Alga Kombu

En la imagen podéis ver el Alga Kombu deshidratada de Porto-Muiños que hoy hemos comprado en El Corte Inglés (aunque se puede encontrar en muchos comercios), hace días que tenemos ganas de preparar un Dashi, aunque con este alga se pueden elaborar muchos otros platos igual o más deliciosos.

El Alga Kombu (Laminaria ochroleuca), conocida como Dashima en Corea o Haidai en China, pertenece al grupo de algas pardas, hay unos 30 géneros distintos, generalmente crecen formando bosques y pueden medir hasta tres metros de largo. Es muy consumida en el noroeste de Asia, y la primera referencia escrita es en el año 797 en el Nihonshoki (el segundo libro más antiguo de la historia japonesa clásica), aunque se cree que su consumo es anterior. Recordemos la investigación que concluía con que las algas estaban presentes en la dieta americana hace 14.000 años.


Además de los grandes cultivos en los mares de Japón, China y Corea, para consumo nacional disponemos de la especie atlántica cultivada por Porto-Muiños, que como os comentamos en el post de las Conservas Porto-Muiños, a su fundador, Antonio Muiños, se le considera el ‘gurú de las algas’.

Generalmente el alga kombu la encontramos seca o deshidratada (también se puede adquirir el alga kombu en otros formatos, en salazón, en conserva, en polvo), para su consumo basta con rehidratarla durante unos 45 minutos o cocerla en agua durante media hora, se aprecia entonces su carnosidad, puede aumentar hasta cuatro veces su peso. El agua en la que se ha hidratado es utilizada para hacer sopas, recetas de salsas, guisos…

Las algas kombu, como la mayoría de verduras del mar, son muy apreciadas por sus propiedades nutricionales además de por sus cualidades organolépticas. Particularmente, las algas kombu son ricas en ácido glutámico (aminoácido responsable del sabor umami), potencian el sabor de los alimentos. Cabe recordar también que estas cualidades llevan a los investigadores a valorar la posibilidad de que ciertas algas sustituyan a la sal en los alimentos procesados, aumentando su valor nutricional y reduciendo los riesgos que provoca un consumo excesivo de sal. Además ablanda las fibras de las legumbres reduciendo la flatulencia y acortando el tiempo de cocción de éstas o de otros alimentos.

El alga Kombu es rica en yodo y en otros minerales como el hierro, el magnesio, el calcio, el fósforo y el Zinc. Proporciona además una buena dosis de proteínas e hidratos de carbono, es baja en grasas y rica en fibra dietética, y entre las vitaminas, destaca su aporte en ácido fólico (vitamina B9). Entre otras propiedades, los especialistas destacan las cualidades de esta alga de regular el azúcar en sangre, el colesterol, los trastornos gastrointestinales o la secreción de la hormona tiroxina.

Incorporarla en la dieta es muy fácil, sea cual sea la cocina que elaboremos, se puede servir hervida como guarnición de pescados e incluso carnes, también como un ingrediente más en los guisos, arroces, pastas, ideal para hacer sopas, y como no, además podemos freírla o tostarla, hacerla polvo y sazonar con kombu las ensaladas, una pizza e incluso hacer con ella masa de pan. Las posibilidades son tan amplias como nuestra imaginación, seguro que te animas a probarla.

Foto | Johnn

Artículos relacionados