El incremento de la producción ganadera afecta a la seguridad alimentaria

Un nuevo estudio desarrollado por un grupo de investigadores del Instituto de Ecología Social de Viena y de la Universidad Alpen-Adria, concluye que el incremento de la producción ganadera que se está experimentando durante los últimos años puede afectar a la seguridad alimentaria del futuro, a la economía y al empleo. Según los investigadores, la intensificación de la producción ganadera está asociada al incremento de superficie de cultivo de grano destinado a la alimentación de los animales, esto provoca entre otras consecuencias, la reducción de terreno de cultivo para producir otros alimentos, así como el empobrecimiento de los suelos.

Recordemos que en los cultivos intensivos el barbecho o rotación de cultivos es inexistente, predomina el monocultivo, así como el uso excesivo de fertilizantes, herbicidas o pesticidas y el suelo se empobrece haciéndolo inviable para otros cultivos. Recordemos que en el barbecho, una misma parcela de tierra se empleaba en la siembra de distintos productos alimentarios condicionados a la estación del año, los beneficios de este modus operandi están constatados, se reponen a la tierra diferentes elementos, como por ejemplo el nitrógeno o minerales. Se evita por tanto el empobrecimiento de la tierra y lo que resulta llamativo, es una técnica que ayuda a controlar las enfermedades y plagas que pueden sufrir los cultivos, lamentablemente la agricultura intensiva predomina y es causante en parte del incremento de estos problemas en los alimentos. Según los investigadores, el auge de la explotación ganadera y el incremento de la producción de carne, provoca un peligro en la seguridad alimentaria a medio plazo.

La carne está muy presente en la dieta mundial y cada vez son más los habitantes que la consumen, algo que propicia el incremento de la demanda y por tanto de la producción. Los investigadores realizaron un curioso trabajo en el que se analizaron diversos escenarios alimentarios distintos para el 2050, así mismo, analizaron los diferentes sistemas de cultivo más adecuados para garantizar la seguridad alimentaria. Un pequeño inciso, en la mayoría de estudios sobre la evolución de la alimentación se utiliza la fecha indicada, muchos de estos estudios parten de la pregunta que en su momento planteó la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en el foro organizado en el año 2009 y que se titulaba Cómo alimentar al mundo en 2050.

Entre las conclusiones obtenidas los expertos apuntan que los sistemas de cultivo intensivo de cereales tienen un impacto negativo en la seguridad alimentaria, como hemos indicado, se destina mayor superficie cultivable para la alimentación de los animales y se reduce la superficie que se destina a la producción de otros alimentos muy beneficiosos para los seres humanos. Si los habitantes de todos los países del mundo introdujeran la carne como un alimento habitual, nos quedaríamos sin espacio cultivable. Consideran que actualmente el modelo agrícola es insostenible por el destino que tiene, alimentar sobre todo a los animales. Claro que no se trata de vetar la carne, un alimento que consideran necesario y con grandes valores nutricionales, pero sí reducir su consumo y cambiar el modelo alimentario de los animales, que sea una alimentación a base de pastura. Plantean la posibilidad de utilizar tierras de escaso valor y poco productivas para producir cultivos herbáceos destinados a la pastura.

Los investigadores nos hablan de aquellas zonas concretas que no se pueden aprovechar sea por el exceso de piedras, inclinación del terreno, falta de determinados nutrientes para poder producir alimentos para los seres humanos, etc. Es necesario aprovechar estos recursos de «tierras marginales» y convertirlas en fuente de alimentación animal. Es necesario proteger las zonas de tierra apta para cultivos como requisito prioritario para salvaguardar la seguridad alimentaria. Debe imperar el equilibro en la dieta, el consumo de carne se debe reducir e incrementar el consumo de otros alimentos obtenidos de la tierra. En este sentido nos gustaría recordar las palabras de Sr. Olivier De Schutter, Relator Especial sobre el derecho a la alimentación de la ONU, el relator aconsejaba la agroecología como el mejor modelo a seguir para garantizar el abastecimiento alimentario en las próximas décadas, de ello hablábamos en el post La ONU aconseja la ecoagricultura.

Los expertos recomiendan a los gobiernos y a la industria alimentaria que reduzcan la producción de cereales para el ganado y buscar alternativas como el uso agro-industrial de los subproductos, a fin de promover una alimentación sostenible. En lo que respecta al ganado, trabajar con aquellas razas animales que no dependen de la alimentación a base de grano, esto también se traduce en una mejor calidad de la carne y una mejora del bienestar animal.

Lamentablemente el incremento de la producción ganadera es un hecho, del mismo modo que lo es la expansión de los monocultivos de alimentos transgénicos destinados a alimentar a los animales, por consiguiente peligra la seguridad alimentaria, posiblemente con este tipo de estudios no estén de acuerdo las grandes multinacionales biotecnológicas. Podéis conocer más detalles del estudio a través del artículo de CIWF (Compassion in World Farming), a través de este enlace (Pdf) podréis acceder al informe completo.

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