Se vuelve a reclamar que sea obligatorio detallar el país de origen en el etiquetado de la miel

Desde hace varios años, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha estado denunciando la poca transparencia que existe en las etiquetas de la miel, los operadores no indican la procedencia de la miel en ningún caso, sean países comunitarios o no comunitarios, ya que la actual normativa les permite etiquetar la miel como «mezcla de mieles UE- no UE», sin detallar donde se recolectaron.

Ahora se vuelve a reclamar que sea obligatorio detallar el país de origen en el etiquetado de la miel porque se considera que esta normativa atenta contra lo establecido en la reglamentación comunitaria en lo referente al etiquetado, publicidad de los productos y presentación, ya que las leyendas antes citadas pueden inducir la confusión en los consumidores. En esta ocasión han sido COAG, UPA, ASAJA y Cooperativas agro-alimentarias, las que reclaman al MAPAMA (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente) la modificación de la norma para que se detalle el país de origen y el porcentaje de participación en el etiquetado de la miel.

En la etiqueta de los tarros de miel que podemos encontrar en un supermercado aparece el mensaje ‘Mezcla de mieles originarias y no originarias de la UE‘, en otros casos se especifica el tipo de miel y con qué variedades se ha mezclado, pero obviando el país de origen e indicando únicamente que procede de la Comunidad Europea. Los operadores pueden etiquetar mieles que contengan menos del 1% de la miel producida en la Unión Europea, como mezcla de mieles UE-no UE, también pueden etiquetar como «mezcla de mieles no UE», sin detallar su procedencia.

Esto es una auténtica tomadura de pelo, un porcentaje irrisorio de miel comunitaria permite identificar el producto como mezcla de mieles UE-no UE, como si se tratara de una mezcla al 50%. Nos recuerda al tema de las etiquetas trampa, donde el uso de un ingrediente, aunque sea en un porcentaje mínimo, sirve para promocionar el producto destacándolo como si estuviera presente en abundancia, en otros casos incluso ni está presente.

Las cooperativas y organizaciones agrarias consideran que es necesario que esta modificación se realice, ya que permite a los apicultores diferenciar sus producciones frente a las de otros países. Además, los consumidores podrán reconocer aquellas mieles que se producen al amparo del modelo de producción más exigente del mundo, que tiene el cometido de obtener alimentos sanos, seguros y responsables con el medio ambiente. Los denunciantes comentan que la situación es cada vez más preocupante, ya que las importaciones de miel de terceros países no cuentan con los estándares de calidad y sanidad que se les exigen a los productores españoles. A esto hay que sumar que las rutas de acceso de este tipo de mieles a nuestro país son cada vez más complejas, una miel de china puede dar un rodeo por otros países antes de llegar al mercado comunitario y no ser identificada en su país de origen.


Como ya hemos comentado en otras ocasiones, la mezcla de mieles tiene como finalidad abaratar el coste del producto a la vez que se obtiene una mayor rentabilidad, se trata de una competencia desleal que afecta a las empresas que sí se preocupan por dar toda la información al consumidor. Se trata de un caso evidente de fraude al consumidor, no se le proporciona el producto que espera y se le priva de conocer la información acerca de la procedencia del alimenteo que adquiere, a esto añadimos la posibilidad de que la miel esté adulterada, recordemos que la miel es uno de los 12 alimentos con mayor riesgo de fraude en el mundo.

COAG recuerda que el volumen de miel china que entra en el mercado español es enorme y cada año se baten récords de importación, esto ocurre desde hace varios años, en 2014 hablábamos de este tema mostrando las cifras de las importaciones y cómo han ido aumentando desde el año 2007. Las reivindicaciones de las asociaciones y organizaciones agrarias caen en saco roto, quizá se necesita que los consumidores las respalden mediante determinadas acciones, por ejemplo, no comprando la miel que no especifique su origen (la mayoría que encontramos en los supermercados) y optar por comprar la miel de pequeños productores, que, aunque es algo más cara, es miel nacional y supera con creces la calidad de la miel comercial.

Sobre estas líneas podéis ver una gráfica que muestra las importaciones de miel en los últimos 10 años, se ha pasado de 15.269 toneladas exportadas en 2009, a 31.871 toneladas del último año, en este periodo las exportaciones se han incrementado en un 109%. COAG comenta que el 55% de la miel se importa de países que no pertenecen a la UE y principalmente de China. En este sentido, merece la pena dar un vistazo a esta infografía sobre el comercio de la miel en la Unión Europea, comprobaréis que se importa más miel de la que se produce en la UE, de unas 200.000 toneladas importadas en 2016, el 40% procedía de China.

China es el principal país de origen de las mieles importadas por España el año pasado con un 32% del total, pero a esto hay que añadir la miel no comunitaria que se introduce a través de otros países miembros de la UE, y que no se refleja en las estadísticas, por lo que el volumen posiblemente es mucho mayor. Podéis conocer más detalles de la reivindicación realizada a través de la página oficial de COAG.

Foto 1 | youarelee

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