Las salsas barbacoa comerciales tienen un alto contenido en azúcar

Hoy conocemos los resultados de una investigación realizada por Foodwatch Holanda, asociación sin ánimo de lucro que lucha defendiendo los intereses y derechos de los consumidores, cuyas conclusiones muestran que las salsas barbacoa comerciales tienen un elevado contenido en azúcar, hasta el punto de que abusar un poco de estas salsas, es como aderezar con abundante azúcar las chuletas, salchichas, butifarras u otros productos cárnicos cocinados a la parrilla, a la plancha, etc.

Foodwatch ha analizado 42 salsas barbacoa procedente de cinco grandes cadenas de supermercados, Albert Heijn, Jumbo, Lidl, Aldi y Plus, determinando que el contenido medio de azúcar en las salsas barbacoa es de unos 30 gramos (unos siete terrones) por cada 100 mililitros. De forma individual, en algunos casos la salsa llega a contener 9’6 gramos de azúcar, y en otros hasta 48’2 gramos (unos 12 terrones). Cuando se habla del contenido en azúcar añadido, se suelen tener en cuenta los refrescos, pero no hay que quitar la vista a muchos otros productos alimentarios cuyo alto contenido en azúcares añadidos los convierten en auténticas bombas calóricas que afectan a la salud.

En el mes de mayo os enseñábamos este vídeo que muestra con imágenes irreales la realidad de la alimentación, el vídeo deja ver el azúcar que contienen muchos alimentos, son azúcares añadidos que están ocultos a nuestros ojos y que si pudiéramos verlo, posiblemente dejaríamos de consumirlo por sus perjudiciales efectos para la salud. Este vídeo nos recuerda a otro que formaba parte de esta campaña contra las bebidas azucaradas realizada en Australia, en el que se podía ver a diferentes consumidores pidiendo unas bebidas para, seguidamente, verlos tomando varios sobres de azúcar, el equivalente al que aportaba cada bebida o refresco, de ahí que tituláramos el post “¿A que no te comerías 16 paquetes de azúcar?, entonces, ¿por qué te los bebes?”.

Sabiéndolo, tomar de forma esporádica salsa barbacoa sin abusar no supone un inconveniente, el problema es el hecho de que la industria alimentaria añade una gran cantidad de azúcar a todo tipo de productos, salsas, sopas, carnes e incluso verduras. Foodwatch denuncia que el azúcar pasa muy desapercibido, sin saberlo, los consumidores están tomando grandes cantidades de este producto según lo que incluyan en su alimentación, por eso no es de extrañar que el azúcar oculto de los alimentos se haya convertido en el principal causante de la denominada epidemia del siglo XXI, la obesidad.

La suma de todo el azúcar oculto que podemos llegar a consumir supera con creces las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Recordemos que esta organización comenta que si el consumo de azúcar no supera el 5% del total de calorías que se ingieren al día, se apreciarán notables beneficios en la salud. Este porcentaje equivale a unas seis cucharaditas de café o a unos 25 gramos de azúcar, siendo una recomendación para un adulto con un índice de masa corporal normal. Podemos consumir menos azúcar, pero el azúcar oculto de los productos impide que se pueda alcanzar este objetivo.

Recordemos también que a principios de año, la industria alimentaria acordó con la UE mejorar la calidad de los alimentos a través de un plan de trabajo voluntario en el que la industria se comprometía a realizar una reducción de los azúcares añadidos, de la sal y de las grasas saturadas para el año 2020. Como dice la organización holandesa de origen alemán, no se puede confiar en la autorregulación voluntaria, ya que no se reduce la cantidad necesaria para que los productos sean saludables, sólo un pequeño porcentaje que sirve de muy poco. Existen demasiados intereses económicos creados, la industria alimentaria y la industria azucarera tienen una gran influencia en la política, por lo que es difícil que se produzcan cambios reales que mejoren la alimentación.

Para Foodwatch Holanda, los acuerdos entre gobiernos e industria para reducir el contenido de azúcar, grasa y sal en los alimentos y bebidas, son débiles y poco ambiciosos, no están orquestados de manera coherente. En el caso de Holanda, se cita como ejemplo una regulación en las salsas que sólo se centra en la reducción de la sal, pero ¿qué pasa con el contenido en azúcar? Esto no ocurre sólo en Holanda, no estaría mal que se analizaran las diferentes salsas barbacoa que podemos encontrar en cualquier supermercado de España o de la Unión Europea en general, seguro que los resultados nos sorprenderían.

Es lamentable que muchos productos contengan diferentes sustancias insalubres que pasan inadvertidas a los ojos de los consumidores, así es imposible mejorar la alimentación, la salud y hacer frente a la obesidad. Os recomendamos leer este artículo publicado en la página de Foodwatch para conocer más detalles sobre la investigación realizada.

Foto 1 | Brian Bennett
Foto 2 | jdrephotography

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