La carne de cultivo estará sometida a un marco regulatorio conjunto entre la FDA y el USDA

Desde hace unos meses en Estados Unidos se ha estado hablando de establecer regulaciones en la carne de cultivo o ‘carne a base de células’, como se denomina en la actualidad, de hecho, se generó tal tensión que algunas empresas que se dedican al desarrollo y producción de este tipo de carne, llegaron a solicitar la mediación del presidente Donald Trump para que la FDA y el USDA trabajaran conjuntamente en este tema.

Recordemos que la FDA no veía la necesidad de crear una nueva legislación, considerando que las existentes eran suficientes, mientras que el USDA consideraba lo contrario. Pues bien, parece ser que ambas agencias han llegado a un acuerdo y la carne de cultivo estará sometida a un marco regulatorio conjunto entre la FDA y el USDA, la Agencia de Medicamentos y Alimentación se encargará de supervisar la recolección de las células, los bancos de células y el crecimiento y diferenciación celular, y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos supervisará la producción de la carne a base de células y su etiquetado.

En el comunicado de prensa se apunta que el marco regulatorio aprovechará tanto la experiencia de la FDA encargada de regular la tecnología de cultivo celular y los biosistemas vivos, como la experiencia del USDA en la regulación de los productos relacionados con el ganado y las aves de corral para el consumo humano. Ambas agencias confían que este nuevo marco regulatorio se podrá implementar con éxito garantizando la seguridad de los nuevos productos elaborados con carne de cultivo que lleguen al mercado. Hay que apuntar que no se creará una legislación específica, utilizarán las regulaciones existentes que se aplican a la carne obtenida de animales de granja.

Sin embargo, han dejado algunas cuestiones en el tintero, como la regulación del pescado de laboratorio, es decir, la producción de carne de pescado a partir de células obtenidas de una especie viva con un proceso similar al de la carne a base de células. Recordemos que desde hace casi dos años, la empresa Finless Foods trabaja en la producción de carne de atún rojo a través del cultivo celular y no tardará mucho en presentar sus productos en el mercado. Es de suponer que las dos agencias trabajarán en conjunto y aplicarán un sistema similar al de la carne de cultivo, pero con el marco regulatorio del pescado.

Para empresas como Memphis Meats, dedicada a la producción de este tipo de carne, la noticia ha sido bien recibida, ya que la reivindicación era precisamente que ambas agencias se pusieran de acuerdo en el desarrollo de un marco regulatorio y supervisaran las actividades de las empresas que trabajan en la producción de carne a base de células. Lo que no se aclara en el comunicado de prensa es si finalmente el producto se podrá denominar “carne”, puesto que se utilizan directrices existentes para la regulación de la carne tradicional.

Esta tarea probablemente sea responsabilidad del USDA, dado que esta agencia se encarga de supervisar la fase final del proceso de fabricación de carnes y aves basado en células, implementando los sistemas de Controles Preventivos y HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control), sistemas con los que se identifican, evalúan y previenen todos los riesgos de contaminación de la carne a base de células a nivel físico, químico y biológico en toda la cadena de suministros. El USDA mantendrá la supervisión regulatoria de los productos terminados garantizando que se etiquetarán de forma consistente y acorde a los productos que hoy en día se obtienen a partir de los animales, aunque esto es una suposición.

El problema, probablemente, aparecerá en el momento en que se decida cómo se debe llamar en el etiquetado a la carne a base de células, cuestión que sigue siendo motivo de discordia. La Asociación de Ganaderos de Estados Unidos no quiere que el nuevo producto se denomine ‘carne’ argumentando que no procede de la ganadería tradicional, donde los animales nacen, son criados y sacrificados para el consumo humano. Por el contrario, para las empresas que trabajan en la carne de cultivo y organizaciones como Good Food Institute, consideran que la carne es carne, sea de granja o a base de células, lo único que se ha de hacer es aclararlo en el etiquetado para que el consumidor conozca su procedencia.

Ya veremos qué ocurre, de momento y como ya hemos comentado, se han dado pasos importantes y positivos para la comercialización de la carne de cultivo. Podéis conocer todos los detalles del anuncio realizado a través de esta nota publicada en la página web de la FDA.

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