Jamie Oliver emprende una campaña contra la publicidad de comida basura

Con la foto que podéis ver sobre estas líneas, el cocinero Jamie Oliver inicia un hilo en su perfil de Twitter invitando a todos los padres y a todas las celebridades a alzar la voz en contra de la publicidad de comida basura dirigida a los niños. Para esta nueva campaña, el cocinero británico ha creado la etiqueta #AdEnough, con lo que el mensaje que se quiere enviar al gobierno y a la industria alimentaria es: “Dejen de promocionar la comida chatarra para nuestros hijos, ¡ya hemos tenido suficiente!

Así pues, Jamie Oliver emprende una campaña contra la publicidad de la comida basura, y la respuesta de sus seguidores y de quienes han conocido su iniciativa no se ha hecho esperar, para verlo podéis acceder al perfil de Twitter del cocinero o al hashtag o etiqueta antes mencionado, y no sólo en esta red social, la campaña se está difundiendo también en Facebook y en Instagram.

Jamie Oliver explica en su web más detalles sobre la campaña, empieza contando qué es la publicidad de comida basura, aunque quizá sobran las explicaciones, pues como bien dice, los niños en su país, igual que en España, son bombardeados día tras día con anuncios de productos alimenticios y bebidas con un alto contenido en grasas insanas, azúcares añadidos y sal, y no sólo a través de la televisión, también en el transporte público y en la calle.

Detrás de esa publicidad hay expertos que estudian cuál es el mejor y el modo más efectivo para llegar a los niños y conquistarlos para que quieran consumir sus ultraprocesados, con lo que socavan cualquier trabajo positivo que estén haciendo los padres o que se estén realizando en las escuelas para promover entre los menores una alimentación saludable, alejándoles del riesgo de padecer los problemas de salud que todos conocemos bien, el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades derivadas, como la diabetes tipo 2.



Según el cocinero británico, no hay nada que proteja a los niños de estos anuncios, salvo taparse los ojos, de ahí la imagen con la que se ilustra su campaña #AdEnough. Jamie Oliver invita a la sociedad en general a anteponer la salud infantil a cualquier otra cosa, pide al Gobierno de su país que ponga límites horarios a la publicidad de productos ultraprocesados, que controle adecuadamente los anuncios que los niños pueden ver en televisión, en la calle o en cualquier otro lugar.

Y aclara que su intención no es frenar la publicidad de las grandes marcas, sino de librar a los niños de ser su objetivo, de que la industria deje de intentar aprovecharse de la inocencia, del desconocimiento y del capricho de los pequeños, que son los únicos capaces de convencer a unos padres de que compren productos que no sólo aportan ‘calorías desnutridas’, son calorías que perjudican a la salud. También hay que decir que muchísimos padres no tienen el conocimiento necesario sobre el daño que hacen los ultraprocesados consumidos a diario, y sobre cómo afectarán a la salud de sus hijos a medio y largo plazo.

Si a esto sumamos que a muchos padres les cuesta decir ‘no’ a sus pequeños y que la ‘basura comestible’ es tan accesible… La industria sabe que los niños son carne de cañón y no le tiembla la mano a la hora de utilizarlos a cambio del beneficio económico. Así que Jamie Oliver pide a todos los padres que se sumen a la campaña We’ve #AdEnough of junk food marketing, algo así como ‘ya tenemos suficiente publicidad de comida basura’,

¿Y cómo pueden hacerlo? Pues para apoyar esta campaña en Reino Unido simplemente hay que tomarse una foto tapándose los ojos y publicarla en cualquiera de las tres redes sociales, Twitter, Facebook o Instagram (o en las tres) con la etiqueta #AdEnough. Si queréis conocer más detalles de la campaña, podéis acceder a la web de Jamie Oliver a través de este enlace.

Estaréis de acuerdo en que en España sería necesario hacer algo parecido para endurecer la normativa sobre la publicidad de alimentos y bebidas no saludables que se emite incluso en los canales de televisión infantil. ¿Creéis que sería suficiente? ¿Cómo consideráis que se podría conseguir que prevalezca la salud de los niños de hoy, que son el futuro de nuestro país, al beneficio económico de la industria alimentaria? ¿A alguien le importa el futuro?

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