confunde’ no se sostiene empíricamente. Buena parte de los consumidores encuestados lo perciben como un movimiento político desconectado de la realidad del mercado, y no como una acción de protección a los consumidores.
La decisión final de la prohibición dependerá de las negociaciones entre el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el Consejo de Ministros, pero una cosa es evidente, esta medida está lejos de aclarar el mercado y ha encendido un debate que con toda probabilidad, continuará durante mucho tiempo. Podéis conocer más detalles sobre la noticia a través de este artículo de la página oficial de Foodwatch, y en este artículo publicado en la página del Parlamento Europeo.
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