El vinagre no es efectivo para desinfectar los alimentos, ni tampoco las superficies

Hace unos días volvíamos a abordar el tema sobre la limpieza de frutas y hortalizas para que su consumo sea seguro, una práctica que se debe llevar siempre a cabo, especialmente cuando se van a consumir en crudo, pero cuyo interés ha aumentado con motivo de la pandemia del coronavirus (COVID-19). En este post os explicábamos cómo lavar las frutas y verduras para que sean seguras con una solución de agua y lejía.

Al respecto, nos llegaron varias consultas (y una la podéis ver en los comentarios) sobre si el vinagre podía servir como desinfectante de alimentos, y vamos a aprovechar para responder una publicación que hemos visto en la sección de Seguridad Alimentaria de la revista online Consumer, pues confiamos en la información que ofrece Miguel Ángel Lurueña (@gominolasdpetro), doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y divulgador científico en redes sociales, os recomendamos seguirle.

Pues bien, el vinagre no es efectivo para desinfectar los alimentos, ni tampoco las superficies, aunque hayáis visto que se utiliza a menudo, el objetivo puede ser otro, como el de hacerla brillar, según el material que tenga dicha superficie. Miguel Ángel explica que, aunque hay mucha información sobre la higiene de superficies con vinagre, amoniaco, desinfectante antibacteriano… no siempre es rigurosa. De lo que no hay duda es de que la lejía sí sirve para desinfectar superficies y, como comentábamos, también los alimentos frescos, y recomienda tomar nota de las recomendaciones generales, que son las mencionadas en el post comentado anteriormente.

Las frutas y las hortalizas que se vayan a consumir sin pelar (fresas, manzanas, ciruelas, calabacín, pepino, etc.), así como las verduras que se vayan a consumir crudas (lechuga, espinacas…), se deben lavar sumergiéndolas durante cinco minutos en una solución de agua y lejía ‘apta para la desinfección de agua de bebida’, a razón de 3 litros de agua y una cucharadita de postre de lejía (4’5 ml).

El científico también ha respondido a varias cuestiones en la publicación mencionada y merece la pena reseñarlas, empezando por otro tema que también abordamos en Gastronomía y Cía, en este caso en lo relacionado con la compra que traemos del mercado o del supermercado, podéis retomar la lectura del post aquí. En este caso, Miguel Ángel comenta que además de limpiar los productos envasados con un paño empapado en una dilución de lejía con agua, también se pueden desinfectar con alcohol.

No obstante, recuerda que las medidas de prevención más efectivas para evitar el contagio por COVID-19 son el distanciamiento social, el lavado de manos, toser en la parte anterior del codo, no tocarse la cara… Y la primera pasa por quedarse en casa, lo que implica que tengamos una buena organización de los menús diarios para realizar compras efectivas y así tener que salir al supermercado las menos veces posibles. Con espacio para el almacenamiento tanto en la despensa, como en el congelador y en el frigorífico, podemos estar 15 días sin tener que comprar y disfrutar de comidas variadas. Os trascribimos a continuación su idea:

Podríamos optar, por ejemplo, por cocinar durante los primeros días en grandes cantidades para congelar lo que nos sobre y que así no se estropeen alimentos perecederos como tomates o judías verdes. Es decir, si —supongamos— somos cuatro personas en casa, podemos cocinar lentejas para ocho, o incluso para doce, y congelar lo que sobre. Si no tenemos esa posibilidad o preferimos cocinar al día, podemos programar los alimentos más perecederos para los primeros días (por ejemplo, fresas, judías verdes, coliflor o pescado), congelar alimentos frescos (como carne o pescado) y dejar los alimentos menos perecederos para los últimos días (por ejemplo, patatas, legumbres, arroz, pasta, huevos, zanahorias, manzanas o calabaza). También podemos optar por productos con larga vida útil, como alimentos ultracongelados (verduras, carne, pescado, etc.), conservas (legumbres, pescado, etc.) o platos preparados, sin olvidar “complementos” como yogures, leche, frutos secos, fruta desecada, etc.

Seguro que la mayoría de vosotros sabéis cuáles son los productos frescos que aguantan más tiempo en buen estado, si hablamos de frutas podemos mencionar las manzanas, las naranjas, la piña, el melón, las uvas… también es bueno conocer qué son y cuáles son las frutas climatéricas y así comprarlas verdes para dejar que vayan madurando en casa. En cuanto a las hortalizas y verduras, además de tener en cuenta los congelados, sabemos que tienen una buena conservación las zanahorias, las coles, los pimientos, los puerros, las cebollas, la calabaza…

Pero nos parece interesante señalar algunos alimentos que no se recomienda congelar y que muchas personas congelan normalmente, véase como ejemplo la carne picada, pues es un alimento que durante la descongelación es muy susceptible a desarrollar bacterias patógenas, por lo que estamos hablando de un riesgo de seguridad alimentaria. También hay otros alimentos que no se recomiendan congelar, pero por cuestiones organolépticas, no por salud.

Si queréis más detalles, podéis leer la entrevista completa al doctor en Ciencia y Tenología de los Alimentos, Miguel Ángel Lurueña, a través de este enlace, y como comentábamos, en sus redes sociales en las que, a diario nos ilustra con sus conocimientos.

Foto 1 | ktchang16
Foto 2 | Andy Melton

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