Desde hace varios años Estados Unidos experimenta una reducción significativa de los insectos polinizadores, situación que también se vive en otros países. Las colonias de abejas empezaron a morir y desaparecer masivamente preocupando a investigadores y expertos por la estrecha relación que tienen abejas y otros polinizadores con la producción de alimentos, siendo los insectos esenciales para el desarrollo de numerosas plantas y árboles. Las abejas son un importante aliado en la producción alimentaria del mundo, en su momento se calculó que hasta una tercera parte de la producción mundial de los alimentos que los humanos consumimos están vinculados a la actividad que desarrollan, por lo que su extinción se convertiría en un grave problema para la humanidad.
A mediados del año pasado la Casa Blanca emitió un memorándum presidencial en el que se advertía que en las últimas décadas se había sufrido una gran pérdida de polinizadores, abejas salvajes, abejas domésticas o melíferas, murciélagos (mamífero que desempeña un papel ecológico vital como polinizador de muchos tipos de fruta en el mundo), aves y mariposas. En este comunicado se destacaba la contribución multimillonaria de los polinizadores en la economía estadounidense, y por ello se pedía realizar una evaluación nacional sobre estos polinizadores y sus hábitats.
Merece la pena recordar que en el año 2008 se realizó un estudio en el marco del proyecto ALARM de la Unión Europea, en el que se cifraba en unos 153.000 millones de euros anuales, el valor económico de la polinización de los insectos en la producción de alimentos. Se concluía que sin la polinización sería imposible satisfacer la demanda de productos como las frutas, las verduras, el café, etc.
A raíz del comunicado de la Casa Blanca, expertos de la universidad de Vermont llevaron a cabo el primer estudio nacional para realizar un mapa de las colonias de abejas, la reducción que se ha experimentado de éstas y su relación con las tierras agrícolas más importantes del país. Según las conclusiones obtenidas, la producción agrícola estadounidense está en riesgo por la desaparición de las abejas, los investigadores explican que los agricultores se enfrentan a un aumento significativo de los costes de producción de alimentos, llegando el problema de la falta de polinización a poder desestabilizar la actividad agrícola en todo el país. Los expertos explican que entre el año 2008 y el año 2013 se ha sufrido una reducción del 23% de la población de abejas, por otro lado se estima que el 39% de las tierras de cultivo que dependen de la actividad polinizadora está sufriendo un desajuste entre la caída de la población de polinizadores y el aumento de los cultivos que requieren la polinización.
Este primer estudio a nivel nacional sobre el problema identifica 139 condados en regiones agrícolas clave de todo el país, el sur del valle del río Mississippi, California, el oeste de Texas, etc. Hasta la elaboración de este estudio no se contaba con un documento que mostrara el estado de los polinizadores y su impacto en la actividad polinizadora relacionada con la producción alimentaria, a pesar de que cada año más de 3 millones de dólares de la economía agrícola estadounidense dependen de la labor que realizan polinizadores como las abejas silvestres.
Los investigadores han explicado que no hay dudas de que los polinizadores están sufriendo graves problemas, pero no han tratado con tanta claridad qué ocurre y ocurrirá en las zonas agrícolas en las que más se está acusando la reducción de estos insectos y otras especies. Ahora, con este mapa del estado de las abejas en Estados Unidos se cuenta con una visión clara entre la situación de los polinizadores y su impacto en el país, es una herramienta con la que se espera poder proteger a las abejas y llevar a cabo los mecanismos para poder restaurar sus hábitats, algo que ayudará a proteger la actividad agrícola y la producción alimentaria.
Se ha identificado que en aquellas zonas donde los cultivos son más dependientes de la actividad polinizadora, como es el caso de la producción de manzanas, peras, ciruelas, melocotones, calabazas, arándanos o sandías, entre otros alimentos, están sufriendo un mayor desajuste con una caída simultánea de la oferta de abeja silvestre y aumento de la demanda de la polinización. Si esta caída de polinizadores continúa se podrían sufrir serios problemas en la actividad agrícola con las consecuencias antes explicadas.
El grupo de investigadores formado por expertos de la Universidad de California y la Universidad Estatal de Michigan, elaboró dos mapas en los que se identificaron 45 tipos diferentes de suelo a partir de los datos obtenidos por agencias agrícolas federales, en ellos se incluían las tierras de cultivo y los hábitats naturales. Posteriormente se recopilaron datos aportados por expertos en ecología de la abeja según el tipo de suelo para calcular la proporción entre las abejas, sus hábitats y la producción alimentaria. Con todos los datos se construyó un modelo predictivo de la población de abejas y su relación con las zonas agrícolas.
Cambio climático, pesticidas y enfermedades están amenazando a las abejas, pero también se ha identificado otra causa responsable del declive de los polinizadores, la conversión de los hábitats de las abejas y otros polinizadores en las tierras de cultivo. En once Estados clave del país donde el estudio ha identificado el declive de la población de abejas, la cantidad de tierra utilizada para la producción de alimentos como el maíz, se ha multiplicado por 200 en los últimos 5 años, se han eliminado pastos y praderas importantes para la sostenibilidad y la población de abejas. Esto demuestra que hay una clara evidencia entre el aumento de la demanda de maíz para la producción de biocombustibles y la amenaza a los hábitats de los insectos.
Merece la pena retomar este post en el que podemos ver un vídeo donde Marla Spivak, entomóloga de la Universidad de Minnesota que trabaja desarrollando aplicaciones prácticas que puedan proteger las abejas melíferas de las amenazas, enfermedades, productos químicos, pesticidas, parásitos, etc., tratando de responder a la pregunta ¿por qué las abejas están desapareciendo? Gracias al mapa que ha puesto de relieve las regiones con la pérdida de hábitat para las abejas silvestres, las organizaciones privadas, ambientalistas, agencias gubernamentales, etc., podrán centrar sus esfuerzos para poder apoyar iniciativas que permitan preservar los hábitats de los polinizadores y mantener una actividad agrícola sostenible.
Los expertos explican que la mayoría de las personas pueden pensar que existen uno o dos tipos de abejas, pero en realizad en Estados Unidos existen unas 4.000 especies, son un recurso natural muy valioso que se debe proteger, ya que contribuyen en la economía agrícola del país y en la producción alimentaria de manera significativa. Con los nuevos datos se puede predecir qué áreas están sufriendo la mayor caída de polinizadores, a fin de trabajar y centrar los esfuerzos para su conservación y recuperación.
Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página oficial de la Universidad de Vermont, y en este otro artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
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