Que no te la den con las nueces chinas

En el vídeo que vais a poder ver a continuación, podréis contemplar un curioso fraude, algunos chinos se dedican a vaciar las nueces, quedarse con el fruto y posteriormente rellenarlas con piedras, cemento y papel, parece ser que es algo que se ha convertido en algo habitual durante las últimas semanas y que llevan a cabo algunos vendedores ambulantes del país. De este modo las ganancias se duplican, por un lado comercializan nueces ya peladas y por otro, nueces ‘fraudulentas’ con cáscara mezcladas con nueces sin adulterar. Si vas de viaje a China y quieres comprar el fruto del nogal, en vez de decir “que no te la den con queso”, habrá que decir “que no te la den con nueces chinas”.

Puede sonar algo ridículo que se realice este tipo de estafa, pero teniendo en cuenta las necesidades que sufre una buena parte de la población, no es algo que sorprenda y menos sabiendo al precio que se comercializan. Se habla de nueces rellenas de papel y cemento, pero este tipo de fraudes ya se han cometido con anterioridad, aunque en vez de utilizar los materiales citados, las nueces se rellenaban con virutas. Parece ser que el precio de las nueces en China es elevado, según los datos, se ha pasado en 10 años de un coste de 350 yuanes por kilo (42’9 euros), a precios desorbitados que rayan la indecencia, el año pasado se comercializaban a un precio de 3.500 yuanes (unos 432 euros), aunque también se habla de precios de entre 20.000 y 30.000 yuanes, pero en este caso se trata de nueces talladas.

A primera vista parecen nueces normales, es una vez que las abres cuando te encuentras con la sorpresa. En este vídeo explican también cómo poder diferenciar las nueces auténticas de las falsas, parece ser que al presionarlas se puede detectar como crujen ligeramente, en cambio las falsas nueces están excesivamente firmes, no crujen ni ceden. Este es sólo uno de los múltiples fraudes alimentarios que se realizan en China, no hace mucho podíamos ver en un documental como algunos vendedores ambulantes acudían a los mercados a comprar verduras con un aspecto deteriorado, sobre todo hojas comidas por gusanos.

Posteriormente se desplazaban a otro lugar y montaban un pequeña tienda ambulante ofreciendo productos ecológicos cultivados en sus huertos, de este modo multiplicaban por 4 o 5 la inversión realizada al comprar alimentos de producción intensiva. Lo dicho, si vais de viaje a China y os apetecen unas nueces, casi será mejor adquirirlas peladas, aunque por el precio al que se comercializan, mejor esperar a regresar a casa. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de la página Business Insider.

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