La dieta global es una amenaza para la seguridad alimentaria

A diferencia de lo que nos pueda parecer por todo lo que encontramos en el mercado, la diversidad agroalimentaria se está viendo reducida, estamos en el camino de una dieta global y al parecer, esto supone un riesgo para la salud, para la producción y para seguridad alimentaria. Así se concluye en un estudio en el que han participado expertos de distintos centros de investigación, siendo dirigido por Colin K. Khoury, del Centro Internacional para la Agricultura Tropical de Cali, Colombia.

El estudio titulado «El aumento de la homogeneidad en la oferta mundial de alimentos y las implicaciones para la seguridad alimentaria» ha sido publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA (PNAS). Ha analizado cómo han cambiado en los últimos 50 años los suministros, y consumo, de los alimentos para buena parte de la población mundial. La principal conclusión es que la dieta de distintos países y culturas del mundo son cada vez más similares en su composición, y esto supone una amenaza potencial para la seguridad alimentaria.

Básicamente, las personas están consumiendo más alimentos, con mayor contenido energético (alimentos de origen animal y vegetal con alto contenido en grasas y azúcares) y limitando su alimentación a ciertos cultivos. Los cereales básicos son el trigo, el arroz y el maíz (como ya comentábamos en el post Dependemos de unos pocos alimentos), los oleaginosos más consumidos son los de soja, palma, colza y girasol, y han aumentado de forma desproporcionada en las últimas cinco décadas.

Esto ha provocado un descenso en el cultivo y consumo de otros cereales como el centeno, el mijo o el sorgo, o de raíces como la yuca, la batata o el yame. Se habla de cultivos de gran importancia local, por lo que se podrían añadir muchos más, podemos poner como ejemplo la quinua, este pseudocereal se está descubriendo actualmente en muchos países, entre ellos España, pero recordemos qué nos comentaban los productores peruanos, en su país la población apenas consume quinua porque da mucho trabajo prepararla y porque el precio es superior al de la pasta.

Uno de los problemas a lo que esto conlleva es a la pérdida de buena parte de la diversidad, precisamente salen ganando los grandes cultivos y pierden las especies más pobres a nivel mundial. Además, aumenta la interdependencia entre los países en relación a la disponibilidad y acceso a estos alimentos, a los recursos genéticos que favorecen su producción y prioriza en el desarrollo de la nutrición sobre la seguridad alimentaria.

Aunque la similitud en el sistema de alimentación mundial pueda facilitar ciertas cosas, como investigaciones centralizadas, la transferencia de tecnología y la producción, perjudica seriamente al planeta, como ya hemos podido ver con algunos ejemplos, pero además hace que los problemas con los cultivos también se generalicen, es decir, en el caso de plagas, enfermedades y problemas causados por el cambio climático en ciertos cultivos, nos encontraremos frente a problemas globales y que abarcan zonas más extensas, poniendo en peligro el suministro mundial de alimentos.

El África subsahariana y Asia son las zonas en las que se han producido más cambios en la dieta, y el promedio de dietas globales en los últimos 50 años ha aumentado un 36%. Según los investigadores, en algunos casos, en algunas regiones, se puede hablar de una mejora en la seguridad alimentaria y también en relación a la cantidad de alimentos y nutrientes, pero el aumento de la homogeneidad en la oferta mundial de alimentos también contribuye a un aumento de la incidencia de enfermedades asociadas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y algunas formas de cáncer.

La propuesta de los investigadores es enfrentarse a esta homogeneidad de la oferta mundial de alimentos, que precisa de algunos cambios en la producción agrícola, en la investigación científica, así como de acuerdos políticos, entre otras cosas, cómo:

1) Garantizar la diversidad genética de los principales cultivos, mediante el desarrollo y el crecimiento de una amplia gama de variedades adaptadas localmente con distintas características

2) Aumentar la conservación y utilización de los diversos recursos genéticos que subyacen a la diversificación de cultivos

3) Mejorar la calidad nutricional de los principales alimentos básicos para los micronutrientes, y / o proporcionar suplementos de micronutrientes

4) fomentar una mayor variedad de cultivos alternativos a través de la promoción de los beneficios de este tipo de cultivos en la dieta ya través de la investigación en el desarrollo de cultivos con el fin de mejorar la competitividad

5) Mostrar públicamente los vínculos entre la diversidad de cultivos, diversidad de la dieta y la salud.

Sin duda, este es un tema complejo, para algunos puede ser satisfactorio que consumidores de países desfavorecidos estén en mejor situación económica que medio siglo atrás y que por ello puedan permitirse modificar su dieta incluyendo alimentos que antes no estaban a su alcance, más alimentos de origen animal, con más azúcares o grasas. No sólo se empeora la salud de la población global, la estandarización también conduce a una menor seguridad alimentaria.

Foto | Anoldent

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