Las compañías cárnicas invierten en productos alimenticios alternativos

Como ya hemos comentado anteriormente, grandes compañías alimentarias como Tyson Foods, el procesador de carne más grande del mundo, han realizado inversiones en empresas que se dedican a la investigación para la producción y comercialización de carne de laboratorio como Memphis Meats, pero también se ha lanzado a la producción y comercialización de alimentos vegetales que se ofrecen como una alternativa a los alimentos cárnicos. En Europa también se producen movimientos similares, un ejemplo es la asociación entre el Grupo PHW, uno de los productores europeos más importantes de aves de corral, con la startup israelí Supermeat, dedicada a la investigación y producción de carne de pollo in vitro.

Se podría decir que se augura un cambio muy importante, las compañías cárnicas invierten en productos alimenticios alternativos, sea para vegetarianos o veganos, o para todo aquel que quiere que en su comida no esté implicada la muerte animal. En Estados Unidos cada vez son más las compañías que invierten en la carne a base de células o en las alternativas vegetales, otro ejemplo es Cargill, una corporación multinacional privada que en su actividad incluye la producción y procesamiento de carne, y que también ha realizado inversiones en Memphis Meats. Además, están las empresas que estudian lanzar su propia línea de productos alimenticios elaborados con materias primas vegetales, se puede citar como ejemplo Perdue Farms, una importante empresa procesadora de carnes de pollo, pavo y cerdo, que a finales del año pasado anunció que estudiaba esta posibilidad.

Se podría decir que estas compañías garantizan su continuidad cambiando el modelo de negocio gradualmente y a medida que aumenta la popularidad y cuota de mercado de los productos vegetales que imitan a la carne. En el caso de la carne a base de células, aunque se ha avanzado mucho, todavía no está en el mercado, pero las inversiones demuestran que este tipo de alimentos tendrán un gran futuro.

Son miles de millones de animales los que se crían en granjas industriales cada año y se sacrifican para satisfacer la demanda de carne en el mundo, aunque como decía Jeremy Rifkin, la carne es el alimento menos eficiente para alimentar a la humanidad por muchas razones, por la deforestación, por la emisión de gases de efecto invernadero, por el exceso del uso de tierras, agua y otros recursos, por la gran cantidad de desechos animales peligrosos que se generan, por el trato que reciben los animales, etc. Aunque muchas personas están concienciadas con algunos de los problemas citados, quieren carne, o al menos algo que se asemeje, de ahí que la denominada “carne vegetal” aumente en demanda y que con toda probabilidad, ocurra lo mismo con la carne a base de células.

Las empresas que producen y procesan carne invierten en la industria que se quiere convertir en su mayor competencia, antes ni se preocupaban, ya que no existía la carne de cultivo y había pocos alimentos vegetales que imitaban a la carne, además, no lograban una buena imitación y no conquistaban a quienes les gusta y les cuesta dejar de comer carne. Pero ahora esto ha cambiado, las alternativas vegetales han dado pasos importantes hasta el punto de que pueden permitirse querer conquistar a quienes disfrutan con la carne, ya que ofrecen propuestas que logran engañar al paladar. Y esto es sólo el principio, recordemos que poco a poco se lanzan nuevas alternativas, se puede citar, por ejemplo, las proteínas de origen vegetal que imitan a la carne picada que comercializa desde hace poco la empresa estadounidense Beyond Meat, bajo el nombre de Beyond Beef.

Con la carne a base de células ocurre algo similar, todavía no está en el mercado y las innovaciones no dejan de llegar, ya no se habla de una hamburguesa, también de filetes compactos procedentes del cultivo celular, como el presentado por Aleph Farms a finales del año pasado. La empresa asegura que se parece bastante a la carne tradicional, integrando grasa, fibras musculares, vasos sanguíneos y tejido conectivo, con ello se podrá comer un filete sin necesidad de haber sacrificado un animal. Incluso ya hay quien trabaja en la producción de carne de wagyu de cultivo, proyecto en el que se ha embarcado JUST. Ambos modelos de negocio, los alimentos vegetales que sustituyen a la carne y la carne de laboratorio, van orientados a captar a todo tipo de consumidores e inevitablemente despiertan la curiosidad y el interés de muchos.

El creciente interés de las grandes empresas que trabajan con la carne tradicional en invertir en alternativas a este alimento, es una clara señal de que hay una pesada motivación para ello, y no es precisamente la protección del medio ambiente, evitar enfermedades, el maltrato y sufrimiento animal, etc., es una motivación puramente económica, ven un futuro prometedor en ambos modelos de negocio. Pero, no hay mal que por bien no venga, se trata de una motivación que beneficia a todo el mundo y encamina la alimentación hacia otro nivel más sostenible y respetuoso. La ‘carne vegetal’ y la carne a base de células son dos alternativas con futuro, por ello, la industria de la carne ha dejado de considerar competidoras a las empresas que se dedican a uno de estos dos modelos de negocio, empiezan a considerarlos un futuro interesante, de ahí las inversiones y las nuevas líneas de producción.

Para algunas personas, como Mark Post, creador de la primera hamburguesa elaborada con carne cultivada en un laboratorio, la carne a base de células podría provocar el fin de la ganadería tradicional, pero lo cierto es que, de momento, es difícil predecir qué ocurrirá. Como comentan aquí, lo que sí está bastante claro es que todas las preocupaciones que suscita el mundo carnívoro tienen suficiente peso como para que las grandes compañías realicen inversiones en la carne de cultivo y en la ‘carne vegetal‘, de ahí que se produzcan asociaciones impensables hace unos pocos años, como la del Grupo PHW con Supermeat, la de Tyson Foods con Memphis Meats, etc.

Hay que decir que las compañías que trabajan en alternativas a la carne, han recibido con satisfacción a estos aliados, se construye una coalición para construir un futuro sin carne procedente de la ganadería industrial. Quienes no parecen ver lo que está ocurriendo son los ganaderos que se aferran a su modelo de negocio, a pesar de que todo apunta a que en un futuro a medio plazo ya no tendrá viabilidad, se centran en evitar que la carne producida en un laboratorio o los productos vegetales que imitan a la carne puedan denominarse ‘carne’, cuando en realidad eso no es tan importante, viendo los movimientos que realizan los grandes procesadores cárnicos.

Veremos qué ocurre cuando la carne a base de células o carne de cultivo esté disponible en el mercado, será cuando se aclare un poco más si este modelo de negocio está destinado a alcanzar el éxito e imponerse al modelo tradicional.

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