Una nueva investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Sidney (Australia), concluye que los edulcorantes artificiales pueden aumentar el apetito. Al parecer, el cerebro integra un sistema que detecta la dulzura de los alimentos y la energía que proporcionan, tras ser expuestos a los edulcorantes, como por ejemplo la sucralosa, los centros de recompensa cerebrales que asocian la sensación del dulzor con el contenido energético, se recalibran para equiparar el nivel de dulzor con el contenido calórico ingerido, de ahí que en las investigaciones realizadas con animales, tras un tiempo tomando edulcorantes, éstos empezaran a comer mucho más.
En la investigación inicial se trabajó con moscas de la fruta que fueron expuestas a una dieta con edulcorantes artificiales durante un periodo de más de cinco días, cuando se les proporcionó alimento endulzado de forma natural consumieron un 30% más de alimentos, efectos que persistieron durante tres días. Los expertos investigaron por qué consumían más alimento a pesar de que ya recibían un suficiente aporte calórico, se descubrió que el consumo prolongado del edulcorante artificial elevaba la intensidad del dulzor nutritivo real, lo que aumentaba la necesidad de comer más.
Esta investigación muestra cómo los edulcorantes artificiales pueden contribuir a estimular el apetito, además se descubrió que este tipo de endulzantes son causantes de hiperactividad, insomnio y disminución de la calidad del sueño. En una segunda parte del estudio se procedió a realizar el mismo experimento con roedores de laboratorio, obteniendo el mismo resultado. Los edulcorantes pueden modificar la percepción de la dulzura de los alimentos en los animales al existir una discrepancia entre el sabor dulce y el aporte calórico, lo que provoca un aumento de la ingesta calórica.
Estos resultados refuerzan aún más la idea de que los alimentos y las bebidas sin azúcar pueden no ser tan inocuos como se cree, provocado que los seres humanos consuman más alimentos porque el cerebro intenta compensar la discrepancia existente entre dulzor y contenido calórico. Los expertos explican que millones de personas de todo el mundo consumen edulcorantes utilizándolos como herramienta para mantener el peso o tratar la obesidad, a pesar de que es poco conocido el impacto que tiene en la actividad cerebral y en la regulación del hambre.
A pesar de su popularidad, los efectos que tienen los edulcorantes artificiales en la salud humana no están muy claros, las investigaciones con los modelos animales muestran que provocan una interrupción del metabolismo normal, pero los mecanismos por los que se produce esta interrupción tampoco se conocen a ciencia cierta. De todos modos se necesitan realizar nuevas investigaciones que confirmen los resultados obtenidos y si se pueden aplicar a los seres humanos.
Podéis conocer más detalles de la investigación que hemos conocido aquí, a través de este artículo publicado en la revista científica Cell Metabolism.
Foto | Steve Snodgrass