El Parlamento Europeo rechaza el uso de Fibrimex

Hace unas semanas hablábamos de Fibrimex, el nombre comercial de un producto que popularmente se denomina pegamento de carne y con el que se pueden unir trozos de carne formando una única pieza compacta. En aquel momento nos hacíamos eco de que la Comisión Europea había aprobado la comercialización en Europa del producto en cuestión, sin embargo, ahora podemos saber que el Parlamento Europeo rechaza el uso de Fibrimex, las razones son obvias, como ya indicábamos anteriormente, existe un riesgo potencial de fraude al consumidor y además puede provocar un significativo incremento de carnes prefabricadas artificialmente.

Queremos recordar cómo funciona Fibrimex, nombre comercial de la fibrina o pegamento de carne. Se trata de una proteína importante en los procesos de coagulación y logra formar redes tridimensionales y coágulos blandos. La proteína en cuestión está presente en la sangre de forma inactiva y sólo se produce al conjugarse con el fibrinógeno, una proteína soluble del plasma sanguíneo con la trombina, enzima que interviene en la coagulación sanguínea, la conjunción de ambos elementos produce la fibrina o pegamento de carne. Recordemos que en otros países hace varios años que se comercializa este producto obtenido de la recogida de plasma sanguíneo de los mataderos con el propósito de extraer el fibrinógeno y la trombina para producir fibrina. El Parlamento Europeo se posiciona en contra del uso de Fibrimex y así se ha constatado en la votación realizada, 370 votos, uno más de los votos necesarios para vetar la aprobación y comercialización.

Como sabemos, la Unión Europea está formada por tres pilares responsables de adoptar las decisiones, uno es la Comisión Europea, en teoría la responsable de defender los intereses del conjunto de la UE obviando las decisiones individuales de cada país. El Consejo de la Unión Europea sería otro pilar y es el organismo que representa a los países miembros a nivel individual. Finalmente, el tercer pilar es el parlamento Europeo, la representación de los ciudadanos de la Unión Europea.

Desgraciadamente, aunque se haya logrado frenar la aprobación de Fibrimex, no será extraño que en un corto plazo de tiempo termine siendo un producto aprobado, basta con saber cómo funciona la UE para pensarlo. La Comisión propuso la aprobación del pegamento de carne, el parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea son los que deciden, y este último pilar no se ha pronunciado. Por otro lado, cabe destacar que cada país puede autorizar a nivel nacional el uso de Fibrimex o pegamento de carne, algo que no entendemos, ya que el veto debería obligar a no utilizar en ningún país de la UE la mencionada sustancia.

Curiosamente, cuando se habla de transgénicos, la Comisión Europea no acepta que los países adopten decisiones individuales, recordemos que Holanda propuso que cada estado miembro de la UE pudiera decidir individualmente si desea o no que se cultiven alimentos transgénicos en su territorio, iniciativa que se desestimó al considerarse que no se pueden renacionalizar determinadas decisiones. ¿Cuál es la excepción para que Fibrimex pueda ser aprobado a nivel nacional e individual?, evidentemente los países que si comercializan el producto, Suecia y Holanda.

La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) se pronunció en el año 2005 indicando que el producto es completamente seguro y puede considerarse como un aditivo alimentario más. Sin embargo, el Parlamento Europeo destaca que existe un elevado riesgo de infección por bacterias y microorganismos patógenos, especialmente en la manipulación de la trombina. Según leemos en la publicación digital de El Periódico, “la manipulación en frío sin añadir sal ni calentamiento posterior, aumenta de forma significativa la superficie susceptible de infección por bacterias patógenas”, por lo que se complica la garantía de salubridad del producto final.

Por cierto, recordemos que en nuestro país algunas empresas ya están realizando pruebas para adaptar la utilización de Fibrimex en su producción, por lo que da la impresión de que el Gobierno español aceptará su utilización.

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