¿Turrones o laminerías? El mal uso de las palabras empobrece la historia, la cultura, la tradición, la identidad, la calidad…

Quizá nos estamos poniendo un poco pesados con las consultas al diccionario, pero es que el mal uso de las palabras puede hacer más daño del que se puede pensar, se puede perder historia, cultura, tradición, identidad, calidad… Que le pregunten hoy día a un niño de nueve años o a un joven de 14, qué es el turrón, a ver qué responde.

Podrían decir que es un dulce en forma de tableta y que hay de muchos sabores, y para la mayoría estarían en lo cierto, pues es algo así lo que se puede encontrar en los supermercados en la sección de los turrones, incluso se ven en algunos mercados de Navidad. Pero, ¿qué dice el diccionario sobre el término ‘turrón’?

Enseguida lo vamos a ver, antes nos gustaría que nos comentarais qué opináis sobre lo que hoy se vende como turrón, especialmente quienes habéis crecido como nosotros, disfrutando las navidades con turrón de Jijona o blando, turrón de Alicante o duro, turrón de guirlache, de nata-nueces, de yema quemada y de chocolate con almendras, al whisky, etc. El turrón de Suchard ya era una modernidad, pero se aceptaba como turrón.

Y con las primeras innovaciones de turrón también podíamos estar de acuerdo, básicamente porque podían ser variantes de los turrones tradicionales, hechos a base de almendras y otros frutos secos, huevo, miel, azúcar. De hecho, nosotros mismos hemos creado turrones a nuestro antojo, variantes del guirlache y sobre todo variedad de turrones de chocolate, por ejemplo, con neulas o barquillos rellenos de turrón. Pero ya en su momento comentábamos si debíamos ponerles otro nombre.

¿Son turrones o laminerías? Nosotros apostamos por la segunda voz, y la elegimos porque nos gusta a pesar de que tampoco está recogida en la RAE (la tendrán que incluir, al tiempo, porque reconocen laminero como goloso o aficionado a comer golosinas), pero hay varios sinónimos que podréis ver a continuación porque os vamos a transcribir las definiciones de ‘lamín’ y de ‘turrón’ que encontramos en la RAE. Pero insistimos en que el mal uso de las palabras nos empobrece.

Lamín: Golosina, chuchería, caramelo, chocolatina, bombón, dulce, pastel.

Turrón: Dulce, por lo general en forma de tableta, hecho de almendras, piñones, avellanas o nueces, tostado todo y mezclado con miel y azúcar.

Seguramente no hace falta que os hablemos de los nuevos ‘turrones’ que se han venido lanzando al mercado navideño en los últimos años, y cada Navidad trae novedades. Para algunos ya no es extraño saber que hay turrones de Chupa Chups de fresa y nata, de Donuts, de tarta de queso, de nachos con chocolate blanco, de gofres, de patatas fritas, de jamón serrano, de pan con tomate y aceite…

¿Por qué se empeñan en llamar turrón a estas laminerías? Nos guste o no, lo que han conseguido es captar la atención de muchas personas que cada Navidad se afanan por ser los primeros en probar las novedades ‘turroneras’, y la mayoría de estas personas son las que se graban y se muestran en sus redes sociales haciendo la cata y dando su opinión. Y claro, hay a quien influencian, pero no vamos a entrar en los objetivos de esta práctica, estamos hablando del turrón y de los dulces que se venden en época navideña.

Así que no podemos obviar que las innovaciones que aparecen en el sector del turrón, en el que se han inmiscuido algunos cocineros (se entiende que lo puedan hacer pasteleros o postreros), tienen un precio bastante elevado si se compara con los turrones tradicionales, sobre todo porque las materias primas de los ‘nuevos turrones’ tienen un valor gastronómico y económico muy inferior. ¿Qué encarece estos productos? Pues principalmente el nombre, el ejemplo más claro es el de Dabiz Muñoz, el chef de DiverXO tiene tres estrellas Michelin y se considera uno de los mejores cocineros del mundo. Para nosotros también lo es, pero no tiene nada que ver con las laminerías.

Una tableta de turrón de la gama Turrock & Roll con el sello XO de Dabiz Muñoz ronda los 16 euros, por lo que el kilo de ‘turrón’ sale a más de 60 euros el kilo. Es un lujo superior a algunos tipos de marisco y a algunas de las carnes típicas de Navidad con las que sí nos podemos alimentar, además de disfrutar. ¿Qué ingredientes contiene, por ejemplo, el turrón XO de nachos y chocolate blanco de Dabiz Muñoz?:

Chocolate blanco (36%), producto de aperitivo de maíz (27%), aceite de girasol, manteca de cacao, jarabe de glucosa, salsa chamoy (2,7%), puré de piña (2,2%), salsa de chile en polvo, cobertura de chocolate negro, acidulante, colorantes, aceite vegetal y maltodextrina. Y nos hemos saltados los paréntesis de la lista de ingredientes porque ocupa mucho. Y no menos importante es destacar que en la etiqueta de este producto reza la advertencia: “Puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños”. Precio: 55 euros/kilo. Sin palabras.

Los profesionales de la salud y la alimentación insisten en que los turrones tradicionales no son saludables, pero todos podemos disfrutar de este dulce durante las fiestas sabiendo que no afectará a nuestra salud, sólo hay que comerlos de forma moderada, porque son ricos en azúcares y en grasas, y no nos hacen falta. Bueno, la elevada cantidad de azúcar no hace falta, pero la grasa de los frutos secos no es mala para la salud, al contrario.

Ahora bien, la grasa y el azúcar que llevan los ‘nuevos turrones’, así como la amplia lista de aditivos y conservantes, son mucho peores y a esto hay que sumar que al ser ultraprocesados minuciosamente estudiados para que provoquen el placer del comensal, consiguen que se deseen comer cualquier día y a cualquier hora, sin esperar a la festividad. O sea, que se vende el concepto de turrón para tener un boom de ventas en Navidad, pero se provoca para que se consuma desde octubre hasta enero.

Pero esto es otro cantar. El lenguaje es un privilegio que sólo posee el ser humano, si lo estropeamos, si corrompemos las palabras, se empobrece el idioma y se pierde lo que ya hemos comentado, historia, tradición, cultura e identidad, además de cierta conexión con nuestros semejantes. Aunque no nos guste decirlo, la gastronomía se he ensalzado hasta tal nivel en los últimos años, que ahora va de sobrada. Y ya se sabe, la vanidad estropea al genio.

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