La huella del carbono en los alimentos

Acabamos de conocer que por fin se ha hecho efectiva la iniciativa anunciada hace algo más de un año por una de las cadenas de supermercados más importantes del Reino Unido, la inclusión de la huella del carbono en los alimentos. Esta iniciativa marida con los tiempos actuales de preocupación por el medio ambiente y el exceso de contaminación resultante de la actividad humana, su anuncio fue muy agradecido por los consumidores del Reino Unido, ahora se hace todavía más efectiva colocándose la huella del carbono en nuevos productos.

Con esta iniciativa se pretende que los propios consumidores decidan qué alimentos comprar en base a la contaminación generada como resultado de los procesos por los que han pasado. La huella del carbono estará sujeta a la producción, la manipulación y el transporte, un producto que provenga de otro país y que además haya sido manipulado, tendrá una huella de carbono más elevada porque habrá sido necesaria mayor cantidad de recursos energéticos, materiales, etc.

Los responsables de Tesco quieren que la sostenibilidad sea una de las características principales del motor del consumo, siendo éste responsable y consecuente con el medio ambiente, al menos así lo manifestaron en un discurso pronunciado ante una ONG ecologista denominada Forum for the Future.

Todos estos aspectos serán contemplados y muchos productos de esta cadena comenzarán a incorporar las etiquetas que mostrarán cuál ha sido la cantidad de CO2 (dióxido de carbono) resultante de todo el proceso, desde que se produce un determinado alimento hasta que se coloca en las estanterías de los supermercados.

De momento son sólo algunos productos, pero la marca espera que poco a poco esta sea una tónica dominante en todos ellos y además, que sea secundado por otras cadenas de supermercados. La preocupación por el medio ambiente es una premisa que se desea transmitir, aunque algunos productos se verán seriamente perjudicados, hay alimentos que irremediablemente generan más contaminación y en ello tiene mucho que ver la globalización alimentaria.

Más información | El Mundo

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