Casi la mitad de los europeos han reducido el consumo de carne

Según los resultados de una encuesta realizada por expertos de la Universidad de Copenhague, ProVeg International, la Universidad de Ghent e Innova Market Insights en el marco del proyecto Smart Protein, iniciativa que trabaja en el desarrollo de la próxima generación de alimentos proteicos inteligentes que sean nutritivos, rentables y eficientes en el uso de recursos, casi la mitad de los europeos han reducido el consumo de carne.

Según los resultados de esta encuesta en la que participaron más de 7.500 consumidores procedentes de Dinamarca, Alemania, Holanda, Austria, Francia, Italia, España, Polonia, Rumanía y Reino Unido, casi el 46% de los europeos comen menos carne que hace un año. Otros datos obtenidos reflejan que el 7% de los encuestados eran veganos o vegetarianos, y un 30% se consideraban flexitarianos (flexibilidad sobre el modo en el que se es vegetariano), destacando que Rumania y los Países Bajos tienen un mayor porcentaje de consumidores flexitarianos, un 40% y un 42% respetivamente.

Por otro lado, Alemania y Rumanía son países líderes en la reducción del consumo de carne, más del 50% de consumidores encuestados de estos países modificaron la dieta consumiendo más alimentos de origen vegetal y menos de origen animal. La carne de aves de corral es la que se consume con más frecuencia en el conjunto de Europa, pero hay países que son una excepción como, por ejemplo, Dinamarca.

Dinamarca es el país que en cierto modo suspende en esta encuesta, ya que sólo el 37% manifiesta haber reducido el consumo de carne, además, el consumo medio de este alimento está por encima de la media de la Unión Europea. Si hablamos de tipos de carne, la carne de vacuno es la que más se consume en el país escandinavo, por encima del resto de países europeos, los datos reflejan que un 59% de los daneses consumen carne de vacuno al menos una vez por semana.

Dinamarca queda en última posición en los esfuerzos para reducir el consumo de carne y según los expertos existen varias razones, por ejemplo, sigue muy extendido en el país el mito de que no se puede prescindir de la carne a nivel nutricional, incluso si la evidencia científica demuestra lo contrario. Existe una cultura alimentaria en la que se considera que los alimentos de origen vegetal no tienen suficiente sabor y son más pobres, por lo que una comida completa debe incluir la carne.

Más de un tercio de los daneses cree que los alimentos vegetales son caros, no saben cómo prepararlos y carecen de información sobre ellos, por otro lado, son alimentos que no los encuentran visualmente atractivos. Los investigadores consideran necesario abordar todos estos puntos, siendo una tarea conjunta de expertos, organizaciones, gobierno, etc., que deben trabajar para promover los hábitos alimentarios más respetuosos con el medio ambiente. Los expertos hacen hincapié en que una transición verde de la sociedad no se puede llevar a cabo sin una transición verde de la alimentación.

Claro, que si comparamos con terceros países, Europa tiene mejores datos. Según un estudio realizado el año pasado por Gallup, un 23% de los estadounidenses redujo el consumo de carne en el último año, lo que supone sólo la mitad de los datos obtenidos en Europa. Pero también hay que reconocer que ese 23% fue un gran logro teniendo en cuenta que los consumidores estadounidenses son grandes consumidores de carne.

De los resultados de la encuesta se desprende también que cada vez más consumidores quieren poder adquirir alimentos 100% vegetales que imitan las cualidades organolépticas de la carne, en especial los que imitan a la carne de pollo, y también los que imitan a los productos a base de pescado. En cambio, en Dinamarca existe una mayor demanda de alimentos vegetales que imitan a la carne de vacuno, algo que coincide con las actuales preferencias alimentarias.

Los investigadores comentan que se va por buen camino, cada vez más consumidores europeos seguirán una dieta basada en alimentos vegetales, pero aún queda mucho por hacer, ya que una gran parte de la población se resiste al cambio por diferentes motivos y en ello se debe trabajar. Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Copenhague.

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