En los últimos años, el término “alimentos GLP-1” ha ganado protagonismo en conversaciones sobre salud y nutrición, en titulares y hasta en etiquetas alimentarias. ¿Por qué? ¿qué son los alimentos GLP-1?. Pues se trata de alimentos que favorecen la liberación natural de la hormona GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1), implicada en la regulación del apetito y del metabolismo de la glucosa. También se usa en relación con fármacos que imitan la acción de esta hormona, como Ozempic o Mounjaro, utilizados en el ámbito médico para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y, más recientemente, en estrategias de control del peso.
Esta tendencia está reordenando discursos y catálogos en la industria alimentaria: algunos ya hablan del “boom de los alimentos GLP-1”. Conviene recordar qué hay detrás del término. La GLP-1 es una hormona que producen las células del intestino poco después de comer y que ayuda a regular el apetito y la glucosa: potencia la secreción de insulina dependiente de glucosa, modera la liberación del glucagón y ralentiza el vaciamiento gástrico, con lo que favorece la sensación de saciedad durante más tiempo.
Además, esta hormona actúa sobre centros cerebrales de la saciedad (especialmente en el hipotálamo), disminuyendo el apetito y modulando la recompensa alimentaria. Por eso es clave en el manejo de la diabetes tipo 2 y del control de peso. Los fármacos que imitan su acción (agonistas del receptor GLP-1 como la semaglutida o la liraglutida, y, en el caso de tirzepatida, un agonista dual GIP/GLP-1) han ganado popularidad por su eficacia en control glucémico y reducción de peso, siempre bajo prescripción y seguimiento médico.
Hay que destacar que el fenómeno actual va mucho más allá del ámbito médico, y es que a medida que millones de personas empiezan a usar terapias GLP-1 (tratamientos médicos basados en fármacos que imitan la acción de la hormona GLP-1), la industria alimentaria se ha visto obligada a adaptarse rápidamente a una nueva generación de consumidores que buscan alimentos que sean saciantes, ricos en proteínas, equilibrados en nutrientes y compatibles con su nueva relación con la comida.
Según un informe de la consultora Grand View Research, el mercado global de productos relacionados con GLP-1 ya alcanza un valor estimado de más de 53 mil millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual del 17,46%. Por su parte, la institución financiera global UBS (Union Bank of Switzerland) predice que para el año 2029, habrá más de 40 millones de usuarios de GLP-1 en todo el mundo.
Auge del mercado GLP-1 y la respuesta de las grandes marcas
Ante este nuevo panorama, gigantes de la alimentación como Nestlé, General Mills, Conagra Brands o Sweet Freedom, están reformulando sus productos para atender esta nueva demanda de los consumidores. Se puede citar como ejemplo la línea Vital Pursuit de Nestlé, gama de platos listos para comer dirigidos a las personas que usan medicamentos GLP-1 para adelgazar.
En el segmento de los postres, marcas como Two Spoons, empresa que elabora helados con características nutricionales dirigidas a consumidores centrados en salud metabólica, ha presentado helados ricos en proteínas con “ingredientes compatibles con GLP-1”, mientras que otras empresas están optando por una estrategia más discreta, resaltando valores como un alto contenido en fibra o el equilibrio entre nutrientes, sin mencionar directamente el término GLP-1.
El denominador común es evidente, los consumidores que utilizan o se inspiran en los efectos de la hormona GLP-1 buscan la saciedad, el control del apetito y una nutrición de calidad, pero sin renunciar al placer de comer. Esto ha llevado a una ola de innovación en el segmento de alimentos ricos en proteínas, grasas saludables y fibra soluble, ingredientes que favorecen la liberación de forma natural de la hormona y que ayudan a mantener el equilibrio metabólico.
Sin embargo, hay que decir que este crecimiento acelerado lleva consigo diferentes desafíos, ya que los riesgos regulatorios son uno de los mayores obstáculos para la industria agroalimentaria. Cualquier afirmación que sugiera que un producto alimenticio estimula la hormona GLP-1 o apoya su función, puede despertar la atención de las autoridades reguladoras y sanitarias. A esto hay que añadir que la evaluación sobre la seguridad de los fármacos GLP-1, así como la aparición de versiones falsificadas de semaglutida (medicamento que imita la acción de la hormona GLP-1) en algunos mercados, ha hecho que las marcas sean más prudentes a la hora de vincularse directamente con esta categoría.
A ello se suman las cuestiones económicas, ya que reformular alimentos para que sean más saciantes y nutritivos suele aumentar los costes de producción. Se requiere más cantidad de proteínas y fibras, así como preparar raciones más pequeñas, y eso tiene un precio. También existe el riesgo de perder a consumidores tradicionales si una marca se centra demasiado en los usuarios de GLP-1, descuidando a los clientes en general. Por eso, muchas empresas están optando por un enfoque más equilibrado, integrando los principios de la nutrición GLP-1 pero sin etiquetarse exclusivamente dentro de este segmento o tendencia.
Más allá de la moda o la mercadotecnia, la revolución GLP-1 refleja un cambio profundo en la relación entre la alimentación, la salud y la gestión del peso corporal. Cada vez más personas comprenden que no se trata de comer menos, se trata de comer mejor, priorizar alimentos que favorezcan la saciedad, la estabilidad del azúcar en sangre y el bienestar en general. Entre ellos, se destacan las proteínas magras (pescado, pollo, huevos, legumbres), las grasas saludables (aguacate, nueces, aceite de oliva), la fibra soluble (avena, frutas, verduras) y los alimentos fermentados (yogur, kéfir, kimchi): todos son alimentos naturales aliados del GLP-1.
Paralelamente a esta situación, la ciencia sigue avanzando en la comprensión de cómo la dieta puede modular esta hormona de forma natural y sin necesidad de utilizar medicamentos. Esto abre la puerta a un futuro en el que la nutrición personalizada, juega un papel central a la hora de regular el metabolismo y controlar el peso corporal.
futuro de los alimentos GLP-1
El desafío y oportunidad para las marcas alimentarias es encontrar el equilibrio entre la ciencia, el sabor y la responsabilidad. Como comentan aquí, los consumidores de la denominada era GLP-1 buscan perder peso, pero también preservar la masa muscular, mantener la energía y sentirse bien. Por esta razón, los productos alimenticios que prosperaran serán aquellos que combinen el valor nutricional, la transparencia y el atractivo sensorial, sin caer en la exageración ni en promesas poco realistas.
¿El futuro? Más consciente y más alineado con nuestra biología. Si hablamos de “alimentos aliados del GLP-1”, mejor que sean los de siempre, bien cocinados y bien combinados. Menos eslogan y más cocina con intención. Y, ojalá, menos ruido y más buenas costumbres: las que sostenían nuestros abuelos, ahora con ciencia detrás.
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