Cómo hacer el bizcocho de yogur más fácil, tierno y delicioso, receta del clásico bizcocho 3, 2, 1

Si dice, se comenta, se lee… que durante el primer día de cuarentena con motivo del Estado de Alarma en nuestro país, lo que más se ha cocinado en muchos hogares es un bizcocho, y no es de extrañar, pues no sólo es algo rico de comer, personalmente nos parece también algo reconfortante, especialmente si recuperamos las recetas con las que aprendimos o nos iniciamos en la cocina. Si recientemente os comentábamos la posibilidad de hacer de la cocina un buen entretenimiento con más de una veintena de recetas de repostería casera, lo que no podemos hacer es no compartir la receta del bizcocho más fácil, tierno y delicioso, y que a muchos nos traslada a nuestra infancia.

Os vamos a explicar la receta del clásico bizcocho 3, 2, 1, aunque estamos seguros de que muchos de vosotros la conocéis, en este caso, seguid leyendo porque también os contamos qué toque le damos nosotros para que resulte aún más rico, y es que nos encanta añadirle un chorrito de licor de anís y un poco de almendra en granillo, el aroma de este licor es una delicia en repostería, ya lo sabréis, y la almendra ofrece un contraste de textura que se agradece ante la esponjosidad del bizcocho. Y conste que no hace falta montar claras ni batir mucho la masa para hacer este bizcocho, se prepara en un abrir y cerrar de ojos, basta un bol y unas varillas.

Hoy nos ha sabido a gloria este sencillo bizcocho de yogur, sabéis lo que es la comida confortable, ¿verdad? Y en estos días hace más falta que nunca, estamos relativamente aislados, no podemos ver a los abuelos (véase, nuestros padres), entre otras cosas. Pero sí podemos seguir disfrutando de la cocina que nos enseñaron, de los sabores con los que crecimos y con los que también queremos que crezcan nuestros hijos. Es la historia de la familia y de nuestra gastronomía, es el calor de hogar que nunca nos falta.

Ingredientes (Molde 20 cm)

  • 3 huevos
  • 1 yogur natural entero (125 gramos)
  • 2 medidas de yogur de azúcar (220 gramos)
  • 3 medidas de yogur de harina (260 gramos)
  • 1 medida de aceite de girasol (110 gramos)
  • 12 gramos de levadura de repostería
  • 40 gramos de anís (licor)
  • 25 gramos de almendra granillo
  • c/n de mantequilla para el molde
  • un poco de harina y azúcar para el molde.

Elaboración

Pon en un bol amplio los huevos y el yogur. Con el mismo vaso del yogur, toma las medidas del resto de ingredientes, es la forma tradicional de hacer este bizcocho, sin necesidad de básculas ni pesos muy exactos. De todos modos, hemos pesado los ingredientes por si preferís hacer uso de esta medida o por si no tenéis yogures individuales, que también puede ser.

En el mismo bol de los huevos y el yogur, incorpora el azúcar, la harina, el aceite de girasol, la levadura y el licor de anís. El licor es opcional, pero si no tenéis problema en incorporarlo, probadlo porque le da un toque delicioso. Si preferís omitirlo, podéis no poner nada o sustituirlo por leche.

Bate los ingredientes con las varillas manuales hasta obtener una masa fina y homogénea, entonces añade la almendra granillo y vuelve a batir para que se reparta en la masa del bizcocho.

Prepara el molde, úntalo con mantequilla, espolvorea un poco de harina y de azúcar y voltéalo para que se quede adherido en todo el molde (base y laterales), después sacúdelo para expulsar el exceso (puedes hacerlo en el fregadero).

Hornea le bizcocho en el horno previamente calentado a 180º C con calor arriba y abajo durante 30-40 minutos, colócalo a media altura. El tiempo puede variar según el horno, el material del molde… Y si utilizas un molde de mayor diámetro, quedará con menos altura y el tiempo de horneado también variará. Para comprobar la cocción del bizcocho pincha una brocheta de madera, cuando salga limpia, el bizcocho estará listo.

Si ves que la superficie del bizcocho se ha dorado y todavía le falta tiempo de horneado, cúbrelo con papel de aluminio y se hará por dentro sin quemarse por fuera.

Acabado y presentación

Una vez que el bizcocho de yogur, licor y almendra esté hecho, déjalo enfriar antes de desmoldar. Después, pásalo a un plato bonito o a una bandeja para llevarlo a la mesa, no necesita más, su aroma habla por sí solo, huele a repostería casera, y su esponjosidad, jugosidad y sabor… es sabor de hogar.

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