Aguas minerales de Perrier, Vittel y Cristaline, entre otras, son sometidas a tratamientos prohibidos por la normativa francesa

Recientemente hemos conocido una denuncia realizada por la asociación de consumidores Foodwatch Francia, en la que se señala que las aguas minerales de Perrier, Vittel y Cristaline , entre otras, son sometidas a tratamientos prohibidos por la normativa francesa. Se trata de tratamientos ilícitos a los que no deben someterse aguas minerales que se supone que son puras, como el uso de filtros UV, filtros de carbón, la adición de agentes contra la contaminación como el ozono, el sulfato de hierro, etc. Son prácticas prohibidas en el tratamiento de agua mineral según la normativa.

Según la investigación de la que habla Foodwatch Francia, el gobierno francés era consciente de estas prácticas, por lo que se convierte en supuesto cómplice de un engaño a los consumidores que lo desconocían. Por esta razón, la organización de consumidores anuncia que presentará la correspondiente denuncia y exigirá la rendición de cuentas al gobierno del país, ya que se trata de un escándalo alimentario que retrata a multinacionales como Nestlé, que se creen impunes y que están por encima de la ley.

Foodwatch explica que Nestlé Waters, la división de agua embotellada de la multinacional suiza Nestlé, habría violado durante años las normativas relativas al tratamiento y seguridad de las aguas minerales embotelladas, y es que al no tratarse de aguas puras, se recurrió a sistemas de tratamiento del agua que son ilícitos. Marcas como Contrex, Cristalline, Hépar, Perrier, Saint-Yorre, Vichy o Vittel, entre otras, están afectadas por este fraude que se fundamenta por la denuncia realizada en 2020 por un exempleado del grupo Alma a la Dirección General de Represión del Fraude de Francia, por prácticas sospechosas que se observaron en una fábrica de la marca de agua de manantial Cristalline.

La Dirección General de Represión del Fraude ha constatado una amplia lista de las prácticas que antes hemos comentado y que están calificadas como fraudulentas, incluso se habla de mezclas de agua mineral con agua del grifo. Foodwatch comenta que las técnicas de tratamiento enunciadas no están autorizadas para las aguas minerales y manantiales naturales, ya que se supone que están protegidas de los riesgos de la polución y de la contaminación, y no deben ser sometidas a ningún tipo de desinfección.

Los tratamientos sólo están permitidos para el agua del grifo que, de hecho, no puede ser consumida si no los recibe. Parece ser que esa primera denuncia llevó a decidir realizar una investigación más generalizada, ya que se sospechó que estas prácticas estaban ampliamente extendidas. Posteriormente, en el año 2021, el gobierno francés fue informado sobre esta situación por la propia compañía Nestlé, que admitió haber utilizado tratamientos ilícitos contra la contaminación esporádica de origen bacteriano o químico en sus diferentes aguas minerales.

Según los periodistas de investigación del diario Le Monde y Radio France, Nestlé fue más allá y solicitó al gobierno francés que relajara las regulaciones vigentes para poder continuar con estas prácticas. Lo sorprendente es que, según la investigación, el gobierno permitió a Nestlé seguir utilizando estos tratamientos prohibidos por la legislación. La Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) presentó al gobierno un informe confidencial donde se señalaban que además de los tratamientos prohibidos, durante las inspecciones se ocultaban otro tipo de pruebas, como el uso de dispositivos y materiales no permitidos.

Se trata de un escándalo alimentario que ha afectado a millones de consumidores que han sido engañados, ya que han adquirido agua mineral de calidad a un precio elevado por sus supuestas virtudes y cualidades, aunque todavía debe verificarse toda la información de la investigación periodística. Foodwatch comenta que el mencionado escándalo demuestra que no se puede confiar ni en el sector privado, ni en las autoridades, por lo que la pregunta lógica es, ¿en manos de quién está la protección de nuestra salud y el medio ambiente?

Si el gobierno era consciente de estas prácticas, ¿por qué no informó? ¿Por qué los controles realizados no impusieron las sanciones correspondientes? ¿Por qué no se informó a los consumidores que creían comprar agua mineral pura? Estas preguntas llevan a Foodwatch a presentar una denuncia para esclarecer lo ocurrido y obtener respuestas. Es difícil creer que esto sólo haya ocurrido en Francia, no sería extraño que el escandalo se extienda a otros países incluido España, por lo que sería interesante que periodistas y organizaciones de consumidores investigaran el tema.

A través de este artículo del periódico Le Monde y este otro de Radio France, podréis conocer todos los detalles del escándalo del agua mineral.

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