Aumenta el desperdicio alimentario en los hogares españoles

A nivel de consumidor, durante los dos últimos años, en los países desarrollados se ha intensificado la información sobre el volumen de desperdicio alimentario que se genera, se han estado realizando campañas de concienciación, se han proporcionado todo tipo de consejos para evitar tirar comida, etc. Sin embargo, parece que estas medidas no terminan de calar entre una buena parte de los consumidores de países industrializados, recordemos que en agosto del año pasado un estudio ponía de manifiesto que los consumidores de la UE desperdician cada año millones de kilos de frutas y verduras.

Ha pasado casi un año desde ese informe y parece que la situación no ha cambiado mucho, sobre todo si tomamos como referencia los datos relativos al desperdicio de alimentos de nuestro país. Según un informe del Panel de Cuantificación del Desperdicio Alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el desperdicio alimentario en los hogares españoles ha aumentado en un 8’9%. El panel informa que en 2018 se desperdiciaron 1.229 millones de kilos/litros de alimentos y bebidas, es decir, 109 millones más que en 2017.

Del total del volumen desechado, 1.127 millones de kilos/litros corresponden a productos que no se han utilizado, como los que se guardan en la despensa y terminan caducando. Por otro lado, 212 millones de kilos/litros corresponden a alimentos cocinados, es decir, sobras que no se han aprovechado o reutilizado en otras comidas. Según el MAPA, los hogares de parejas sin hijos y los hogares familiares con miembros de hasta 49 años de edad y con hijos menores de seis años, son los que más alimentos desperdician.

El informe apunta que frutas, verduras y hortalizas son los productos que más se desperdician acaparando un 46% del total, esto es lógico teniendo en cuenta que son productos más perecederos, además, es un problema que se sufre en toda Europa, recordemos que en el viejo continente se descartan más de 50 millones de toneladas de frutas y verduras cada año. En segundo lugar, se colocan los derivados lácteos acaparando un 13% del desperdicio, esta cifra coincide más o menos con el estudio realizado a finales del año pasado por expertos de la Universidad de Edimburgo, que cuantificaban un desperdicio del 16% de la producción mundial de productos lácteos. En tercer lugar, se coloca el desperdicio del pan con un 5%, en este caso si se ha producido una disminución en comparación con el 5’9% del año 2017, y lo mismo ocurre con el pescado, cuyo volumen de desperdicio se sitúa en el 2’3%, por lo que se ha reducido dos décimas.

Sobre los alimentos cocinados, según el informe, las sobras de platos como sopas, legumbres, purés, cremas, carne y arroz, son los que más terminan en el cubo de la basura, destacando las lentejas, la ensalada verde y la tortilla de patatas como productos con mayor volumen de desperdicio alimentario. Seguramente si se tratase de dinero, nadie tiraría un euro a la basura, lamentablemente parece que la comida no se ve como el dinero que se obtiene fruto del esfuerzo y el trabajo. Claro, que el alcance de este desperdicio es mucho mayor si analizamos todo el proceso desde que se cultiva un producto hasta que llega a nuestra mesa, se ha perdido terreno de cultivo, energía, horas de trabajo, etc.

Según el estudio del Panel de Cuantificación del MAPA, 8 de cada 10 hogares reconocen tirar alimentos y bebidas a la basura, un 81’5% de estos hogares reconoce que tiran los productos tal y como los compraron, lo que nos da una idea de la falta de organización en las compras, la despensa y la planificación de las comidas. Por zonas geográficas, destaca Andalucía como la región en la que se tiran más productos alimenticios sin utilizar, pero también es la comunidad que más productos alimenticios elaborados desperdicia.

El MAPA facilita esta información con el propósito de concienciar a la población para que realice compras de alimentos más responsables, y de realizar un consumo que se ajuste a las necesidades alimentarias, ya que comprar alimentos en exceso aumenta el riesgo de que una parte de ellos acaben en la basura.

Podéis conocer todos los detalles del informe a través de este enlace (Pdf), y a través de la página oficial del Panel de Cuantificación del Desperdicio Alimentario.

Foto 2 | Jeanne Menjoulet & Cie

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