Un ácido graso presente en la carne y en productos lácteos contribuye a combatir el cáncer

Según los resultados de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), un ácido graso presente en la carne y en los productos lácteos contribuye a combatir el cáncer, concretamente se determina que mejora la capacidad de las células inmunitarias para infiltrarse en los tumores y hacer frente a las células cancerosas.

El ácido trans-vaccénico (TVA) perteneciente al grupo de ácidos grasos trans y que está presente en pequeñas cantidades en la grasa de los rumiantes, tiene la capacidad de mejorar la actividad de los linfocitos T CD8+, responsables de las funciones efectoras de la inmunidad celular (inmunidad que entre otras cuestiones, «elimina» las células inmunes mutadas), provocando la apoptosis celular o muerte celular programada de esas células que han sido infectadas o que han mutado.

Según la investigación, los pacientes que poseen niveles más elevados de TVA en la circulación sanguínea, tienen una mejor respuesta a la inmunoterapia, lo que plantea la posibilidad de que este ácido graso tenga un gran potencial como suplemento nutricional a la hora de complementar los tratamientos clínicos que se llevan a cabo contra el cáncer. Los investigadores comentan que existen muchos estudios que tratan de descifrar la conexión entre la dieta y la salud humana, pero resulta un complejo y arduo trabajo comprender los mecanismos subyacentes, debido a la gran variedad de alimentos que se consumen.

Pero cuando el trabajo se centra exclusivamente en los nutrientes y metabolitos derivados de los alimentos, se puede empezar a vislumbrar cómo influyen en la fisiología y la patología. Los investigadores explican que centraron su atención en aquellos nutrientes que eran capaces de activar las respuestas de los linfocitos T, identificando uno que es capaz de mejorar la inmunidad antitumoral al activar una vía inmune crucial.

Haciendo un pequeño inciso, recordemos que en el año 2015 la OMS (Organización Mundial de la Salud), basándose en el trabajo del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC), consideró la carne procesada como alimento cancerígeno, y la carne roja fresca como probable carcinógeno para el ser humano, de todo ello hablábamos en este post.

El caso es que los investigadores responsables de este trabajo se dedican a comprender cómo los metabolitos, los nutrientes y otras moléculas que circulan en el torrente sanguíneo, influyen en el desarrollo del cáncer, así como en la respuesta a los tratamientos que se realizan contra esta enfermedad. En esta investigación los expertos crearon una biblioteca de compuestos de «nutrientes sanguíneos» formada por 25 moléculas bioactivas derivadas de diferentes nutrientes, posteriormente analizaron estos compuestos para determinar la capacidad que tenían para influir en la inmunidad antitumoral a través de la activación de los linfocitos T CD8+, grupo de células que, como hemos comentado, son esenciales para eliminar células infectadas por virus o células cancerosas.

Tras realizar las oportunas evaluaciones en células humanas y en células de roedores de laboratorio, los científicos observaron que de todos los compuestos de la biblioteca, el ácido trans-vaccénico es el que tenía el mejor rendimiento. Los investigadores comentan que el TVA es el ácido graso trans más abundante presente en la leche humana, pero el organismo no puede producirlo por sí mismo, sólo un 20% de este ácido graso se descompone en otros subproductos, el 80% restante circula en la sangre, lo que sugería que debía tener otras funciones, de ahí que se analizara con más detalle.

El siguiente paso fue llevar a cabo una serie de experimentos con roedores que tenían diferentes tumores, se les suministraron en la dieta suplementos de ácido trans-vaccénico y los resultados muestran que se redujo significativamente la capacidad de crecimiento tumoral de las células del melanoma y del cáncer de colon, en comparación con roedores que recibieron un placebo. Los expertos apuntan que esta dieta enriquecida mejoró la capacidad de los linfocitos T CD8+ para infiltrarse en los tumores.

Se llevaron a cabo diferentes análisis para comprender cómo el mencionado ácido afectaba a los linfocitos, uno de los análisis consistió en la secuenciación de ADN monocatenario asistida por cetoxal (KAS-seq). Se trata de una técnica avanzada que permite estudiar la transcripción de ADN monocatenario (una sola cadena de ADN) de manera específica y detallada y que fue desarrollada por los expertos de la Universidad de Chicago.

La técnica KAS-seq utiliza cetoxal (un agente químico) para fijar y preservar las estructuras de ADN monocatenario, posteriormente se realiza la secuenciación del ADN monocatenario, permitiendo a los investigadores identificar y analizar las secuencias específicas de genes y regiones reguladoras que están siendo transcritas. El procedimiento proporciona una visión más clara y detallada de la actividad de transcripción a nivel de cadena única, lo que puede ser fundamental para comprender mejor los procesos biológicos, como la regulación génica y la respuesta celular a diferentes estímulos.

Los expertos demostraron que el TVA inactiva un receptor en la superficie celular denominado GPR43, receptor que se activa normalmente por los ácidos grasos de cadena corta que son producidos por la microbiota intestinal. El ácido trans-vaccénico activa un proceso de señalización celular denominado vía CREB, que está implicado en una variedad de funciones en las que se incluye el crecimiento, la supervivencia y la diferenciación celular. El equipo de investigadores también evidenció que los ratones en los que se eliminaba exclusivamente el receptor GPR43 de las células T CD8+, estaban desprovistos de la capacidad mejorada para combatir los tumores.

A la hora de analizar las muestras de sangre de los pacientes sometidos al tratamiento de inmunoterapia con células CAR-T para el linfoma, los expertos descubrieron que los pacientes con niveles más altos de TVA, tendían a responder mejor al tratamiento en comparación con los pacientes con niveles más bajos. Igualmente se constató que el ácido graso mejoró la capacidad de un fármaco de inmunoterapia cuya función es eliminar células leucémicas.

Este estudio no invalida las conclusiones de la OMS, simplemente apunta a un compuesto de la carne y de los productos lácteos que puede resultar beneficioso contra el cáncer. Y por supuesto, no es una justificación para incrementar el consumo de los mencionados alimentos. De hecho, los expertos sugieren en el estudio que el ácido trans-vaccénico podría utilizarse como suplemento dietético en vez de como fuente de alimento, en especial para quienes deben recibir tratamientos oncológicos.

Además de leer este artículo en la página de la Universidad de Chicago, podéis ampliar la información a través de este artículo titulado “El ácido transvaccénico reprograma las células T CD8+ y la inmunidad antitumoral ” publicado en la revista Nature.

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