Guía sobre la seguridad alimentaria de los insectos comestibles

Adelantándose a la aprobación y regulación de los insectos como alimento en Europa, la Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria de Bélgica ha creado una guía sobre la seguridad alimentaria de los insectos comestibles que contiene información de interés para consumidores y productores, qué especies de insectos se pueden utilizar como alimento, cuáles son peligrosas, cómo deben ser las condiciones para la producción controlada, qué medidas de seguridad se deben adoptar, etc.

Esta guía de pautas de seguridad alimentaria para los insectos destinados al consumo humano hace hincapié en las precauciones que se deben adoptar, señalando aquellos posibles riesgos asociados al consumo de insectos. Aunque en el mundo existen unas 2.000 especies de insectos comestibles conocidos, y buena parte de ellas se han consumido desde hace siglos por los seres humanos, existe poca literatura científica disponible sobre la seguridad alimentaria de los insectos, aunque es verdad que últimamente se han desarrollando distintos estudios que tratan todo tipo de temas relacionados, como por ejemplo sus cualidades organolépticas, el valor de las proteínas que aportan…

Para garantizar la seguridad alimentaria de la entomofagia a gran escala, es necesario llevar a cabo investigaciones más exhaustivas relacionadas con las cuestiones químicas y microbianas. Esta guía es un informe consultivo en el que se trata el potencial microbiológico, físico y químico, incluyendo además los posibles alérgenos que puedan contener los insectos, en esta publicación se discuten los riesgos específicos asociados al consumo de insectos. Los posibles riesgos guardan relación con los diferentes tipos de insectos, las condiciones de cultivo que comprenden el tipo de alimentación y dónde se realiza el cultivo, los sistemas de procesamiento para convertirlos en alimento para los seres humanos, las buenas prácticas higiénicas en todo el proceso y hasta que llega el producto al mercado.

Las directrices elaboradas por la Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (FAFSC) se podrían considerar un plan de trabajo u hoja de ruta a seguir para la introducción de los insectos en la alimentación humana, incluso trata temas como el etiquetado del producto considerando que se deberá incluir información para los consumidores alérgicos a los mariscos o a los ácaros. En el contexto legal no queda todavía claro si los insectos enteros o procesados y preparados se pueden incluir en el reglamento comunitario sobre nuevos alimentos, aunque es posible que terminen incluyéndose en esta categoría dado que la CE ya puso en marcha una propuesta para revisar la regulación, algo que podría facilitar la inclusión de los insectos y considerarlos como un nuevo alimento.

Según el trabajo de la agencia de Bélgica, todas las especies de insectos se deben considerar nuevos alimentos, que se consuman desde hace siglos en otros países del mundo no implica que no sean un nuevo alimento en Europa, a no ser que se pueda demostrar que los habitantes europeos los consumían en gran medida en la UE antes del 15 de mayo de 1997. Aunque la verdad, parece más viable que se introduzcan los insectos en la alimentación animal, podemos citar por ejemplo el proyecto PROteINSECT, este proyecto investiga la obtención de proteínas de insecto para la elaboración de nuevos piensos. Hay que recordar que un experto entomólogo y asesor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, considera que en un plazo breve se podría aprobar el uso de proteínas de insectos para la alimentación animal en la Unión Europea.

La industria ha centrado su atención en las posibilidades que ofrecen las proteínas de insectos, consideran que se trata de una tendencia de futuro en la que hay que empezar a posicionarse, ya que las previsiones y estudios apuntan que será un negocio que moverá una cantidad importante de dinero. Pero para ello hay que trabajar para hacer que los insectos sean un alimento atractivo y ofrezcan un sabor capaz de llamar la atención de cualquier consumidor.

Aunque esta publicación puede resultar interesante, se puede considerar de carácter informativo y será necesario esperar a que la Comisión Europea se pronuncie sobre el tema. En el momento en que los insectos sean regulados como nuevo alimento, posiblemente esta nueva industria empiece a coger carrerilla. A través de este enlace (Pdf) podréis acceder a la guía que ha realizado la FAFSC.

Foto | Geographyalltheway.com

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