Hay una pregunta que día a día ronda en la cabeza de quienes trabajan asesorando para mejorar las producciones agrícolas, para que sean más efectivas y rentables, ¿la inteligencia artificial reemplazará a los asesores agrícolas? Es una pregunta lógica teniendo en cuenta que grandes compañías como Nutrien Ag, están desarrollando plataformas digitales cada vez más completas y capaces de asesorar y apoyar a los agricultores.
Sin embargo, está empresa canadiense que es líder mundial en insumos agrícolas, asegura que la tecnología es un apoyo de gran valor, pero el papel que tienen los asesores agrícolas sigue siendo indiscutible y muy importante. Quizá sea una declaración para calmar ánimos, lo cierto es que la inteligencia artificial está demostrando ser más efectiva y resolutiva en muchos campos, y también en el mundo agrícola.
Desde el año 2018, Nutrien impulsa su plataforma Hub (herramienta digital centralizada), que empezó como un sistema de pagos simplificado para sus productos y actualmente se ha convertido en una herramienta integral que permite planificar los cultivos, acceder a sistemas de financiamiento y obtener recomendaciones personalizadas para mejorar los rendimientos de los cultivos. En esta plataforma la inteligencia artificial ha ido ganando protagonismo como el principal motor que aporta contexto y precisión a los datos, brindando ayuda tanto a los agricultores como a los asesores agrícolas.
El director de gestión de productos de Nutrien, explica de manera sencilla que la inteligencia artificial no es un sustituto, se trata de un conjunto de herramientas que enriquece y mejoran la relación entre productores y consultores. Quizá esto sea así ahora, pero se puede pensar que en un futuro esto cambiará. Esta compañía tiene casi 3.500 especialistas en agricultura en Estados Unidos, ofreciendo conocimientos técnicos y formando parte activa de las comunidades rurales, es decir, se trata de un vínculo humano que marca diferencias ante los algoritmos.
Nutrien apuesta por digitalizar procesos que todavía se realizan de forma manual, como la extracción de muestras del suelo o el traspaso de los datos que se encuentran en memorias USB, a fin de ahorrar tiempo y ofrecer información más clara y accesible. La plataforma puede integrarse con herramientas muy utilizadas por los agricultores, como son las plataformas digitales de gestión agrícola John Deere Operation Center y FieldView de Bayer, para que la transición tecnológica no suponga el abandono de sus sistemas habituales.
El objetivo final es optimizar las decisiones agronómicas y financieras de cada explotación, maximizando la rentabilidad sin que se deje a un lado la sostenibilidad. En este contexto, la inteligencia artificial ayuda a procesar grandes volúmenes de datos y generar recomendaciones precisas y personalizadas, pero Nutrien asegura que siempre serán los asesores quienes interpreten esa información, adaptándola a las realidades locales de cada productor.
La visión de Nutrien se enmarca en un contexto donde la inteligencia artificial está transformando la agricultura en todo el mundo, plataformas de asesoría digital como las de Syngenta, hasta startups como la mexicana Numanac o compañías de software agrícola como AGRIVI, apuestan por los sistemas predictivos, los modelos de datos y las herramientas de agricultura de precisión.
Estas tecnologías ya permiten, por ejemplo, reducir el uso de herbicidas en un 35 % gracias a pulverizadores robotizados con visión computacional, como demostró un estudio de la Universidad de Cornell. También destacan innovaciones como el LaserWeeder de Carbon Robotics, que elimina malezas con láser en lugar de químicos, reduciendo costes y promoviendo prácticas sostenibles.
En paralelo, la inteligencia artificial se combina con la genética para abordar uno de los grandes retos ambientales, el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados. Investigadores de la Universidad de Nueva York han logrado identificar genes clave en el maíz que permiten a las plantas aprovechar mejor el nitrógeno, lo que abre la puerta a híbridos más eficientes y menos dependientes de químicos contaminantes. Este enfoque se suma a iniciativas como la tecnología N-Fix, basada en bacterias que fijan nitrógeno del aire en simbiosis con las plantas.
La empresa considera que la agricultura del futuro será un espacio de colaboración entre la tecnología y las personas, la inteligencia artificial seguirá expandiéndose con aplicaciones cada vez más sofisticadas y evolucionadas, desde la edición genética hasta la gestión integral de las explotaciones. E insiste que la experiencia, el criterio y la cercanía de los consultores agrícolas, continuarán siendo un pilar esencial para garantizar que esas herramientas sean soluciones reales para los agricultores.
Según leemos aquí, esta empresa que continúa impulsando su plataforma de IA, hace hincapié en la combinación, es decir, aprovechar la precisión de los algoritmos pero sin que se pierda el valor humano que aportan quienes conocen la tierra, las estaciones y las particularidades de cada cultivo de primera mano. Asegura que la inteligencia artificial no llega para reemplazar a las personas, llega para reforzar la alianza entre agricultores y asesores con un mismo objetivo, alimentar al mundo de forma más eficiente y sostenible.
Hay varios factores que hacen pensar que la sustitución total no será inmediata ni absoluta, pero siendo escépticos, debemos recordar que cada vez que una nueva tecnología aparece, surge la duda de si terminará sustituyendo a las personas. Lo hemos visto en la industria automotriz con los robots de ensamblaje, en la banca con los cajeros automáticos, y ahora en la agricultura con la inteligencia artificial.
Si hablamos sólo de capacidad técnica, es cierto que la IA puede automatizar muchas de las tareas que hoy realizan los asesores agrícolas, como analizar las muestras de suelo, cruzar los datos climáticos, proporcionar recomendaciones de fertilización, predecir plagas e incluso simular diferentes escenarios de rendimiento, y es que todo eso la inteligencia artificial lo hace más rápido y con mayor precisión que los seres humanos, algo que obligará a los asesores agrícolas a especializarse para ser un “puente” entre la tecnología y la tierra.
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