Paté de ajo asado y queso ahumado

Un paté, dip, pesto, mojo o como base de una salsa para carnes, pescados, pasta o verduras, una exquisitez que inunda de sabores el paladar es este Paté de ajo asado y queso ahumado. Puedes servirlo en un cuenco con unos colines y tus comensales no dejarán de mojar, cubriendo una rebanada de pan tostado y coronando con unos pimientos asados, berenjenas a la parrilla, tomate y queso fresco, unas gambas o atún, como guarnición de un entrecot o solomillo, como aliño de unos espaguetis con aceite de oliva virgen extra…

El Paté de ajo asado puede ser incluso una base para enriquecer otras salsas para mojar, un gazpacho, salmorejo o ajoblanco. Cuando lo probéis seguro que encontraréis tantas aplicaciones como nosotros… si lo probáis como cobertura de una pizza os olvidaréis del clásico tomate frito, hay alternativas.

Ingredientes

  • 100 gramos de ajo asado
  • 40 gramos de queso Idiazábal ahumado (curado como el de Quesería Aisa de Riezu Navarra)
  • 8 gramos aceite de oliva virgen extra
  • una pizca de sal (opcional)
  • pimienta negra recién molida.

Elaboración

Prepara como mínimo dos cabezas de ajo como explicamos en el post Ajo asado, esto habrá que hacerlo con tiempo tanto por el periodo de cocción como por el tiempo necesario para que se enfríen. Recuerda que puedes aprovechar que horneas cualquier otro alimento para hacer el ajo asado.

Cuando tengas los ajos asados y se hayan enfriado, pélalos y ponlos en un cuenco, estarán muy tiernos y se podrán triturar sencillamente con un tenedor.

Prepara el queso ahumado, conviene rallarlo bien fino como para obtener polvo de queso, por lo que puedes utilizar el robot de cocina. Trocéalo y pulveriza el queso, pudiendo dejarlo con el grosor que más te guste, pues resulta agradable que se encuentren algunos trocitos más gruesos de queso en el paté.

Mezcla los 100 gramos de ajos asados con el queso ahumado, añade pimienta negra recién molida y aceite de oliva virgen extra, pruébalo y valora si es necesario añadir sal, pues según el queso utilizado o lo curado que esté puede variar el sabor.

El paté de ajo y queso ya está listo para servir, pero si lo tienes que guardar unas horas o un par de días, ponlo en un tarro con tapa hermética en el frigorífico.

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