Mejorar el bienestar animal sí, pero, ¿están los consumidores dispuestos a pagar más por ello?

Según los resultados de una nueva investigación de BEUC (Organización Europea de Consumidores), los consumidores apoyan la legislación para mejorar el bienestar de los animales de granja, quieren saber más sobre la crianza de estos animales, que tengan más espacio vital, que se prohíban los sistemas de granjas y las mutilaciones, que se ponga en marcha un etiquetado con plenas garantías de bienestar animal, etc.

La mayoría de los consumidores quiere desde hace tiempo mejorar el bienestar animal, recordemos que en el año 2016, el Eurobarómetro realizó esta encuesta sobre el tema, de cuyos resultados se desprendía que se trataba de un tema importante para los consumidores y la mayoría deseaba que se realizaran más esfuerzos para garantizar el bienestar de los animales productores de alimentos. Pero, a la pregunta ¿están los consumidores dispuestos a pagar más por ello?, de la encuesta se desprende que estarían dispuestos a pagar pero en distintos grados.

Según los resultados, 7 de cada 10 consumidores están dispuestos a pagar más por mejores estándares de bienestar animal, pero la mitad de los encuestados pagarían sólo hasta un 5% más. Y es que mejorar los estándares de bienestar animal no resulta barato y obviamente, el sobrecoste debe ser asumido, pero ¿por quién? Según la encuesta, un 74% de los participantes cree que la Unión Europea debería proporcionar fondos a los agricultores para que puedan implementar mejores estándares de bienestar animal.

Se considera que la UE y los gobiernos nacionales deben garantizar que esos costes hacia la transición para mejorar el bienestar animal se compartan equitativamente en toda la cadena de valor y que no sean asumidos únicamente por los consumidores. Otra cuestión que destacan es el deseo de que las importaciones de alimentos de origen animal sigan las mismas reglas que las aplicadas en Europa (algo que resulta complicado).

Se encuestaron a un total de 8.000 consumidores de ocho países, Italia, Bélgica, España, Hungría, Países Bajos, Portugal y Suecia, es decir, 1.000 participantes por país. Los resultados muestran que la conclusión más importante es el hecho de que el 90% de los consumidores apoyan nuevas leyes para mejorar el bienestar de los animales de granja. Un 72% de los encuestados quiere que el método de etiquetado de producción se extienda a otros productos además de los huevos de gallina.

Desde BEUC comentan que dado que 9 de cada 10 consumidores apoyan nuevas leyes para mejorar el bienestar animal, los resultados de la encuesta confirman que la forma en la que se trata a los animales criados para el consumo humano es importante para las personas. Por ello, es necesario que la Comisión Europea cumpla las promesas realizadas para revisar las leyes del bienestar de los animales de granja.

Al margen de los datos de la encuesta, los responsables de la organización de consumidores explican que dado que la mayoría de los europeos consumen más carne de la recomendada, comer menos y de mejor calidad sería la opción porque beneficiaría a su salud, a los animales y al medioambiente. Consideran que los consumidores necesitan ayuda para que los alimentos más saludables se conviertan en una opción más asequible y para ello, la industria, los minoristas y el sector de servicios alimentarios, deberían esforzarse más para ofrecer una gama más amplia de opciones alimentarias basadas en ingredientes vegetales. Casi se podría decir que se da por sentado que el precio de los alimentos de origen animal se incrementaría y como alternativa se recomienda consumir menos carne y aumentar el consumo de alimentos vegetales.

Por cierto, será interesante retomar la lectura de este post en el que hablamos de un informe elaborado por la organización de consumidores Foodwatch, donde se denuncia que una parte de los animales que se crían y destinan a la alimentación humana, tanto en producción convencional como en producción ecológica, padecen enfermedades que les hacen sufrir, por lo que a los supermercados llegan alimentos procedentes de animales que tienen problemas de salud.

De un modo u otro, es fácil deducir que al final buena parte del sobrecoste por mejorar el bienestar animal lo pagarán los consumidores, sea directa o indirectamente, ya que las subvenciones que se puedan brindar a los productores proceden de los impuestos comunitarios y el dinero sale del bolsillo de la población. Podéis conocer más detalles de la encuesta a través de la página oficial de BEUC.

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