Focaccia con Chermoula

Como aperitivo o para acompañar cualquier comida es una delicia esta Focaccia con Chermoula, un pan ligeramente crujiente y esponjoso en su interior lleno de aromas y sabores que conquistarán a todos los comensales.

Sobre la Chermoula os hablamos hace poco, el condimento marroquí creado para aderezar o marinar pescados y mariscos, pero personalmente le encontramos multitud de aplicaciones, casi cualquier plato gana en sabor con este aderezo. Sobre la focaccia, hay tantas formas de hacerla… Hoy ha tocado esta receta de Focaccia, pero también os hemos mostrado otras recetas de este pan de tradición italiana como la Focaccia a las hierbas, la Focaccia de aceitunas y romero o la Focaccia con queso de cabra.

Algunas están hechas con prefermentos y otras no, como la de hoy, por lo que es más fácil hacerla sin previos preparativos. Si de repente te dicen que tienes invitados o te apetece servir un pan diferente, puedes preparar la masa y en unas horas tendrás una focaccia recién hecha aromatizando tu cocina.

Ingredientes (2 Focaccias)

  • 500 gramos de harina de fuerza
  • 15 gramos de levadura fresca
  • 320 gramos de agua
  • 50 gramos de aceite de oliva
  • 8 gramos de sal de mesa
  • 2 c/s de chermoula
  • un poco de sal gorda.

Elaboración

Disuelve la levadura en la harina con la yema de los dedos hasta que no se encuentre, otra opción es disolverla en el agua tibia. Si haces la masa en un cuenco haz un volcán con la harina y vierte en el centro el agua, el aceite y la sal de mesa, empieza a amasar y después sigue la técnica de Richard Bertinet (vídeo). Si lo haces en una amasadora, introduce los ingredientes en el orden que haces normalmente.

Nosotros en la Thermomix disponemos primero la harina, después la levadura algo desmigada y le damos un instante de velocidad alta para que se mezcle bien. A continuación añadimos la sal, el agua y el aceite y ponemos unos 6-8 minutos el programa de amasar.

Engrasa un cuenco amplio con aceite de oliva y vierte la masa, que resultará elástica pero algo pegajosa, en el cuenco, embadurnándola con el aceite. Cubre con un paño y deja en ambiente cálido durante una hora o hasta que doble su volumen.

Engrasa la bandeja del horno con aceite y coloca la masa de la focaccia en ella. Puedes poner papel vegetal y untarlo con aceite si lo prefieres. Ve aplanando la bola de masa sin presionar demasiado hasta que tenga el grosor que desees darle, recuerda que después subirá más, así que déjala en un centímetro y medio o dos. Presiona con los nudillos toda la masa para crear las características hendiduras de la focaccia y espolvorea un poco de sal gorda. Cubre la bandeja con el paño y deja levar otros 45-60 minutos.

Precalienta el horno a 250º C. Cuando la masa haya levado y el horno esté a la temperatura, introduce la focaccia, baja la temperatura a 210º C y hornea durante 25-30 minutos. Cuando esté doradita y la corteza crujiente, retira la focaccia del horno y ponla sobre una rejilla para que se enfríe. Inmediatamente píntala con la Chermoula, en su defecto siempre podrás pintar con otro aceite aromatizado.

Nosotros no hemos podido dejar que se enfríe la primera focaccia con chermoula, nos llamaba a gritos, y estaba deliciosa. La segunda está esperando a que llegue la hora de la merienda para ser devorada.

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