Trompetas de la muerte

Las Trompetas de la muerte (Craterellus cornucopioides) no sólo tienen un nombre poco afortunado, su imagen a primera vista es también poco atractiva, todo lo contrario a lo apreciada que es esta seta en el mundo culinario.

Además de Trompetas de la muerte, también se conoce a estas setas como Trompetas de los muertos, Trompeta negra o Cuerno de la abundancia, su forma es como la de una trompeta o embudo hueco por dentro, con un sombrero amplio, ondulado y elástico, su textura al tacto es suave, su consistencia muy fina y su color puede ir del gris ceniza al negro azulón.

La Trompeta de la muerte crece desde finales de verano hasta bien entrado el otoño en bosques de suelo húmedo entre hayas y robles, pero podemos consumirla todo el año porque es una de las setas dadas a la desecación.

Esta seta fresca puede conservarse unos tres días en el frigorífico y para consumirla es necesario cocinarla. También se puede secar, congelarlas después de saltearlas o hacer conservas en aceite o en vinagre. Nosotros generalmente la tenemos desecada o deshidratada entera y en polvo, como ya os mostramos en el post de la Harina de setas.

La Trompeta de la muerte es una seta muy aromática y de sabor profundo, obviamente potenciado cuando es desecada. Hay voces que afirman que su sabor recuerda a la trufa negra, por eso podemos oír que le llaman la ‘trufa de los pobres’.

Es ideal para acompañar todo tipo de platos, guisos de carne, arroces, como guarnición con otras setas o vegetales e incluso postres, como el que nos pusieron recientemente en Aqua Restaurant. Nosotros hemos hecho incluso Pan de Trompetas de la muerte, una delicia que os recomendamos probar. Además, la harina de setas o polvo de setas lo encontramos muy interesante para las personas que quieran reducir la ingesta de sal, pues al aderezar los guisos u otras recetas con ellas resultan más sabrosos.

Las Trompetas de la muerte deshidratadas las podéis encontrar en cualquier tienda o supermercado que cuente con este tipo de productos, son más económicas que las frescas y enriquecerán igual nuestros platos.

Foto | hr.icio

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