El vino tinto refuerza las defensas antioxidantes del organismo

Una investigación realizada por expertos de la Universidad Pablo de Olarvide de Sevilla, concluye que el vino tinto refuerza las defensas antioxidantes del organismo. La investigación se centró especialmente en la relación vino tinto y enzimas antioxidantes endógenas, recordemos que la inhibición de estas enzimas en el organismo provoca la aceleración del estrés oxidativo pudiendo causar daño celular o matar a las células. Se cree que el estrés oxidativo está relacionado con un amplio abanico de enfermedades de carácter neurodegenerativo, de ahí que no nos sorprenda que el consumo de vino pueda reducir las posibilidades de sufrir algún tipo de demencia en las mujeres (el estudio sólo se realizó con mujeres).

En el estudio se analizaron los datos pertenecientes a un grupo de ocho personas con edades comprendidas entre los 23 y los 27 años que debían tomar 300 mililitros de vino tinto durante la cena en un periodo de siete días. Así mismo, los alimentos ingeridos pertenecían a un grupo de alimentos pobres en antioxidantes, para que los resultados no fueran alterados a causa de la ingesta de alimentos ricos en antioxidantes como pueden ser frutas, verduras, etc.

Los especialistas extrajeron muestras de sangre de las personas sometidas al estudio antes de iniciarlo, durante los días que realizaron la ingesta de vino y al finalizar el estudio. Del mismo modo, los participantes también realizaron la misma dieta durante una semana pero sin tomar los 300 mililitros de vino. Las comparativas mostraron que el vino mejoró notablemente la capacidad antioxidante del organismo, concretamente del plasma sanguíneo, fracción líquida de la sangre compuesta por un 90% de agua y una amplia variedad de sustancias.

Se determinó un incremento de la actividad de algunas enzimas antioxidantes como la catalasa (enzima catalizadora de la descomposición del peróxido de hidrógeno), superóxido dismutasa (catalizadora la dismutación de superóxido en oxígeno y peróxido de hidrógeno), glutatión peroxidasa (catalizadora de las reacciones bisustrato de carácter redox (reducción de la oxidación)) y glutatión reductasa (enzima implicada en la reacción con los oxidantes y considerada un antioxidante de gran importancia). Los investigadores también determinaron que en el último día del estudio la enzima superóxido de dismutasa incrementaba sus valores en el plasma.

El estudio muestra una vez más las grandes virtudes saludables del vino tomado con moderación, el hecho de que se haya trabajado con dosis de vino reales en sujetos humanos ofrece un resultado de mayor valor que si se hubiera realizado el estudio a través de otros canales, sea in vitro o mediante experimentos con roedores. Recordemos que hace unos días podíamos conocer que el vino tinto mejora los síntomas de la fibromialgia llegando a reducir significativamente los problemas asociados a esta enfermedad, depresión, dolores en los músculos y en los tejidos que conectan huesos, ligamentos y tendones, la ansiedad o la tristeza.

Es necesario citar que los elementos saludables contenidos en el vino, como puede ser el resveratrol, la quercitina o los polifenoles, presentan propiedades anticancerígenas y antitumorales (recomendamos leer el post Vinos con altos niveles de resveratrol y quercitina), además constituyen elementos muy beneficiosos para la prevención de enfermedades cardiovasculares, una de las primeras causas de muerte en los países industrializados. Se hace obligado disfrutar de una dieta rica en antioxidantes como la que nos ofrece la Dieta Mediterránea siempre conjugándola con un consumo moderado de vino, nuestro organismo lo agradecerá y la esperanza de vida podrá incrementarse. Resulta sorprendente saber que con cada nuevo estudio sobre las propiedades saludables del vino, aparecen nuevos datos que colocan al vino en la cumbre de las bebidas más saludables.

Vía | Diario Médico

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