Método para conservar las patatas frescas durante más tiempo

Hoy conocemos una investigación llevada a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Cranfield (Reino Unido), en colaboración con PepsiCo y Solynta, empresa especializada en el desarrollo de patatas híbridas a partir de semillas, con el objetivo de desarrollar un método para conservar las patatas frescas durante más tiempo.

Los expertos explican que la patata es alimento básico que representa aproximadamente la mitad del consumo de carbohidratos en el país, generando más de 20.000 puestos de trabajo en la agricultura y la industria manufacturera. Pero existe un desafío crucial que hay que abordar, un almacenamiento prolongado sin que sea necesario utilizar productos químicos que supriman su capacidad de desarrollar brotes o germinar. A esto hay que añadir que esa ampliación de vida útil contribuye también a reducir el desperdicio alimentario.

Esta investigación nos recuerda a otra desarrollada por expertos de la Universidad McGill (Canadá), cuyo cometido era el desarrollar una súper patata con una calidad nutricional superior, con capacidad para soportar todo tipo de plagas, enfermedades e inclemencias ambientales, lo que facilitaría reducir el desperdicio alimentario y mejorar la seguridad alimentaria.

En la actualidad en el Reino Unido se almacenan aproximadamente 1’5 millones de toneladas de patatas en frío durante un periodo medio de ocho meses a fin de evitar que germinen. Sin embargo, tras la prohibición del CIPC (clorprofam), compuesto químico que se utilizaba como inhibidor de la germinación durante el almacenamiento, las pérdidas de patatas se han incrementado significativamente, ya que su periodo de almacenamiento se ha reducido a la mitad.

Esta nueva investigación trata de cambiar esta situación mediante el uso de los análisis genéticos para desarrollar nuevas variedades de patatas, así como métodos de conservación que sean más eficientes. Los expertos explican que tienen tres objetivos principales, el primero es extender la vida útil de las patatas almacenadas disminuyendo el desperdicio alimentario y asegurando un suministro constante durante todo el año. El segundo objetivo es reducir el consumo de energía minimizando el impacto ambiental que conlleva la refrigeración prolongada, y el tercer objetivo es la reducción del uso de productos químicos, lo que promueve prácticas agrícolas más sostenibles.

Los investigadores comentan que este proyecto tiene una gran importancia porque al reducir el uso de químicos y mejorar la eficiencia energética en el almacenamiento, se está protegiendo el futuro del cultivo de patatas y a su vez, se garantiza la seguridad alimentaria de los consumidores. Por otro lado, los descubrimientos que se realicen podrían aplicarse en otros lugares del mundo, siempre adaptándose a las variaciones regionales en los períodos de cosecha y en las instalaciones de almacenamiento.

En un contexto de cambio climático, donde varios estudios apuntan que la seguridad alimentaria se enfrenta a desafíos sin precedentes, este tipo de investigaciones tienen una especial relevancia. El desarrollo de una variedad de patatas con mayor resistencia y mejores condiciones de almacenamiento, beneficiará a los agricultores, a los distribuidores y a los consumidores, que podrán disfrutar de unas patatas de mejor calidad y durante más tiempo.

A medida que la investigación avance, los expertos continuarán explorando nuevos métodos para optimizar la conservación de las patatas y es probable que en los próximos años se logren avances significativos en este campo que serán adoptados por la agroindustria. Podéis conocer todos los detalles de esta investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Cranfield.

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