Los consumidores saben diferenciar entre productos lácteos y de origen vegetal

El Parlamento Europeo respalda la polémica enmienda 171 con la que se pretende imponer una serie de restricciones a los productos alternativos a los lácteos, esta enmienda pretende prohibir cualquier referencia a términos lácteos, incluso no se podría decir “no contiene leche”, por lo que el sector debería cambiar su actual packaging. A esto hay que sumar que se incluye la prohibición de realizar comparativas de la huella del carbono entre los productos lácteos y las bebidas vegetales, algo que para muchos tiene la finalidad de evitar que se hable de la relación entre la industria ganadera y el calentamiento del planeta.

Como decíamos, la enmienda 171 que está respaldada por el Parlamento Europeo y, por supuesto, cuenta con el beneplácito de la Asociación Europea de Productos Lácteos (European Dairy Association (EDA)), está en la mesa del Consejo de Ministros de la Unión Europea que será responsable de tomar la decisión final. Por supuesto, esta enmienda se rechaza totalmente por las empresas de las bebidas y alimentos vegetales, argumentando que es una medida que les afecta a ellas, pero también a los consumidores, ya que perderán elementos de juicio debido a una censura sin fundamento, se dará un paso atrás en el esfuerzo por la adopción de hábitos alimentarios más sostenibles, etc.

La mencionada enmienda ha puesto en pie de guerra al sector y cada empresa responde en mayor o menor medida, pero de todas ellas hay una que destaca y que ha mantenido un enfrentamiento con la industria láctea desde hace tiempo, nos referimos a la marca sueca de leche de avena Oatly. Recordemos que en 2019 hablábamos de la confrontación entre LRF Mjölk, organización que representa la industria láctea y Oatly, por los spots publicitarios donde se atacaba a la parte contraria y por la escalada de demandas entre ambas partes.

Como era de esperar, Oatly ha vuelto a contestar a través de spots publicitarios a cuestiones como que los consumidores no sabemos diferenciar entre un producto lácteo y su homónimo vegetal. La campaña es controvertida, se titula ‘¿Eres estúpido?’ (Are you stupid?) y pretende, por un lado, ser una respuesta a la enmienda, y por otro, demostrar que los consumidores saben diferenciar entre productos lácteos y de origen vegetal, a pesar de que se asegura que las actuales directrices de envasado, publicidad y comercialización son confusas para los consumidores.

Según la legislación actual, los alimentos y bebidas vegetales no pueden utilizar términos lácteos de ningún modo, ya que están protegidos por la normativa 1308/2013 de la Unión Europea, de ello hablábamos en este post sobre la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en un litigio entre una asociación alemana que lucha contra la competencia desleal y una empresa dedicada a la fabricación y comercialización de productos alimenticios derivados de las plantas. Lo que hace la enmienda es dejar bien claro que no se puede utilizar ninguno de los términos que están protegidos desde hace años y bajo ningún concepto añadiendo, además, otros elementos como pueden ser las imágenes.

En la campaña en la que han intervenido 12 grupos de personas mayores de edad de 17 países europeos, se han llevado a cabo diferentes pruebas que demuestran que es difícil confundir productos lácteos y de origen vegetal. Como se puede ver en el vídeo, a los participantes se les mostraba un producto lácteo y uno de Oatly, realizándoles una pregunta de modos diferentes, pero no importaba cómo se formulase la pregunta, el resultado siempre era el mismo, los consumidores distinguían perfectamente entre el producto lácteo y el de origen vegetal.

Oatly advierte que la enmienda es una absoluta censura a las alternativas vegetales de los productos lácteos, ya que se prohíbe el uso de términos relacionados con los productos lácteos en cualquier supuesto, imágenes que, aunque sean del producto, puedan asemejarse a los de origen animal, e incluso se podría hacer que fuera ilegal compartir datos científicos que muestren que un producto a base de alimentos vegetales, tiene una huella climática menor que su homónimo lácteo. La empresa comenta que la industria láctea considera que el uso de descriptivas como «alternativa al yogur», «sin leche» o “textura cremosa», hace que los consumidores tengan complicaciones para distinguir entre lácteos y alternativas vegetales, algo que considera estúpido, de ahí el título de la campaña.

Además de esta campaña, se ha puesto en marcha una recogida de firmas para enviar una petición a la Comisión Europea, solicitando que se detenga la enmienda 171, ya que se trata de una censura intolerable. Lo cierto es que la industria láctea y la ganadera tienen mucho peso y ejercen una gran presión en la política comunitaria, probablemente será complicado que la enmienda se desestime, por eso se pide la firma de todas aquellas personas que tengan en mismo punto de vista y no estén de acuerdo con esta censura ejercida a las alternativas vegetales.

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